Encarcelados dos militares, un empresario y un civil por el asesinato de Berta C¨¢ceres

La rueda de la justicia en Honduras empieza a desatorarse con lentitud. Una conspiraci¨®n para asesinar a la activista hondure?a Berta C¨¢ceres inici¨® el 29 de enero de 2016 y se ejecut¨® el 3 de marzo. A 60 d¨ªas del asesinato que conmocion¨® a Honduras y a la comunidad internacional, un juez ha enviado a prisi¨®n a los cuatro principales responsables del crimen.

Los cuatro acusados de homicidio y asesinato en grado de tentativa como supuestos autores materiales e intelectuales son hondure?os: Sergio Ram¨®n Rodr¨ªguez Orellana, ejecutivo de Agua Zarca, la empresa que impulsa la construcci¨®n de una planta hidroel¨¦ctrica en el occidente del pa¨ªs y a la que se opon¨ªa la activista medioambiental. Tambi¨¦n figuran los militares Mariano D¨ªaz Ch¨¢vez, mayor de las Fuerzas Armadas y Edilson Atilio Duarte Meza, capit¨¢n en retiro. Y un civil, Douglas Geovanny Bustillo.?

Un quinto sospechoso, Emerson Duarte, gemelo del excapit¨¢n, fue capturado el 2 de mayo pero qued¨® libre y el viernes 6 de mayo se entreg¨®, al ser se?alado como presunto miembro del equipo que asesin¨® a C¨¢ceres, defensora de la etnia ind¨ªgena lenca y promotora de los derechos humanos.?

Duarte, sorprendido con el arma con la que se habr¨ªa ejecutado el crimen, sigue en arresto judicial y su caso se dilucidar¨¢ esta semana. El Ministerio P¨²blico (Fiscal¨ªa General) revel¨® que un sexto sospechoso est¨¢ en fuga. Al solicitar el auto de formal procesamiento y de prisi¨®n preventiva, el Ministerio present¨® el viernes anterior ante el tribunal una serie de pruebas ¡°periciales, documentales y testificales¡±.?

El homicidio apunta a un hecho crucial en Honduras. C¨¢ceres, coordinadora general del Comit¨¦ C¨ªvico de Organizaciones Populares e Ind¨ªgenas de Honduras (COPINH), encabez¨® un movimiento nacional para oponerse reiterada e intensamente a la construcci¨®n de la represa, por su impacto ambiental y cultural en las tierras que hist¨®ricamente han sido habitadas por el pueblo lenca.?

Las investigaciones del Ministerio P¨²blico de Honduras revelaron que en los tel¨¦fonos celulares de los cuatro principales sospechosos, detenidos el 2 de mayo, se detectaron los primeros mensajes del 29 de enero para iniciar la conjura que condujo al asesinato.?

Una semana antes de ser ultimada a balazos en su casa de habitaci¨®n, en el suroccidental departamento hondure?o de Intibuc¨¢, C¨¢ceres denunci¨® el asesinato de cuatro dirigentes lencas que se opusieron a la edificaci¨®n de la central hidroel¨¦ctrica, que operar¨ªa en aguas del r¨ªo Gualcarque, que para los ind¨ªgenas es sagrado.

A los cuatro se les responsabiliza tambi¨¦n de las heridas de bala que sufri¨® el ambientalista mexicano Gustavo Castro Soto, testigo principal del asesinato. Castro dorm¨ªa en la vivienda de la hondure?a cuando el grupo entr¨® y la asesin¨® en la madrugada del 3 de marzo y aunque le dispararon, el mexicano simul¨® estar muerto, por lo que sobrevivi¨® para convertirse en elemento fundamental de las indagaciones.

Pese al avance, y ante el riesgo de que el caso quede en la impunidad, como miles de hechos sangrientos o de corrupci¨®n pol¨ªtica en uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo, la familia de C¨¢ceres reafirm¨® que desconf¨ªa del proceso e insisti¨® en que urge que un equipo internacional de especialistas independientes y veraces conduzca la investigaci¨®n.