El Gobierno de Brasil recurre para tratar de detener el ¡®impeachment¡¯ a ¨²ltima hora
Este movimiento se produce un d¨ªa antes de que el Senado vote sobre el proceso de destituci¨®n de Dilma
El Gobierno de Dilma Rousseff, en un desesperado intento de ¨²ltim¨ªsima hora de detener el juicio pol¨ªtico a la presidenta, ha decidido recurrir ante el Supremo Tribunal Federal (STF). Si el tribunal no acepta el recurso, como parece lo m¨¢s probable, los senadores discutir¨¢n y votar¨¢n el impeachment a lo largo del d¨ªa y tal vez de la noche del mi¨¦rcoles, en una hist¨®rica jornada maratoniana. Seg¨²n todas las encuestas, apartar¨¢n a Rousseff del cargo, convirti¨¦ndola en una suerte de presidenta fantasma.
Entre las razones esgrimidas por los abogados del Gobierno para el recurso se cuenta la de que el origen de todo el proceso descansa en una venganza personal del antiguo presidente del Congreso, Eduardo Cunha, actualmente depuesto, acusado de corrupci¨®n. Y recuerdan que Cunha dio, el 2 de diciembre de 2015, v¨ªa libre al impeachment s¨®lo unas horas despu¨¦s de que un grupo de parlamentarios del Partido de los Trabajadores (PT), la formaci¨®n de Rousseff, anunciara que iban a votar favor de que se investigara al presidente del Congreso por sus cuentas sospechosas en Suiza.
El recurso constituye la ¨²ltima sacudida de un proceso impredecible. La ¨²ltima la propici¨® Wladir Maranh?o, el presidente interino del Congreso, que anul¨® el impeachment el lunes por la ma?ana y lo volvi¨® a aprobar el lunes por la noche.
La espantada de Maranh?o, aparte de otras cosas, constituye, en el fondo, un s¨ªntoma de la fragilidad de buena parte de la clase pol¨ªtica brasile?a. De eso da cuenta la cadena de bandazos del impeachment. El expresidente del Supremo Tribunal Federal, Joaquim Barbosa, lo resumi¨® ayer lunes en un comentario hiriente: ¡°?Saben lo que el mundo entero est¨¢ pensando de nosotros? Que es de cachondeo. Y es as¨ª. Ah¨ª est¨¢, expuesta al mundo, nuestra triste y pobre guerra de facciones. Un vejamen tras otro¡±.
Maranh?o es un pol¨ªtico de segunda fila que el jueves pasado se encabalg¨® a la presidencia del Congreso brasile?o para sustituir precisamente a Cunha. Y amparado en su nuevo cargo, anul¨® las sesiones parlamentarias de mediados de abril en las cuales el Congreso dio inicio al impeachment. Lo justific¨® en un recurso remitido por la Abogac¨ªa General del Estado e influido por Fl¨¢vio Dino, el Gobernador de su Estado, Maranh?o, del Partido Comunista de Brasil, contrario a la destituci¨®n de Rousseff.
Despu¨¦s, amenazado por su partido, el Partido Progresista (PP, de centro derecha), con expulsarle y por un grupo de parlamentarios con destituirle, recul¨®. Por la noche hac¨ªa p¨²blico un comunicado min¨²sculo: ¡°Revoco la decisi¨®n por m¨ª instruida el 9 de mayo por medio de la cual anulaba las sesiones parlamentarias de la C¨¢mara de Diputados de los d¨ªas 15, 16 y 17¡±.
El recurso ante el Tribunal Supremo Federal es la ¨²ltima bala del Gobierno. Todo el mundo en Brasilia da por seguro el resultado de la votaci¨®n del Senado: m¨¢s de la mitad de los 81 senadores votar¨¢n a favor de celebrar un juicio pol¨ªtico contra de Rousseff. Entonces, el presidente del Senado, Renan Calheiros, enviar¨¢ un oficio al cercano palacio de la presidenta, inform¨¢ndola del resultado de la votaci¨®n y oblig¨¢ndola, si es que sale todo como est¨¢ previsto, a apartarse del poder. Durante 180 d¨ªas como m¨¢ximo, los senadores juzgar¨¢n pormenorizadamente si la presidenta cometi¨® o no un ¡°crimen de responsabilidad¡± por unas supuestas irregularidades contables que el Gobierno considera una nader¨ªa que siempre se ha hecho y la oposici¨®n, un atentado contra la democracia: utilizar pr¨¦stamos de bancos p¨²blicos para equilibrar presupuestos. Rousseff volvi¨® a mostrar su disposici¨®n a la pelea.
??????????? Mientras, el vicepresidente Michel Temer, del Partido del Movimento Democr¨¢tico de Brasil (PMDB), antiguo aliado de Rousseff, hoy su peor enemigo, considerado un aut¨¦ntico traidor por el Gobierno, asumir¨¢ el cargo con plenos poderes. De hecho, ya tiene en mente ¡ªy en las p¨¢ginas de los muchos peri¨®dicos que se han hecho eco de las filtraciones¡ª su nuevo equipo ministerial, que tender¨¢, seg¨²n todas esas filtraciones, a recomponer la maltrecha econom¨ªa brasile?a a base de recortar gastos y de desarrollar un programa espartano de ajuste fiscal que guste a los mercados. Rousseff, por su parte, languidecer¨¢ exiliada en su propio palacio, con las manos atadas, convertida en una figura algo espectral. Ella ha asegurado que no piensa renunciar ("mi mandato termina en 2018", insisti¨® ayer), que se quedar¨¢ esperando el veredicto final del juicio del Senado los reglamentarios 180 d¨ªas. Esos mismos d¨ªas que Temer utilizar¨¢ para, adem¨¢s de encargarse del pa¨ªs, blindarse en el poder e imposibilitarle la vuelta. Ser¨¢ una situaci¨®n institucional e hist¨®rica in¨¦dita en un pa¨ªs ya dado de por s¨ª al sobresalto diario.
Cinco meses de v¨¦rtigo
2 de diciembre de 2015. El entonces presidente del Parlamento brasile?o, Eduardo Cunha, acepta la petici¨®n de iniciar un proceso de destituci¨®n (impeachment) de la presidenta del pa¨ªs, Dilma Rousseff, por supuestas maniobras fiscales y presupuestarias durante su gesti¨®n.
15 de marzo de 2016. Delc¨ªdio de Amaral, exsenador del Partido de los Trabajadores (el mismo de la presidenta), implica a pol¨ªticos de la formaci¨®n y de la oposici¨®n en el caso de corrupci¨®n Petrobras. Entre ellos, al expresidente Lula da Silva y a Dilma Rousseff.
4 de marzo. La Polic¨ªa registra la casa de Lula da Silva y se lo lleva a declarar acusado de corrupci¨®n. El exmandatario fue interrogado durante tres horas.
13 de marzo. Las protestas pol¨ªticas m¨¢s multitudinarias de la democracia brasile?a exigen en 200 ciudades la salida del poder de Rousseff y la detenci¨®n de Lula.
17 de abril. El Parlamento de Brasil aprueba el proceso de destituci¨®n, que pasa al Senado, donde se analizar¨¢ este mi¨¦rcoles. Previsiblemente, Rousseff ser¨¢ apartada de la presidencia por un m¨¢ximo de 180 d¨ªas mientras los senadores toman una decisi¨®n definitiva.
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