Danilo Medina es reelegido en Rep¨²blica Dominicana

La Rep¨²blica Dominicana apost¨® por la continuidad. El presidente Danilo Medina, economista de 64 a?os, logr¨® en los comicios del domingo asegurar su reelecci¨®n en primera vuelta con m¨¢s del 60% del voto (al 55% de mesas escrutadas). Una victoria sin paliativos que, de confirmarse en el recuento final, otorga por cuarta vez consecutiva las llaves del poder a su formaci¨®n, el Partido de la Liberaci¨®n Dominicana (PLD), y que supone un contundente respaldo a una pol¨ªtica que ha situado al peque?o pa¨ªs caribe?o a la cabeza del crecimiento econ¨®mico zonal.

No hubo sorpresas. Medina lleg¨®, vot¨® y arras¨®. Su fulgurante ¨¦xito, que si se valida representar¨ªa el mejor resultado obtenido hasta la fecha por un aspirante a la presidencia, fue proporcional a la debilidad mostrada por la oposici¨®n.

Fagocitado por a?os de luchas intestinas, el anta?o poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD) acab¨® sum¨¢ndose al bloque electoral del presidente. Ca¨ªdo este adversario, de la dispar constelaci¨®n de aspirantes, s¨®lo el empresario Luis Abinader, un exiliado del PRD que se hizo fuerte en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), represent¨® una amenaza para la continuidad de Medina. Tras aguantar a duras penas la traves¨ªa electoral, al final obtuvo s¨®lo un 35% del voto (con el 55% de las mesas escrutadas), un resultado alejado de cualquier opci¨®n presidencial.

No hubo sorpresas. Medina lleg¨®, vot¨® y arras¨®.

La victoria de Medina, si se confirma, da respaldo a una pol¨ªtica que ha tenido en el crecimiento econ¨®mico (7%) y el control de la inflaci¨®n (2,5%) su principal bandera. La Rep¨²blica Dominicana, con un 41% de la poblaci¨®n en la pobreza, se volc¨® tras la elecciones de 2012 en una profunda e impopular reforma tributaria. La reducci¨®n del d¨¦ficit fiscal trajo protestas, pero tambi¨¦n un aumento de la recaudaci¨®n que ha sido sabiamente explotado.

Medina, un hombre que ha hecho de la cercan¨ªa su imagen de marca, pis¨® el acelerador de la asistencia p¨²blica. Subsidios en gas, electricidad y alimentos. 4% del PIB para la educaci¨®n. Apertura de 2.500 escuelas. Denuncia del contrato de explotaci¨®n de las minas de oro en manos canadienses. ¡°Todo eso, combinado con sus constantes visitas al campo y a las peque?as empresas, sin apenas escolta, ni aparato estatal, le han hecho muy popular¡±, se?ala la soci¨®loga Rosario Espinal.

En un pa¨ªs peque?o (10 millones de habitantes y 48.000 kil¨®metros cuadrados), la apuesta surti¨® efecto. Las ayudas y la multiplicaci¨®n de infraestructuras brindaron a Medina un apoyo popular sin apenas parang¨®n en Latinoam¨¦rica. Un respaldo que, pasada la mitad de mandato, le hizo tirar a la basura sus promesas y modificar una Constituci¨®n que imped¨ªa la reelecci¨®n inmediata.

En el tablero pol¨ªtico caribe?o, este movimiento lo situ¨® en contra de su antecesor Leonel Fern¨¢ndez, el hombre que ocup¨® tres veces la jefatura del Estado y que sucedi¨® en 1996 al corrupto, maquiav¨¦lico y casi eterno Joaqu¨ªn Balaguer. El antiguo mandatario, que ambicionaba volver a presentarse, mostr¨® los dientes. El conato de guerra termin¨® con una amigable reparto de puestos hasta el punto de que la propia candidata a vicepresidenta es la esposa de Leonel Fern¨¢ndez.