Protejamos nuestro espacio digital
Imaginen una gran autopista por donde circula cada d¨ªa m¨¢s tr¨¢fico. La ruta es r¨¢pida y concurrida pero est¨¢ plagada de bandas de ladrones
A menos que los gobiernos logren alejar los bandidos con m¨¢s polic¨ªas y acciones preventivas, los viajeros buscar¨¢n otras rutas, m¨¢s indirectas y m¨¢s lentas, o simplemente dejar¨¢n de viajar.
Esa es la realidad que reina en Internet en gran parte de Am¨¦rica Latina y el Caribe, seg¨²n se desprende de la lectura de nuestro Informe Ciberseguridad 2016 ?Estamos preparados en Am¨¦rica Latina y el Caribe? Traemos el tema a colaci¨®n porque hoy (17 de mayo) es el D¨ªa Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Informaci¨®n y es una ocasi¨®n para celebrar que nuestras sociedades est¨¢n m¨¢s conectadas y globalizadas que nunca, gracias en gran parte al Internet.
Pero una enorme mayor¨ªa de nuestros pa¨ªses est¨¢n poco preparados para combatir el cibercrimen. La estructura institucional es d¨¦bil, los recursos humanos calificados escasean, la inversi¨®n en infraestructura de protecci¨®n es insuficiente y los pa¨ªses que cuentan con una pol¨ªtica de Ciberseguridad son una minor¨ªa. Es hora que los gobiernos empiecen a hacer todo lo necesario para proteger este espacio digital clave para el siglo XXI.
Hay mucho en juego. Seg¨²n estimaciones de LACNIC, el cibercrimen le cuesta a nuestra regi¨®n alrededor de 90.000 millones de d¨®lares al a?o, una suma que, por ejemplo, podr¨ªamos utilizar para cuadruplicar el n¨²mero de investigadores cient¨ªficos o tomar un paso importante en cerrar la brecha en inversiones en infraestructura.
En el mundo globalizado, la conectividad r¨¢pida y segura no es un lujo sino un factor condicionante de la competitividad. La buena noticia es que muchos de nuestros pa¨ªses est¨¢n haciendo considerables inversiones en ampliar su infraestructura digital y nuestros ciudadanos adoptan estas nuevas tecnolog¨ªas con rapidez y entusiasmo: ya somos el cuarto mayor mercado m¨®vil del mundo y la mitad de nuestra poblaci¨®n usa Internet. Nuestros gobiernos emplean cada vez m¨¢s medios digitales para comunicarse y servir a los ciudadanos.
El tema es c¨®mo hacerlo sin exponernos a los peligros del crimen cibern¨¦tico, una amenaza que crece a la par que aumenta nuestra dependencia de esta nueva infraestructura. Tengamos en cuenta que, por ejemplo, ya hay pa¨ªses en nuestra regi¨®n que procesan el 100% de sus compras gubernamentales por v¨ªa electr¨®nica. Los riesgos s¨®lo se multiplicar¨¢n con el advenimiento del ¡°Internet de las cosas¡±, donde ya no s¨®lo estar¨¢n interconectadas nuestras computadoras sino un universo de m¨¢quinas y sensores inteligentes, controlando virtualmente todo lo que usamos a diario.
Los problemas proliferan al mismo ritmo que las oportunidades, desde ataques maliciosos para sembrar el caos en nuestros mercados o en los sistemas de energ¨ªa y transporte p¨²blico, hasta la extorsi¨®n, donde delincuentes fuerzan a empresas a pagar ¡°rescates¡± para no vulnerar sus bases de datos o ciudadanos para recuperar el acceso a su informaci¨®n digital. Y esto no es algo que sucede s¨®lo en pa¨ªses ricos.
A¨²n nos queda mucho por hacer para prevenir y mitigar este tipo de amenazas. Un an¨¢lisis de 49 indicadores en nuestro informe revela que muchos pa¨ªses de nuestra regi¨®n son vulnerables a ataques potencialmente devastadores. Cuatro de cada cinco pa¨ªses no tienen estrategias de seguridad cibern¨¦tica o planes de protecci¨®n de infraestructura cr¨ªtica. Una gran mayor¨ªa de las fiscal¨ªas carece de capacidad para perseguir los delitos cibern¨¦ticos.
La lectura de esta rigurosa y sistem¨¢tica evaluaci¨®n es una invitaci¨®n a la reflexi¨®n y a la acci¨®n a quienes son responsables de la seguridad cibern¨¦tica en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Nuestra regi¨®n lleg¨® tarde a la Revoluci¨®n Industrial. No podemos perdernos la oportunidad que nos abre la Revoluci¨®n Digital. Nuestra futura prosperidad depender¨¢ en gran medida del ¨¦xito que tengamos en sacarle el mayor provecho posible a estas nuevas tecnolog¨ªas. Por ello, la seguridad del espacio cibern¨¦tico tiene que ser una prioridad para todos.
Luis Alberto Moreno es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo; Luis Almagro es secretario general de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA).
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