El pacto migratorio UE-Turqu¨ªa alimenta la actividad de las mafias

Cruzar el Mediterr¨¢neo, a trav¨¦s de las tres rutas tradicionales (Estrecho de Gibraltar, Libia-Sicilia, Mediterr¨¢neo oriental), se ha revelado una empresa mortal. En lo que va de a?o, 1.357 refugiados e inmigrantes econ¨®micos han muerto o desaparecido en sus aguas, seg¨²n datos de mediados de mayo de la Organizaci¨®n Mundial de las Migraciones (IOM, en sus siglas inglesas) y Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados; de ellos, alrededor de 500 eran menores. S¨®lo en el cruce de Libia a Italia han fallecido 976, lo que equivale a uno de cada 30 que lo intentan, u ocho al d¨ªa, en c¨¢lculos de la ONG M¨¦dicos Sin Fronteras. IOM eleva a diez el promedio diario de ahogados entre quienes intentan llegar a Europa.

M¨¢s informaci¨®n

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Una ratonera a cielo abierto

Los ¨²ltimos refugiados de Lesbos

Tras cada uno de los naufragios y de las muertes hay mafias, redes de tr¨¢fico de personas que en Europa movieron 5.000 millones de euros el a?o pasado seg¨²n Europol (y s¨®lo en Turqu¨ªa, cerca de 6.000 millones en el mismo periodo, seg¨²n fuentes oficiosas). A mayores dificultades de paso o viaje, como el pr¨¢ctico sellado del Egeo por la triple misi¨®n de la OTAN, Frontex y los guardacostas locales, m¨¢s ping¨¹es los beneficios para los criminales. Tras el cierre de la ruta balc¨¢nica, a primeros de marzo, una familia de refugiados sirios de cuatro miembros se vio obligada a pagar 12.000 euros para llegar a Alemania desde el campamento griego de Idomeni, donde estaban confinados en el barro, en indignas condiciones de vida. Es decir, los refugiados sirios tuvieron que desembolsar pr¨¢cticamente la misma cantidad que un afgano cualquiera en 2015 (alrededor de 15.000 euros) por dejar atr¨¢s a los se?ores de la guerra, o los ataques talibanes, y llegar a una isla griega. La ley de la oferta y la demanda, macabra y azarosa, se supera a s¨ª misma en este ¨¦xodo. Cabe recordar que los afganos, que en 2015 supusieron alrededor del 25% del mill¨®n largo de llegadas a la UE, han quedado desprovistos del derecho a protecci¨®n internacional en virtud del pacto migratorio UE-Turqu¨ªa. Muchos de ellos son adem¨¢s hazaras, una etnia en la diana de los radicales.?

Con el blindaje del noreste del Egeo ¡ªmuy parecido al que a?os atr¨¢s sell¨® el estrecho de Gibraltar, en buena parte tambi¨¦n gracias a la intervenci¨®n de Frontex¡ª, y la ca¨ªda en un 85% de las llegadas, se abren nuevas rutas, a menudo mucho m¨¢s peligrosas que las originales. Decenas de migrantes varados en Grecia intentan tambi¨¦n el paso por Bulgaria ¡ªdonde proliferan patri¨®ticos cazadores de inmigrantes¡ª y, muy pocos, por Albania, porque la mayor¨ªa acaban siendo rechazados. No faltan los barcos que desde Turqu¨ªa circunnavegan el Peloponeso rumbo a Italia, o a otras islas griegas m¨¢s lejanas. Nunca faltar¨¢ una ruta, real o imaginaria, para escapar de la guerra o el hambre, ni un coyote dispuesto a satisfacer, previo pago, la huida.

Un ¨¦xodo que dura meses

La muerte del peque?o Aylan Kurdi, cuyo cad¨¢ver apareci¨® de bruces sobre una playa turca a primeros de septiembre, fue un revulsivo para las conciencias de Occidente, ajenas hasta entonces a un ¨¦xodo que ya duraba meses, pero sobre todo puso en el disparadero a los dirigentes de los Veintiocho. El frustrado sistema de cuotas para reubicar a los refugiados y, a la postre, el pacto con Turqu¨ªa, fueron el correlato pol¨ªtico y administrativo del impacto emocional de la tragedia. Pero antes del ni?o Aylan, ha habido cientos como ¨¦l; porque suponer, como ha hecho recientemente la canciller alemana, que con la aplicaci¨®n del pacto migratorio la sangr¨ªa mortal va a detenerse ¡ªMerkel subray¨®, como prueba de la eficacia del acuerdo, que desde el 20 de marzo s¨®lo se han ahogado siete migrantes en el Mediterr¨¢neo oriental¡ª, es no conocer la historia. Una historia escrita con l¨¢grimas en cada una de las l¨¢pidas que ponen punto final a la desesperada huida de miles de seres humanos, de Tarifa a Lesbos, de Calais a Lampedusa.

M¨¢s de 1.250 hombres, mujeres y ni?os yacen desde 2014 en tumbas sin nombre en cementerios improvisados en Turqu¨ªa, Grecia e Italia. La isla griega de Lesbos se vio obligada en octubre pasado a habilitar un segundo camposanto porque el tradicional estaba a rebosar de cuerpos, y se suced¨ªan los naufragios masivos, y la morgue del hospital local no daba abasto. Algunas de las l¨¢pidas de estos muertos sin nombre se remontan a 2007 y 2008.