Francia proh¨ªbe manifestaciones por la violencia contra la polic¨ªa
La gasolina escasea en varias regiones tras una nueva jornada de protesta contra la reforma laboral
Desde hace d¨ªas, millones de franceses se enfrentan a interminables atascos, barricadas en las avenidas de sus ciudades, autopistas cortadas, refiner¨ªas y puertos bloqueados y manifestaciones por doquier. Sin embargo, la guerra de los sindicatos contra el Gobierno a cuenta de la denostada reforma laboral no ha hecho m¨¢s que empezar. Es lo que aseguran las dos principales organizaciones de trabajadores, la CGT, y Fuerza Obrera, que este jueves se plantean redoblar sus movilizaciones tras una nueva jornada de protestas por todo el pa¨ªs. El Gobierno empieza a prohibir protestas por la violencia registrada hasta ahora.
El d¨ªa se ha iniciado con graves problemas en el transporte de mercanc¨ªas y de personas. Mientras los camioneros bloqueaban por tercer d¨ªa consecutivo varias refiner¨ªas y puertos, los paros de controladores y t¨¦cnicos del aeropuerto de Par¨ªs-Orly han obligado a cancelar el 15% de los vuelos. Mientras, millones de franceses se las han tenido que ingeniar para llegar a sus puestos de trabajo porque solo han funcionado la mitad de los trenes de cercan¨ªas y largas distancias.
La situaci¨®n empieza a agravarse. En al menos dos regiones, Normand¨ªa al Oeste y Picard¨ªa al Norte, las gasolineras dicen estar al l¨ªmite de sus reservas. Los camioneros no solo bloquean las refiner¨ªas, sino tambi¨¦n dep¨®sitos para almacenar combustible. Se quejan de que, de acuerdo con la reforma laboral, cobrar¨¢n solo un 10% m¨¢s por cada hora extra trabajada, en lugar del 25% como media actualmente. El primer ministro, Manuel Valls, les ha explicado que esa hip¨®tesis solo ser¨¢ factible si hay un amplio consenso sindical, un argumento que no les ha tranquilizado nada.
Mientras, los siete sindicatos de trabajadores y estudiantes contin¨²an organizando decenas de manifestaciones todas las semanas. En las de este jueves, han participado decenas de miles de personas. Solo en Par¨ªs, unas 100.000, seg¨²n la CGT ¡ªentre 13.000 y 14.000, seg¨²n la polic¨ªa¡ª, pero tambi¨¦n han salido a la calle miles de manifestantes en Le Havre ¡ªcon el puerto y la refiner¨ªa cerrados¡ª, Lyon, Montpellier o Clermont-Ferrand.
En Par¨ªs, como en jornadas anteriores, se han registrado incidentes entre peque?os grupos de manifestantes y la polic¨ªa, que ha lanzado botes con gas lacrim¨®geno. ¡°Vamos a seguir hasta el final¡±, comentaba un manifestante que repart¨ªa un peri¨®dico denominado Le Bolchevik, cuyo titular en primera p¨¢gina dec¨ªa: ¡°Reforma laboral, m¨¢quina de guerra antisindical¡±. De fondo, miembros del sindicato CNT cantaban La Internacional.
Los brotes de violencia han sido especialmente reiterados en Nantes. Este mismo jueves, han sido detenidos 19 enmascarados cuando destrozaban a primera hora de la ma?ana sistemas de control en estaciones de metro. El prefecto ha optado por suspender la manifestaci¨®n convocada para horas despu¨¦s. Es la primera que ocurre desde que hace dos meses se iniciaron las protestas contra la citada reforma.
En declaraciones a RTL, Valls ha dicho que los sindicatos debieran meditar sobre ¡°la pertinencia¡± de mantener las oleadas de protesta dada la violencia registrada en las ¨²ltimas semanas: 350 polic¨ªas heridos, un coche con dos agentes en su interior incendiado el mi¨¦rcoles en Par¨ªs con un artefacto, dos j¨®venes golpeados por la polic¨ªa (uno ha perdido un ojo)¡
La presencia de grupos violentos entre los manifestantes ha hecho que los servicios de orden de los sindicatos acudan a veces a las protestas armados con palos y bates de b¨¦isbol, un hecho que el prefecto de Par¨ªs califica de ¡°inquietante e indeseable¡±. ¡°Hay que saber defenderse¡±, ha respondido el l¨ªder de la CGT, Philippe Martinez.
El pulso va a seguir en las pr¨®ximas semanas. Los sindicatos se plantean dar un paso m¨¢s y organizar un paro o huelga general en toda Francia o una manifestaci¨®n gigante en Par¨ªs. ¡°El presidente debe escuchar nuestra c¨®lera. Es necesario que los asalariados sigamos protestando¡±, dice Martinez.
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