Europa, la botella medio llena
El ¡®Brexit¡¯, ocasi¨®n para acabar con la irritante ambig¨¹edad europea del Reino Unido
Queda solo un mes para el desaf¨ªo del Brexit, prueba existencial para una Europa en horas bajas, descre¨ªda de s¨ª misma. El momento de poner fin a la continua e irritante ambig¨¹edad europea de Reino Unido. Mucho est¨¢ en juego y no solo para los brit¨¢nicos. El refer¨¦ndum que puede acabar con 42 a?os de pertenencia remisa del Reino Unido en la UE, o confirmar la permanencia, a la carta, de la tercera econom¨ªa de la Uni¨®n, 65 millones de europeos accidentales, ser¨¢ el 23 de junio, tres d¨ªas antes de las elecciones en Espa?a. Su resultado, sobre todo si es negativo, nos puede afectar y mucho. P¨¢nico financiero si larga amarras. Churchill, el d¨ªa antes del desembarco de Normand¨ªa, le dijo a De Gaulle: ¡°Cada vez que Gran Breta?a tiene que decidir entre Europa y el mar abierto, siempre elegiremos el mar¡±.
El refer¨¦ndum no pod¨ªa llegar en peor momento. Rebrote de la crisis de Grecia; el populismo subido a la ola de la llegada de refugiados mientras Bruselas subcontrata con la Turqu¨ªa del sult¨¢n Erdogan el blindaje de su frontera exterior; tensi¨®n geopol¨ªtica en los lindes con Rusia; un crecimiento econ¨®mico an¨¦mico unido a un rebrote nacionalista.
Sin embargo, debemos verlo sin dramatismo. La distancia pr¨®xima a cualquier realidad, que por subjetiva altera y deforma la misma, nos hace perder la perspectiva. Hay que alejarse para ver que la botella est¨¢ medio llena. Ha tenido que llegar Obama a Europa, el primer presidente de EE UU no europeo y para algunos el ¨²ltimo presidente de occidente, para describir un proyecto europeo meritorio y digno de ser profundizado. ¡°Quiz¨¢s necesit¨¦is alguien que no sea europeo para recordaros la magnitud de lo que hab¨¦is logrado¡±. Sorprende que el aliento venga de fuera.
Cabe esperar que el pragmatismo supere la nostalgia imperial, la creencia m¨¢gica de la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa nacional ¡ªcuyo absolutismo es hoy inexistente¡ª liberando al pa¨ªs y a su glorioso Parlamento de la supuesta tiran¨ªa extranjera. Los argumentos de los euroesc¨¦pticos son emocionales, fronterizos con lo irracional. La realidad es que Reino Unido, fuera del euro, ha logrado lo mejor de los dos mundos: el mercado ¨²nico con excepciones, no pagar rescates ni la supresi¨®n de las fronteras interiores de Schengen. Un traje a medida ya adquirido por Cameron en Bruselas. Europa, incluso esta Europa extraviada, es la soluci¨®n, no el problema.
Estos ingleses locos que beben pintas de cerveza, conducen por la izquierda y veneran a la monarqu¨ªa, quiz¨¢s no lo est¨¦n tanto y, aun exc¨¦ntricos, permanezcan en la UE, aunque sea para que Europa no solo hable alem¨¢n. Ya no pueden creerse los antiguos partes meteorol¨®gicos: niebla en el Canal, el continente aislado. Para estar en la UE no es imprescindible ser europe¨ªsta, basta con preferir estar dentro, nos recuerda un informe del Instituto Jacques Delors. No escribamos antes de tiempo el obituario de Europa. La historia del proyecto europeo, es un relato de supervivencia.
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