Brasil necesita saber la situaci¨®n real del pa¨ªs

Un axioma en periodismo reza: ¡°Contra el rumor, la noticia¡±.

Brasil est¨¢ lleno de rumores acerca de la situaci¨®n concreta de sus cuentas p¨²blicas, hasta el punto que se barajan cifras que van desde cien hasta trescientos mil millones de reales de deuda.

El nuevo Gobierno interino de Michel Temer tiene dificultades para abrir la caja negra que revele la radiograf¨ªa del pa¨ªs, mientras la opini¨®n p¨²blica exige que le cuenten la verdad.

Hasta ahora, todo hace parecer que Temer ha tenido resbalones al decidir muchos de sus ministros pol¨ªticos, mientras habr¨ªa acertado en todas sus decisiones relacionadas con la econom¨ªa y la pol¨ªtica exterior.

Las personas colocadas hasta hoy para dirigir el Ministerio de Econom¨ªa, el Banco Central, el BNDS (el mayor banco de fomento del mundo), as¨ª como en la direcci¨®n de Petrobras y el Ministerio de Exteriores, est¨¢n siendo aplaudidas al tratarse de personajes de indiscutible competencia t¨¦cnica y profesional.

Temer no debe esperar a aparecer ante la sociedad para presentar el retrato crudo y desnudo de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, que todo hace pensar que es mucho m¨¢s grave de lo que ya se imaginaba, mientras se dispara el desempleo, sobre todo de los j¨®venes. En algunos Estados, como el de Bah¨ªa, este roza ya el 14%, algo que no se ve¨ªa en d¨¦cadas en este pa¨ªs.

El nuevo presidente interino, que en sus nombramientos en el ¨¢rea econ¨®mica est¨¢ siendo aplaudido por el mercado y el empresariado (lo que podr¨ªa significar una retomada de la confianza de los inversores para que en vez de seguir dimitiendo vuelvan a contratar), deber¨¢ ahora ganarse la confianza de la opini¨®n p¨²blica que le ha sido hostil desde el primer momento.

Para ello necesita salir al ruedo y contar, sin medias tintas, sin generalidades, con cifras y datos concretos e indiscutibles, la situaci¨®n en la que ha encontrado al pa¨ªs. Y deber¨¢ hacerlo con un lenguaje y una convicci¨®n comprensible hasta por los menos ilustrados.

Deber¨¢ comprometerse con todas las letras para no dejar, por ejemplo, dudas de su compromiso de defender las investigaciones en curso contra la corrupci¨®n. Sin que quede la menor sombra de que intenta proteger a algunos de sus ministros, ya investigados por la justicia, aunque a¨²n no condenados.

El nuevo Gobierno se las juega todas en esta operaci¨®n de transparencia frente a la sociedad. De dicha transparencia y sinceridad depender¨¢ la vuelta o no de Dilma Rousseff a la presidencia, algo que aparece cada d¨ªa m¨¢s lejano.

Un fracaso de Temer en estas pr¨®ximas semanas podr¨¢ ser crucial para el futuro de un pa¨ªs que vive uno de los momentos m¨¢s delicados de sus ¨²ltimos 30 a?os.

Despu¨¦s de 13 a?os de gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) y de la revoluci¨®n social tra¨ªda por el expresidente Lula da Silva, Brasil vive en vilo entre una cierta orfandad pol¨ªtica y la b¨²squeda de una urgente recuperaci¨®n econ¨®mica.

El PT ha admitido por primera vez haberse equivocado al caer en la tentaci¨®n de los otros partidos de contaminarse con las pr¨¢cticas de la corrupci¨®n pol¨ªtica y busca un camino nuevo de renovarse en la oposici¨®n.

Son momentos cruciales para un pa¨ªs que hab¨ªa so?ado con d¨ªas mejores de los que le est¨¢ tocando vivir, pero con una sociedad exigente y que no renuncia a volver a ser lo que hab¨ªa imaginado, que ha resultado ser m¨¢s bien una triste pesadilla.

Una sociedad que exige que se le cuente toda la verdad, que no se la vuelva a mentir y que se la haga part¨ªcipe y protagonista de la recuperaci¨®n de la esperanza.