Victorias t¨¢cticas
Los golpes de Keiko Fujimori parecen haber despertado a Pedro Pablo Kuczynski
Vencer en cualquier contienda re?ida requiere hambre de victoria. No basta la trayectoria y su experiencia, no basta ¡ªaunque ayuda¡ª conocer m¨¢s o guardar memorias de logros pasados, especialmente cuando la confrontaci¨®n de grupo desemboca en el enfrentamiento personal: el mano a mano donde las ideas deben convertirse en reflejos y el saber hacerse contundente destreza.
Alguien debiera haberle dicho eso a Pedro Pablo Kuczynski algunos d¨ªas antes del primer debate, el pasado domingo 22, con Keiko Fujimori, en la fase final de la campa?a de la segunda vuelta presidencial que se definir¨¢ en el balotaje del pr¨®ximo 5 de junio. El debate entre dos candidatos definitorios es lo m¨¢s parecido al duelo entre los campeones de dos grupos enfrentados. As¨ª de primordial, por mucho que se lo quiera presentar como el di¨¢logo ampuloso entre dos eruditos cortesanos, con m¨¢s reverencias que estocadas. Aunque no siempre, suele prefigurar el resultado final del conflicto, levantar la moral a unos y deprimir la de los otros.
Deber¨ªamos saberlo todos, pero Kuczynski pareci¨® haberlo olvidado. Entr¨® al debate con la parsimonia de quien compite en un torneo de bochas entre muchachos de trasanteayer, con tiempo reposado y hasta lugar para las divertidas amnesias peque?as de la veteran¨ªa.
Keiko Fujimori, que no es especialmente aguda ni sagaz, pero s¨ª diligente y aplicada, arroll¨® a Kuczynski con un gui¨®n que luc¨ªa harto practicado, con frases de efecto preparadas, de agresividad mucho mayor de la que la mayor¨ªa esperaba. Tom¨® la iniciativa con ello, no tuvo que defenderse de los ataques a sus numerosos puntos d¨¦biles y mantuvo a Kuczynski confuso y sin tiempo ni claridad como para articular un contraataque eficaz.
No fue siquiera el tipo de enfrentamiento que le gusta a los aficionados al cachasc¨¢n ¡ªla lucha libre histri¨®nica¡ª entre el t¨¦cnico y el sucio. Una caricatura de Andr¨¦s publicada en El Comercio del martes 24 lo ilustra mejor: Kuczynski est¨¢ sentado, con traje y corbata, ante un tablero de ajedrez en el centro del ring, mientras que desde las cuerdas, vestida de cachascanista, salta Fujimori sobre ¨¦l en una llave voladora.
Faltar el respeto a un respetado contendor es una de las t¨¢cticas menos aplaudidas pero m¨¢s eficaces con las que cuentan, y a veces usan, los luchadores en ascenso frente a las viejas glorias. En el debate presidencial de 1990 frente a Mario Vargas Llosa, un poco conocido Alberto Fujimori le quit¨® el segundo apellido y solo lo llam¨® ¡°se?or Vargas¡±, sabiendo cu¨¢nto irritaba ello al escritor, entre otros golpes de efecto que le permitieron salir airoso de una confrontaci¨®n en la que se supon¨ªa iba a ser fulminado.
¡°?C¨®mo has cambiado, Pelona!¡±, le espet¨® ahora Keiko Fujimori a Kuczynski, citando el inicio de una d¨¦cima del recordado Nicomedes Santa Cruz, antes de restregarle que hace apenas cinco a?os ¨¦l la apoy¨® y elogi¨® en el balotaje que perdi¨® ante Ollanta Humala. Kuczynski, que en efecto lo hizo, pudo haberle respondido con 100 ejemplos de c¨®mo y cu¨¢nto cambian no solo las pelonas sino tambi¨¦n las peloncitas, pero no lo hizo y ni siquiera contest¨® ese ataque.
Poco antes del inicio del debate se hab¨ªa publicado la ¨²ltima encuesta de Ipsos en la que por primera vez se romp¨ªa el empate estad¨ªstico entre los dos candidatos y Keiko Fujimori tomaba cinco puntos de ventaja. Con eso y su clara predominancia en ese primer debate, los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a han tomado una direcci¨®n que entusiasma a los fujimoristas y alarma existencialmente a todo el amplio espectro pol¨ªtico que en el pasado no lejano integr¨® la oposici¨®n democr¨¢tica que derroc¨® a Alberto Fujimori el a?o 2000.
Desde el domingo por la noche, un sentimiento de movilizaci¨®n urgente hacia una coalici¨®n democr¨¢tica virtualmente instant¨¢nea galvaniza en forma intensa, aunque desigual, a esa oposici¨®n. Ayer, el excandidato Julio Guzm¨¢n ¡ªque fue sacado de la contienda electoral merced a leguleyadas, en mi concepto fraudulentas, del Jurado Nacional de Elecciones, cuando hab¨ªa alcanzado, con tendencia claramente creciente, el segundo puesto en las encuestas¡ª llam¨® a votar por Kuczynski ante el peligro que enfrenta la democracia en el Per¨². Pidi¨® adem¨¢s a la excandidata del izquierdista Frente Amplio, Ver¨®nika Mendoza ¡ªque alcanz¨® el tercer puesto despu¨¦s de una notable campa?a hecha a puro esfuerzo¡ª a llamar abiertamente a votar por Kuczynski para prevenir el retorno del fujimorismo.
Mendoza dijo el lunes en una entrevista radial que ¡°¡queremos cerrarle el paso al fujimorismo y que no estamos llamando a votar nulo, viciado y en blanco. Creo que m¨¢s expl¨ªcito que eso ya no se puede¡±. Est¨¢ claro que s¨ª se puede, aunque no le resulte agradable: llamar a votar por Kuczynski.
Ya la Central izquierdista de trabajadores, la CGTP recibi¨® a Kuczynski y firm¨® un acuerdo con ¨¦l. Tambi¨¦n lo hizo la poderosa Federaci¨®n de Trabajadores de Construcci¨®n Civil, que firm¨® otro acuerdo con el candidato de derechas, algo que en otra ocasi¨®n hubiera sido impensable.
Hay victorias t¨¢cticas que pueden llevar a reveses estrat¨¦gicos. La de Keiko Fujimori el domingo pasado, con trucos ret¨®ricos que recordaron los de su padre, asesorado por Montesinos, pudiera ser una de ellas. Por lo pronto, los golpes parecen haber despertado a Kuczynski, que ayer en Iquitos acus¨® a Fujimori de haberlo apabullado con mentiras con ¡°una ametralladora hecha por Montesinos¡±.
?Tendr¨¢ Kuczynski los arrestos suficientes como para silenciar ese nido de ametralladora en el siguiente y ¨²ltimo debate, este domingo 29? Se juega todo en ello.
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