Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®, Macri
Detr¨¢s de todo hecho de corrupci¨®n kirchnerista se asoma un socio menor del Gobierno
El presidente argentino, Mauricio Macri, y Televisi¨®n Espa?ola tienen criterios dis¨ªmiles. Poca gente en Latinoam¨¦rica conoce que, desde hace 15 a?os, existe en Espa?a una serie ¨²nica, Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®, que recorre la historia del pa¨ªs a trav¨¦s de los altibajos de una familia entra?able, en un vecindario sencillo de Madrid, y que durante esos 15 a?os los espectadores vimos c¨®mo envejec¨ªan o crec¨ªan semana a semana actores y personajes, y que esa noble historia bati¨® r¨¦cords de audiencia y derrot¨® casi siempre a sus enemigos: la competencia tradicional, WhatsApp, Facebook, Netflix, Instagram, Twitter. Por la misma raz¨®n, casi nadie se enter¨® por aqu¨ª de que la historia corre riesgo de terminar abruptamente, v¨ªctima inesperad¨ªsima de los Panam¨¢ Papers: su productora, sus principales actores ¡ªentre ellos Imanol Arias, muy popular en la Argentina¡ª aparecieron en la lista maldita, y pueden caer porque parece que TVE considera que deben ser inmaculados.
Pues bien, Mauricio Macri disiente con el criterio. Cuando su nombre apareci¨® en los papeles del estudio Mosack Fonseca, Macri dijo que no sab¨ªa nada, que no era propietario de ninguna empresa, sino apenas miembro de su directorio, que el responsable era su padre, que esa empresa no tuvo actividad. Aunque no aparecen a¨²n fondos ilegales, paulatinamente se conocen hechos que desmienten su relato. La empresa no estuvo inactiva, por ejemplo. Y oper¨® en consonancia con otra en la que el presidente s¨ª ten¨ªa acciones. Hay periodistas y fiscales trabajando. Acercarse a ese tema produce un v¨¦rtigo de abismo.
La realidad puede ser m¨¢s cruel que la ficci¨®n, si horas despu¨¦s, por culpa de los arbitrarios Panam¨¢ Papers, resulta que todos mueren
Pero no es solo eso.
Cuando Macri era el jefe de Gobierno de Buenos Aires, su ministro de Econom¨ªa se llamaba Nestor Grindetti. Al hombre se le descubri¨® un poder para manejar una cuenta en Suiza de una empresa creada en Panam¨¢ con residencia en las Bahamas. Cuando lo consultaron, balbuce¨®: ¡°Mis abogados [as¨ª, en plural] est¨¢n preparando una respuesta que se conocer¨¢ en poco tiempo¡±. Otro de los colaboradores cercan¨ªsimos de Macri, Pablo Clusellas, aparece en los papeles como un contacto habitual de Mosack Fonseca en la capital argentina.
Dado que todos siguen en sus puestos, tal vez ser¨ªa una buena idea, para los fans de Cu¨¦ntame, que Macri asumiera la conducci¨®n de TVE: Imanol y Ana Duato no perder¨ªan su trabajo, la serie seguir¨ªa como siempre y se mantendr¨ªa la ilusi¨®n de cada jueves.
En la Argentina, en estos meses, en medio del aluvi¨®n de datos sobre la corrupci¨®n de los Kirchner, se cuela una sensaci¨®n molesta. El zar de la obra p¨²blica kirchnerista, en algunos negocios, era socio del primo del actual presidente. El rey de los juegos de azar de N¨¦stor y Cristina, un tal Crist¨®bal L¨®pez, es socio de un hombre muy cercano a Macri en el Hip¨®dromo de Buenos Aires. Cristina Fern¨¢ndez est¨¢ procesada por malvender d¨®lares del Estado: entre los compradores hay funcionarios macristas. En los desfalcos producidos en el mundo del f¨²tbol aparece una y otra vez el presidente de Boca Juniors, otro hombre del entorno presidencial. Parece que detr¨¢s de todo gran hecho de corrupci¨®n kirchnerista, se asoma un socio menor vinculado al actual Gobierno. Pero el sorprendente consenso social que rodea a Macri facilita que evite contar c¨®mo pas¨®.
En el ante¨²ltimo cap¨ªtulo de Cu¨¦ntame, un comando de ETA colocaba una bomba debajo del auto de un general. Todo el cap¨ªtulo parec¨ªa que la bomba iba a estallar y, lo peor, es que andaban por ah¨ª nuestros personajes m¨¢s queridos. Los guionistas nos hicieron sufrir pero, al final, se apiadaron: ninguno de ellos muri¨® ni sufri¨® amputaciones. La realidad puede ser m¨¢s cruel que la ficci¨®n, si horas despu¨¦s, por culpa de los arbitrarios Panam¨¢ Papers, resulta que todos mueren.
As¨ª es la vida: hay hijos y entenados, ca¨ªdos y sobrevivientes, por los meros caprichos del destino.
Ojal¨¢ que siga Cu¨¦ntame, y, en todo caso, que a Paquita le vaya bien, aunque ya no nos enteremos. Lo merece m¨¢s que nadie.
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