Preservemos las instituciones
Est¨¢n en juego la protecci¨®n de los derechos humanos en la regi¨®n
En las ¨²ltimas semanas se ha hecho evidente la crisis financiera por la que atraviesa el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. La Comisi¨®n ha declarado que en julio despedir¨¢ al 40% de su personal y suspender¨¢ las visitas y los periodos de sesiones programados para este a?o. La Corte ha considerado que la suspensi¨®n a partir de diciembre de las ayudas noruegas, comprometer¨¢ su estabilidad presupuestal e institucional. Lo que en ambos casos est¨¢ en juego es el funcionamiento efectivo de los mecanismos de protecci¨®n de los derechos humanos en la regi¨®n y, en el mediano plazo, su sobrevivencia.
Tales noticias han generado diversas reacciones, todas ellas negativas. Pocos Estados nacionales se han manifestado y muchos han guardado silencio. De entre los manifestados, la mayor¨ªa ha anunciado que sus propias condiciones econ¨®micas les impiden aportar mayores recursos. Los Estados nacionales ajenos al Sistema que durante a?os hicieron considerables entregas, han decidido no continuar haci¨¦ndolo. Tomadas en conjunto, las declaraciones no dan la idea de solidaridad ni generan esperanzas de cambio, menos de soluci¨®n.
El Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha sido un factor muy importante de protecci¨®n de individuos concretos y de racionalizaci¨®n de conductas de autoridades en la regi¨®n. Nadie puede negar que debido a las actuaciones de la Comisi¨®n y la Corte, algunas de las m¨¢s graves violaciones a los derechos humanos han sido denunciadas, analizadas, juzgadas y reparadas. Tampoco puede negarse que las resoluciones de ambos ¨®rganos han construido mejores pr¨¢cticas de actuaci¨®n e inhibido algunas de las peores. Igualmente, es dif¨ªcil negar que el escrutinio de ambos ¨®rganos es el ¨²nico medio de revisi¨®n de las conductas de los agentes estatales en contra de la poblaci¨®n, ah¨ª en donde los reg¨ªmenes pol¨ªticos se han cerrado en s¨ª mismos y arrollado a sus judicaturas.
Si la Comisi¨®n y la Corte son organismos relevantes, ?por qu¨¦ llevan a?os de penuria financiera y se encuentran al borde de la crisis institucional? Ante todo, pienso que m¨¢s all¨¢ de ret¨®ricas cotidianas, las autoridades estatales no han alcanzado a comprender que los ¨®rganos interamericanos forman parte de sus sistemas jur¨ªdicos. La manera de proteger los derechos humanos de sus poblaciones pasa por la posibilidad de que sus titulares acudan a ellos para lograr su reparaci¨®n. Este entendimiento descansa en una peligrosa reconstituci¨®n de las nacionalidades, producto de los complejos momentos de cambio que vivimos, de regresos autoritarios, la instauraci¨®n de populismos y de la p¨¦rdida de legitimidad de mucho de lo que se dice y hace pol¨ªticamente. El desplazamiento y la invisibilizaci¨®n de los centros de decisi¨®n han llevado a la ilusoria construcci¨®n de poder y dominio mediante el fortalecimiento autoritario de los nacionalismos, como si mandar m¨¢s adentro, compensar¨¢ lo mucho que viene dado de fuera.
En este equivocado contexto puede entenderse lo que los Estados americanos est¨¢n haciendo con los ¨®rganos comunes de protecci¨®n a los derechos humanos. Si algunos de los problemas vigentes vienen dados de fuera en una variedad enorme de formas, parecer¨ªa m¨¢s sensato y previsor reforzar el mecanismo de regularidad com¨²n. M¨¦xico, por ejemplo, puede dejar caer a la Comisi¨®n o a la Corte por suponerlas poco relevantes o por ajustar cuentas con funcionarios o actuaciones. Al hacerlo, contribuir¨¢ a dejar sin autoridad supranacional a Centroam¨¦rica, con lo cual los problemas de la zona empeorar¨¢n y los flujos migratorios hacia M¨¦xico se incrementar¨¢n. Con ellos, la delincuencia, la trata de personas y la presi¨®n en la frontera norte.
Si los Estados de la regi¨®n requieren m¨¢s Estado de derecho, la p¨¦rdida de los ¨®rganos del Sistema que est¨¢n tratando de construirlo desde la protecci¨®n de los derechos humanos, va en sentido equivocado. Ojal¨¢ se reflexione y apoye con recursos a los ¨®rganos que llevan a cabo esa labor, m¨¢s all¨¢ de las contingencias y los disgustos cotidianos que los propios ¨®rganos generan al tratar de imponer racionalidad en pa¨ªses o zonas que poco la tienen.
Ministro de la Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico. Miembro de El Colegio Nacional.@JRCossio
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