Anarqu¨ªa de datos en Reino Unido
Diferentes iniciativas analizan el bombardeo de propaganda para ayudar a los votantes brit¨¢nicos, ¨¢vidos de informaci¨®n veraz, a decidir en el complejo y trascendental refer¨¦ndum
¡°Normalmente pienso qu¨¦ es lo que quieren los tories, y hago justo lo contrario. Pero aqu¨ª ni siquiera puedo hacer eso¡±. Lord Ashcroft, poderoso gur¨² demosc¨®pico, resume con esta queja, pronunciada por un participante en una de las cientos de reuniones con votantes indecisos que ha celebrado por todo el pa¨ªs, la frustraci¨®n que muchos brit¨¢nicos sienten en la campa?a por el refer¨¦ndum sobre la permanencia en la UE. La denostada pol¨ªtica de partidos tiene una innegable ventaja: estos ayudan a los votantes a tomar decisiones. En el debate europeo, los conservadores est¨¢n profundamente divididos. Y los laboristas mantienen un perfil tan bajo que, aunque Jeremy Corbyn defendi¨® la permanencia, una encuesta reciente se?ala que todav¨ªa la mitad de sus votantes desconoce cu¨¢l es la postura real del partido.
Sin partidos a los que agarrarse, muchos votantes se sienten a la deriva. La mayor¨ªa, seg¨²n los estudios de Lord Ashcroft, considera que la decisi¨®n que deben tomar el 23 de junio es m¨¢s importante que unas elecciones generales, pero mucho m¨¢s dif¨ªcil. Y a pesar de que uno y otro bandos llevan semanas bombardeando a los votantes con cifras, la falta de datos fiables es la principal queja sobre la campa?a.
¡°El refer¨¦ndum es especial porque normalmente elegimos a los pol¨ªticos para que tomen este tipo de decisiones. Ahora nos toca a nosotros, y la decisi¨®n es particularmente compleja¡±, explica Phoebe Arnold, directora de la campa?a del refer¨¦ndum europeo en la empresa de contraste independiente de datos Full Fact.
La empresa naci¨® en 2010, pero con esta campa?a su trabajo se ha intensificado. ¡°Estamos llegando m¨¢s all¨¢ de los yonquis pol¨ªticos y estamos muy orgullosos de ello¡±, asegura Arnold. Cuentan ya con un equipo de 12 personas y en su web ofrecen an¨¢lisis completos de la papeler¨ªa producida por ambos bandos.
En general, explica, ¡°falta mucho contexto¡±. ¡°A menudo los datos son correctos pero no ofrecen el cuadro completo. Puede haber estad¨ªsticas que digan lo contrario unas de otras, lo importante es dar al votante las herramientas para juzgar lo que escucha. Es irrespetuoso no ofrecer el contexto para juzgar¡±.
La inexactitud en los datos, sostiene Arnold, no es monopolio de uno u otro bando. La campa?a por el Brexit repite un dato como un mantra: formar parte de la UE cuesta a Reino Unido 350 millones de libras a la semana (unos 450 millones de euros). Pero esa cifra no tiene en cuenta el dinero que recibe de vuelta el pa¨ªs en concepto de subsidios agr¨ªcolas, fondos de desarrollo regional o subvenciones al sector privado.
As¨ª lo hizo saber la autoridad nacional de estad¨ªstica el pasado 27 de mayo. ¡°El uso continuado de una cifra bruta en contextos que sugieren que es una cifra neta es enga?oso y socava la confianza en las estad¨ªsticas oficiales¡±, dijo Andrew Dilnot, presidente del organismo. ¡°Dado el alto nivel de inter¨¦s p¨²blico en el debate sobre el refer¨¦ndum, es vital que las estad¨ªsticas oficiales se utilicen de manera precisa¡±,
Tampoco el bando proeuropeo sale indemne de un an¨¢lisis factual. Su afirmaci¨®n estrella de que el Brexit implicar¨ªa la p¨¦rdida de tres millones de puestos de trabajo no se sostiene: la mayor¨ªa de los estudios sugieren que salir de la UE tendr¨ªa un coste, pero ninguna predicci¨®n seria muestra que todos los puestos de trabajo relacionados con el bloque se perder¨ªan.
¡°El problema es que es no hay certezas, porque nadie sabe c¨®mo ser¨ªa el escenario despu¨¦s del Brexit. Los hechos son muy valiosos pero escasos¡±, explica Anand Menon, director de The UK in a Changing Europe, una iniciativa de acad¨¦micos, financiada con dinero p¨²blico, para ¡°inyectar informaci¨®n cient¨ªfica¡± en un debate dominado por la ¡°propaganda hist¨¦rica¡±.
¡°Las campa?as son ejercicios de informaci¨®n p¨²blica, y las malas son culpables de confundir¡±, a?ade. ¡°El que gana no suele cumplir las promesas, y en este sentido esta no es peor que otras campa?as. La diferencia es que la gente es m¨¢s maleable porque no hay precedentes, ni fidelidades a partidos o a candidatos locales. Los estudios dicen que la participaci¨®n tendr¨¢ un papel crucial en el resultado, de modo que esta campa?a no es solo persuadir sino tambi¨¦n movilizar. Por eso hay tanto ruido¡±.
Ley de transparencia
¡°?Cu¨¢ntas personas han sido expulsadas de la biblioteca de Birmingham porque ol¨ªan mal?¡±; ¡°?Qu¨¦ planes existen para proteger al municipio de Wigan de un ataque de dragones?¡±. Estas son algunas de las centenares de miles de solicitudes de informaci¨®n p¨²blica, formuladas por los ciudadanos a las diferentes administraciones brit¨¢nicas, desde que el pa¨ªs abri¨® de par en par las puertas de la transparencia en el a?o 2000 con la ley de libertad de informaci¨®n.
Desde entonces, Reino Unido se ha acostumbrado a afrontar los debates p¨²blicos con los datos encima de la mesa. Pero con un ex primer ministro, Tony Blair, investigado por haber utilizado supuestamente la maquinaria del Estado para fabricar argumentos que apoyaran la invasi¨®n de Irak, la confianza en los datos aportados por el Gobierno es relativa.
Hoy los brit¨¢nicos piden datos contrastados e inequ¨ªvocos, deseosos de racionalizar una decisi¨®n tan trascendente. ¡°El debate pol¨ªtico debe estar anclado en la realidad, y los hechos son extremadamente importantes¡±, concluye Arnold. ¡°Pero los mismos datos pueden servir a unos y a otros. Al final, los votantes tendr¨¢n que decidir con el coraz¨®n¡±.
Algunas afirmaciones controvertidas
Los partidarios del Brexit sostienen que la legislaci¨®n europea supone el 64,7% del ordenamiento jur¨ªdico brit¨¢nico. En cambio, seg¨²n la campa?a de la permanencia esta representa un 13,2%. La diferencia obedece a que no cuentan igual. La segunda cifra (la de quienes apuestan por permanecer) no incluye los reglamentos, que te¨®ricamente rigen en toda la Uni¨®n pero la mayor¨ªa no tienen aplicaci¨®n concreta en todos los Estados. A¨²n incluy¨¦ndolos, la primera cifra ser¨ªa exagerada.
Se dice que los inmigrantes europeos tiran haca debajo de los salarios y suponen una presi¨®n insoportable en los servicios p¨²blicos. Hay cerca de 3 millones de ciudadanos de otros pa¨ªses europeos ahora en Reino Unido. Los estudios indican que el impacto en el empleo y en los salarios es peque?o. Los migrantes de la UE pagan m¨¢s impuestos de lo que obtienen en prestaciones sociales.
Se utiliza la cifra de que cerca de 2,2 millones de brit¨¢nicos viven en otros pa¨ªses de la UE. La estimaci¨®n actualizada m¨¢s exacta es que son m¨¢s de un mill¨®n.
Algunos partidarios del Brexit sostienen que abandonar la UE es la ¨²nica manera de controlar la inmigraci¨®n. Un argumento que no est¨¢ nada claro. De entrada, para ello habr¨ªa que abandonar tambi¨¦n el mercado ¨²nico. Y aunque tambi¨¦n se abandonara, el fin de la libre circulaci¨®n no implica necesariamente un descenso dram¨¢tico de la inmigraci¨®n. Aplicar las mismas reglas a los migrantes no europeos que a los europeos podr¨ªa reducir la migraci¨®n neta en hasta 100.000 personas desde las 300.000 actuales. Pero diferentes estudios defienden que salir de la UE provocar¨ªa un aumento de la migraci¨®n de fuera del bloque. Depende del tipo de pol¨ªtica migratoria que adoptara el Gobierno despu¨¦s del Brexit.
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