Hillary, Bill y Donald, en House of Cards

Los seis guionistas de House of Cards est¨¢n de enhorabuena. Ya est¨¢ confirmada la quinta temporada de este thriller pol¨ªtico televisivo, que cuenta la historia de una pareja de poder en Washington, los Underwood, capaces de todo, para llegar y permanecer en la Casa Blanca. Y la realidad, que tantas veces supera la ficci¨®n, ha venido a echarles una mano. Los escritores ya puede trabajar sobre el sorprendente relato que est¨¢ dibujando la carrera hacia la Casa Blanca de 2016.

Es probable que las elecciones presidenciales del 8 de noviembre sit¨²en en la Casa Blanca, en el despacho Oval, a una presidenta, que antes fue primera dama, y conviviendo con ella, en el Ala Este, a un expresidente en el papel de primer caballero. ?Cometer¨¢ Hillary el error, como ha sugerido, de encargar a Bill que revitalice la econom¨ªa? ?C¨®mo evitar¨¢n el conflicto de intereses separando estrictamente lo personal de lo p¨²blico?

Si al regreso de los Clinton se le a?ade el hecho de la nominaci¨®n a la presidencia por el partido republicano, de Donald Trump, impensable en un principio, House of Cards podr¨ªa despedir a alg¨²n guionista. El martes, California, el estado m¨¢s poblado de EE UU, vota en sus primarias. Hillary debe derrotar, le va a costar, al viejo rutero socialista Bernie Sanders que, con el mantra: es la desigualdad, est¨²pido, y una plataforma socialdem¨®crata, ha enardecido a muchos j¨®venes. Clinton tendr¨¢ el mi¨¦rcoles los delegados suficientes para ser nominada candidata dem¨®crata.

Pero ya nadie piensa que Hillary derrotar¨¢ f¨¢cilmente a Trump en noviembre. Clinton se ha puesto los guantes de boxeo denunciando que Trump no est¨¢ preparado, ni intelectual ni temperamentalmente, para poner el dedo sobre el bot¨®n nuclear. Su elecci¨®n, advierte, ser¨ªa ¡°un error hist¨®rico.¡± Los dos candidatos llegan a la recta final con m¨¢s ¨ªndices negativos que positivos. Pero este es el a?o de las sorpresas. En la Casa Blanca, donde Obama, cuya popularidad remonta, quiz¨¢s por la calma con la que afronta la polarizaci¨®n pol¨ªtica y la oleada populista que tambi¨¦n ha llegado a EE UU, bosqueja su lugar en la historia. Es cre¨ªble que el primer presidente afroamericano sea al cabo la principal carta que use Hillary para ser elegida.

Las primarias se han apoyado en tres muros de carga. Aparici¨®n en los dos partidos de insurgentes contra lo establecido. Trump logra el triunfo por encima del partido republicano, que no tiene m¨¢s remedio que aceptarlo, utilizando muy h¨¢bilmente la televisi¨®n- un medio que domina- para dar soluciones simples, f¨¢cilmente digeribles por los ciudadanos, a los problemas complejos. Obtiene una cobertura desproporcionada para sus insultos y ocurrencias.

Tarde, los grandes peri¨®dicos se han dado cuenta del peligro y escrutan los negocios del promotor inmobiliario, el fraude de la Universidad Trump , o su larga carrera de desprecio a las mujeres. Escrutinio que no tolera. Y, por ¨²ltimo, la conexi¨®n del multimillonario con el descontento y la rabia de clases trabajadoras blancas, con menos estudios, laminadas por la crisis econ¨®mica y, supuestamente, por la globalizaci¨®n, creando una nostalgia por una Am¨¦rica homog¨¦nea socialmente que ya no existe.

fgbasterra@gmail.com