Cinco mujeres y cinco respuestas sobre la falta de entusiasmo con Hillary Clinton
Preguntamos a expertas y activistas por qu¨¦ la posibilidad de una primera presidenta de EE UU no genera la ilusi¨®n que s¨ª inspir¨® Obama
Estados Unidos acaba de hacer historia al contar con la primera mujer candidata a la presidencia por uno de los dos grandes partidos pol¨ªticos. A falta de las votaciones de este martes, Hillary Clinton ya suma los delegados necesarios para representar al Partido Dem¨®crata en las presidenciales de noviembre. Este hito se produce ocho a?os despu¨¦s de que un aspirante afroamericano ilusionara a todo un pa¨ªs al escribir su propia p¨¢gina en la historia, pero el entusiasmo con Clinton est¨¢ lejos del de aquel momento. Hemos preguntado a cinco mujeres por qu¨¦.
1. ¡°Podr¨ªa conectar con m¨¢s votantes si se mostrase como uno m¨¢s de nosotros¡±
Angela Kelley, directora ejecutiva del Center for American Progress:
Estas son unas elecciones tan extra?as, tan inusuales que el hecho de que Donald Trump se haya convertido en el candidato republicano es algo que muchas personas todav¨ªa est¨¢n intentando asumir. Es importante tener en cuenta lo que esto significa. ?l se ha convertido en tal obsesi¨®n para los medios de comunicaci¨®n que, diga lo que diga otro candidato, queda enmudecido en comparaci¨®n. Esto ha eclipsado totalmente el factor del g¨¦nero en estas elecciones e, incluso cuando es mencionado, tambi¨¦n gira en torno al hecho de que Trump se haya manifestado de manera tan agresiva en contra de las mujeres.
Encuesta de Gallup sobre la situaci¨®n de los votantes seg¨²n su partido. C. F. PEREDA
Es un ciclo electoral dif¨ªcil de valorar. Ha habido mucho debate sobre c¨®mo un se?or blanco y mayor [Bernie Sanders] ha logrado entusiasmar a tantos j¨®venes, y eso tambi¨¦n hace sombra a las posibilidades de Clinton. Si le di¨¦ramos la vuelta a la situaci¨®n y en los ¨²ltimos ocho a?os hubi¨¦semos tenido una mujer presidenta, ahora tendr¨ªamos la misma conversaci¨®n sobre la falta de entusiasmo por un presidente afroamericano.
Tambi¨¦n hay un factor generacional. Para m¨ª ver a una mujer liderando las primarias de su partido es algo por lo que he esperado mucho tiempo y nunca estuve segura de que llegar¨ªa a verlo. Pero cuando se lo digo a mis hijas, de 15 y 19 a?os, piensan que estoy de broma. Para ellas es obvio. Se ha creado esa expectativa entre los m¨¢s j¨®venes porque durante los ¨²ltimos ocho a?os han crecido con un afroamericano en la Casa Blanca.
Para m¨ª esas son las dos razones clave. Pero la cuesti¨®n de g¨¦nero, especialmente por la manera tan negativa en que Trump habla de las mujeres, va a seguir formando parte de las elecciones. Yo solo espero que ella muestre mejor su conexi¨®n con la mitad de la poblaci¨®n de este pa¨ªs, los desaf¨ªos que ha tenido que superar¡ Le ayudar¨ªa hablar como ciudadana, no tanto como pol¨ªtica. Lo que ocurre con estas elecciones es que la emoci¨®n juega un papel muy importante, son muy emocionales. Hay enfado, hay miedo. Ella podr¨ªa conectar con m¨¢s votantes si se mostrase como uno m¨¢s de nosotros. Quiz¨¢s piense que tiene que demostrar que se sabe la lecci¨®n y que tiene todas las credenciales, pero le hubiera ayudado compartir m¨¢s acerca de s¨ª misma.
2. ¡°Hillary Clinton es percibida como parte de un sistema que ha dejado de funcionar para muchas personas¡±
Brigid Schulte, autora de Overwhelmed y directora de The Good Life Initiative:
Para entender realmente lo que est¨¢ ocurriendo entre el electorado y por qu¨¦ Hillary Clinton no ha logrado inspirar de manera general el entusiasmo y el optimismo que se pod¨ªa esperar que acompa?ase a la posibilidad de elegir por primera vez a una mujer presidenta de Estados Unidos, basta con observar unos cuantos datos. El primero es la creciente productividad de los trabajadores estadounidenses en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El otro es que, al mismo tiempo, los salarios se han estancado. Y un tercero demuestra el constante ascenso de los beneficios de las grandes corporaciones y los sueldos de sus directivos, que ahora multiplica 455 veces el de un empleado medio.
Datos del Economic Policy Institute sobre la evoluci¨®n de los salarios medios de los trabajadores en comparaci¨®n con la productividad. C.F.PEREDA
Hay una sensaci¨®n real de enfado y frustraci¨®n y un sentimiento de traici¨®n entre los votantes que han sabido explotar tanto Bernie Sanders en la izquierda como Donald Trump en la derecha. Los votantes quieren algo nuevo y ellos dos son percibidos como candidatos de fuera del sistema. Los votantes ya estaban enojados y sent¨ªan miedo en 2008 durante la recesi¨®n, pero Barack Obama fue recibido como la cara nueva, el aspirante que arreglar¨ªa el desastre que hab¨ªa dejado un gobierno del establishment como la Administraci¨®n de George W. Bush. Y eso es lo que m¨¢s perjudica a Hillary Clinton. Mientras los sondeos muestran que los votantes que m¨¢s valoran sus cualificaciones van a apoyarle, lo que est¨¢ eclipsando este momento potencialmente hist¨®rico es el hecho de que ella es percibida como una candidata del establishment, como parte de un sistema que no solo ha dejado de funcionar para muchas personas, sino que tambi¨¦n les hace sentir excluidas. Ella parece m¨¢s una pol¨ªtica experta que no asume riesgos, no una luchadora que promete reinventar un sistema cada vez m¨¢s desigual y as¨ª empezar de nuevo.
3. ¡°Las propuestas de Bernie Sanders son mejores para las mujeres¡±
Katie Halper, columnista de Feministing y autora del podcast The Katie Halper Show:
Indudablemente hay menos entusiasmo en torno a la posible elecci¨®n de la primera mujer presidenta del que se sent¨ªa con el primer presidente afroamericano. Desde luego que algunos votantes rechazan a Hillary Clinton por una cuesti¨®n de sexismo pero ese no es el ¨²nico factor que explica la diferencia, ya que algunos votantes de 2008 tambi¨¦n estaban motivados por el racismo. Entre los votantes que apoyar¨ªan a un candidato afroamericano y a una mujer, el distinto nivel de entusiasmo se debe a los candidatos, no a una cuesti¨®n de g¨¦nero o raza.
Aunque el g¨¦nero de Clinton convertir¨ªa su presidencia en un hecho hist¨®rico, ella tiene muy poco del candidato poco conocido o de la versi¨®n del sue?o americano que ten¨ªa Barack Obama. A pesar de que la campa?a de la dem¨®crata y algunos de sus seguidores digan lo contrario, ella forma parte indudable del establishment pol¨ªtico y del matrimonio pol¨ªtico m¨¢s famoso de este pa¨ªs.
Seg¨²n esta encuesta de Pew Research, las mujeres siguen considerando que la desigualdad con respecto a los hombres persiste, por encima de la valoraci¨®n que hacen ellos. C.F.PEREDA
Obama era m¨¢s joven, no hab¨ªa terminado su mandato en el Senado y hab¨ªa tenido que superar numerosos obst¨¢culos a lo largo de su vida. Sus contrincantes, incluida Hillary Clinton, hicieron todo lo posible para retratarle como un forastero, antiamericano, extranjero y poco tradicional. Por una cuesti¨®n de transparencia, admito que tampoco me ilusionaba tanto Clinton ni Obama en 2008. El discurso de Obama sobre la Am¨¦rica mixta me resultaba vergonzoso. Lo que al final me convirti¨® en seguidora de Obama fue la campa?a que se hizo contra ¨¦l. Si despu¨¦s desafi¨® el establishment como promet¨ªa es otro asunto. Clinton, por otro lado, ha participado activamente como primera dama de Arkansas y de Estados Unidos, como senadora y como Secretaria de Estado.
Pero para feministas como yo, hay algo especialmente c¨ªnico y peligroso en la manera en que tanto ella como su campa?a est¨¢ usando la pol¨ªtica de g¨¦nero para silenciar cr¨ªticas contra ella. Est¨¢ claro que ser¨ªa ingenuo afirmar que ella no se enfrenta a ataques sexistas o a un doble rasero por ser mujer, pero ella misma est¨¢ saboteando el feminismo al interpretar sus cr¨ªticas o incluso a los seguidores de Bernie Sanders como sexistas o mis¨®ginos. Bernie Sanders es un hombre y sus propuestas, desde la subida del salario m¨ªnimo hasta una pol¨ªtica exterior menos agresiva, son mejores para las mujeres.
4. ¡°Clinton carece de una historia de improbabilidad, de sorpresa¡±
Michelle Kinsey-Burns, escritora y activista a favor del derecho al aborto:
El entusiasmo es algo muy dif¨ªcil de medir pero en pol¨ªtica hay una medida emp¨ªrica que podemos utilizar y eso son los votos. En el proceso de primarias, m¨¢s de tres millones de personas han votado a Hillary Clinton antes que a Bernie Sanders. Y m¨¢s de un mill¨®n y medio m¨¢s han respaldado a la dem¨®crata que a Donald Trump.
Clinton carece de una historia de improbabilidad, de sorpresa. Sus muchas d¨¦cadas como una figura pol¨ªtica reconocible significa que, incluso a pesar de ser mujer, nunca ser¨¢ una candidata no tradicional como Bernie Sanders, una intrusa como Donald Trump o incluso una brillante reci¨¦n llegada como lo era Obama apenas cuatro a?os antes de registrarse como candidato. Clinton lleva trabajando m¨¢s tiempo que muchos de los analistas que ahora intentan diseccionar su campa?a. Si una trayectoria de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de competencia, efectividad y dedicaci¨®n no son suficientes para crear entusiasmo, por lo menos s¨ª es exactamente lo que necesita el liderazgo de esta naci¨®n.
*Recuento de votos por Real Clear Politics a falta de las primarias del 7 de junio. C. F. PEREDA
5. ¡°El r¨¦cord del presidente seguir¨¢ afectando a Clinton hasta que ella presente una visi¨®n que la distinga¡±
Marielena Hincapi¨¦, directora ejecutiva del National Immigration Law Center:
La posibilidad de tener por primera vez a una mujer como presidente de los Estados Unidos es muy emocionante y ser¨ªa un gran paso hist¨®rico para nuestro pa¨ªs. Si la emoci¨®n hasta ahora no ha sido tan palpable como fue durante la campa?a del presidente Obama en el 2008¡ªtomando en cuenta que a¨²n falta la parte m¨¢s intensa de la campa?a¡ªpuede que hayan varias razones.
En 2008, Obama ofrec¨ªa una visi¨®n llena de aspiraciones para el pa¨ªs que inspir¨® a muchos. Por eso vimos a much¨ªsima gente salir a apoyarlo. Pero para muchos, sobre todo dentro del movimiento por los derechos pro-inmigrante, Obama no pudo cumplir lo que prometi¨®.
Si hemos visto una falta de entusiasmo alrededor de la actual l¨ªder a la candidatura dem¨®crata, la ex secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, podr¨ªa ser que muchos consideran que una victoria de Clinton supondr¨ªa la prorrogaci¨®n de las pol¨ªticas migratorias de Obama, en vez de una visi¨®n m¨¢s progresista.
Eso ser¨ªa muy dif¨ªcil para las comunidades inmigrantes, que se han visto muy afectadas bajo la actual administraci¨®n por las cifras m¨¢s altas de deportaciones que hemos visto en generaciones y tambi¨¦n, ¨²ltimamente, por las deportaciones de madres y ni?os que vinieron a este pa¨ªs para refugiarse de la violencia incesable de Centroam¨¦rica.
Encuesta de Gallup sobre el nivel de aprobaci¨®n de los pol¨ªticos entre los ciudadanos. C. F. PEREDA
A pesar del progreso limitado que ha tenido la administraci¨®n para entablar pol¨ªticas migratorias m¨¢s humanas y prudentes con las acciones ejecutivas de Obama (como la acci¨®n diferida bajo los programas de DACA y DAPA), el r¨¦cord del presidente seguir¨¢ afectando a Clinton hasta que ella presente una visi¨®n que la distinga de Obama.
Aunque Clinton haya dicho que no deportar¨ªa a ni?os, necesita denunciar las pol¨ªticas del presidente Obama, sobre todo la detenci¨®n y deportaci¨®n reciente de madres y ni?os que huyen de la violencia. Tambi¨¦n necesita dar a conocer cu¨¢l es su plan para reformar el sistema migratorio, y hacer m¨¢s para recuperar la confianza de la comunidad, si quiere inspirar a la comunidad en general, y a las mujeres inmigrantes en especial, a que voten por ella.¡±
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