La cabeza de Emiliano Zapata
El alcalde de un municipio de Veracruz recibi¨® un aviso a un d¨ªa de la elecci¨®n, una cabeza junto a una cartulina en que le llamaban traidor. Su hijo contend¨ªa para diputado local. El domingo, gan¨®
En la noche del pasado s¨¢bado, Daniel Olmos comentaba despreocupado que aquella no era la primera vez que le amenazaban. Ya le hab¨ªa ocurrido antes, hac¨ªa unos meses: ¡°Me llamaron primero a un tel¨¦fono y luego a otro. Quer¨ªan dinero. Incluso hasta lo registr¨¦¡±. Olm¨®s agarr¨® uno de sus celulares y tecle¨®. Parec¨ªa que buscaba algo. Minutos m¨¢s tarde, dijo: ¡°aqu¨ª, mire¡±. Uno de los contactos de su agenda respond¨ªa al nombre de ¡°amenaza¡±. As¨ª, explicaba, ya no contestar¨ªa si le llamaban.
Daniel Olmos es el alcalde de Emiliano Zapata, un municipio cercano a Xalapa, la capital de Veracruz. Olmos es un hombre alto, aparentemente distra¨ªdo, de rostro afilado y cabello negro, corto, ralo. Esa noche vest¨ªa una playera color crema y rayas blancas.
Olmos gan¨® la alcald¨ªa de Emiliano Zapata en 2014. Fue el candidato del PAN, el principal partido de la derecha en M¨¦xico. Antes ya lo hab¨ªa intentado con el PRI, pero le ganaron la candidatura y luego no le hab¨ªan vuelto a buscar. Desde siempre, dice, ¨¦l y su familia se han dedicado al transporte. Empezaron con la fruta, compraban pi?as en la cuenca del r¨ªo Papaloapan, hac¨ªa el sur del estado y las vend¨ªan en Guadalajara. Luego se pasaron al cemento.
Al alcalde le va bien. Sin ser un lujo descarado, su casa es grande y parece bien cuidada. Dos camionetas suburban aparcadas en el patio hac¨ªan juego el s¨¢bado con la pintura blanca de las paredes. Es, de todas formas, una de las casas m¨¢s grandes de El Carrizal, la pedan¨ªa en que vive, un pueblo min¨²sculo famoso en Veracruz por sus ba?os de azufre y las garnachas de carne de res.
Ese d¨ªa por la ma?ana, su hermano mayor le llam¨® por tel¨¦fono. A¨²n no daban las ocho y ¨¦l estaba durmiendo. La noche anterior hab¨ªa cenado con vecinos de El Lim¨®n. ¡°La polic¨ªa ven¨ªa conmigo. El Lim¨®n est¨¢ como a unos 45 minutos de aqu¨ª. Mi esposa ese d¨ªa no quiso ir. Fuimos el muchacho que maneja, un hermano, mi hermano Mart¨ªn ¨Cotro hermano¨C y yo. Fuimos con polic¨ªas municipales, porque era ya de noche. Cuando es de noche si le digo a mi comandante que me acompa?en¡±.
Volvieron a la casa ya de madrugada. El alcalde dice que ser¨ªan m¨¢s de las dos. Se ba?¨®, se cambi¨® y se fue a la cama. Pocas horas despu¨¦s son¨® el tel¨¦fono. Su hermano le dijo que en el parque, a tres cuadras de su casa, le hab¨ªan dejado un mensaje. O dos. Un aviso en una cartulina y justo encima, como si fuera un pisapapeles, una cabeza humana.
Daniel Olmos pidi¨® que le mandara una foto. Le mando una, pero se ve¨ªa muy oscuro. Se quej¨®, pidi¨® que le mandara otra. El alcalde ley¨® entonces el mensaje: ¡°resultaste una farsa traidor y no cumpliste con el compromiso. Ah¨ª est¨¢ el enviado, el pr¨®ximo ser¨¢ tu hijo [a quien] le dimos todo [el] dinero. Es igual que t¨² de traidor, Daniel Olmos. Atentamnte, Fuerza ZZZ¡±. Arriba, la cabeza.
Su hijo, Daniel Olmos, era el candidato del PAN a diputado local este domingo por el distrito de Emiliano Zapata.
Pregunta. ?Usted mand¨® a alguna persona a mediar con alguien por algo?
Respuesta. No, no, no. Eso es una completa mentira. Nosotros somos gente de trabajo. Hoy me toc¨® estar de servidor p¨²blico. He sido respetuoso con la gente siempre. ?Un acuerdo con alguien? La campa?a la coste¨¦ yo, nosotros. No hubo gente que nos diera alg¨²n recurso, y mucho menos gentes no indicadas.
P. ?No se ha tenido que poner de acuerdo con nadie en este tiempo para que no les molesten a ustedes?
R. No. Por ese lado, el Gobierno siempre ha sido respetuoso conmigo
P. Me refiero a la delincuencia organizada. ?Nunca se han puesto en contacto con usted?
R. No, no, nunca.
P. ?Y han tratado de ponerse en contacto con alguien de su equipo?
R. No, no, no. Es molesto. No se vale esto que me est¨¢n haciendo. No tengo relaci¨®n con lo que dice ese mentado¡ Documento.
Vecinos del pueblo hab¨ªan encontrado la cabeza enfrente de una escuela primaria. Al d¨ªa siguiente, el domingo, el instituto electoral de Veracruz instalar¨ªa all¨ª una casilla de voto.
Daniel Olmos no sabe de qui¨¦n es la cabeza. La fiscal¨ªa de Veracruz no se ha pronunciado al respecto. ¡°Me preocupaba que fuera una persona conocida¡±, dice.
P. ?Ha hablado con gente aqu¨ª en el pueblo para saber si alguien vio algo?
R. No, no, no.
P. ?No ha querido saber?
R. No, no. No soy la persona indicada para ir a hablar as¨ª.
P. Pero la cartulina habla de usted
R. Ellos pensaban que iba a perjudicarme, pero creo que les perjudica m¨¢s a ellos. Porque los mensajes que recibo son de solidaridad. Si ellos pensaban que esto iba a perjudicar la elecci¨®n de mi hijo, creo que le benefici¨®. Porque la gente me habla y se solidariza.
Ellos.
El carnicero
En enero de este a?o, Emiliano Zapata fue notica en todo el estado porque la polic¨ªa encontr¨® varios cuerpos en una barranca. Primero dijeron que fueron tres, al d¨ªa siguiente que fueron seis, unos medios elevaron la cifra a doce y otros a 22. Oficiales, s¨®lo seis. Nunca se supo qui¨¦nes eran. Se supo que exist¨ªan porque las polic¨ªas estatal y federal peinaron medio estado, buscando a los cinco desaparecidos de Tierra Blanca. De los cinco, los investigadores s¨®lo han encontrado un trocito del femur de uno de ellos.
El alcalde Olmos dijo el s¨¢bado que estaba preocupado por los secuestros en la zona. Uno de sus ayudantes trajo a sus despacho una carpeta con cartas que ha mandado estos meses a autoridades estatales y federales para que le apoyen. ¡°Mand¨¦ oficios al gobernador, al secretario de Seguridad P¨²blica y al jefe de la 26 Zona militar¡±. S¨®lo le contest¨® el ¨²ltimo, el General de Brigada Juan Antonio Cordero. Le dijo: ¡°Las actividades de seguridad p¨²blica no son competencia de la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional¡±.
P. ?Cu¨¢ntos secuestros se han registrado aqu¨ª este a?o?
R. No llevo una cifra, pero est¨¢n siendo con mucha frecuencia. En este a?o son muchos. Ya nada m¨¢s falta que secuestren al esquitero y al paletero. ?Si ya secuestraron al carnicero! Mira, est¨¢n operando de esta manera. Te agarran, te llevan, te dicen ¡®queremos tanto dinero para ma?ana¡¯. Te sueltan te dejan ir¡ Te lo digo porque todos acuden a m¨ª. Me dicen, ¡®oye, Daniel, ay¨²danos¡¯.
P. ?Le piden dinero para los rescates?
R. As¨ª, s¨ª. Ya han venido como cinco o seis veces este a?o, de tres o cuatro meses para ac¨¢. Al final terminan soltando 50, 60.000 pesos. A veces yo les doy un resto, pero no todo eso. Y ni siquiera se los cobro, se los regalo. Algunos se enfadan conmigo, porque quieren que les de todo. A m¨ª me preocupa, porque a ver si se van a enterar y me agarran a m¨ª.
Este domingo, Daniel Olmos junior gan¨® su sitio en el parlamento local.
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