En pol¨ªtica s¨®lo hay un pecado: perder
Los gobernadores desbancados del poder ser¨¢n llevados ante la justicia por corrupci¨®n
Suele decirse que el pecado no reside en robar sino en el hecho de que te sorprendan haci¨¦ndolo. En pol¨ªtica no es as¨ª, al menos no en la mexicana: el verdadero pecado, el ¨²nico, es perder el poder. Humberto Moreira, exgobernador del Estado de Coahuila, fue sorprendido con riquezas inexplicables, endeudamiento criminal de las finanzas p¨²blicas y su tesorer¨ªa falsific¨® documentos para enga?ar al fisco. Pero hoy se pasea impune gracias a que nunca perdi¨® el poder: es amigo personal del presidente del pa¨ªs y un hermano lo sustituy¨® como gobernador de su estado.
Esta premisa ser¨¢ puesta a prueba en los pr¨®ximos meses. El domingo pasado varios gobernadores conocidos por sus tropel¨ªas perdieron el poder a manos de un partido pol¨ªtico rival. Tan pronto como se anunciaron los resultados electorales, los vencedores pregonaron su intenci¨®n de llevar a la c¨¢rcel a los mandatarios corruptos. Y ciertamente no faltar¨¢n motivos: Javier Duarte en Veracruz, Roberto Borge en Quintana Roo, C¨¦sar Duarte en Chihuahua y Jorge Herrera en Durango se caracterizaron por su voracidad y un reiterado desprecio a las legislaciones vigentes, siempre en beneficio de su voluntad. Gobernadores que operaron, justamente, como si nunca fueran a perder el poder.
Los analistas a¨²n no se ponen de acuerdo sobre las razones de la derrota de todos estos gobernadores priistas: malos candidatos, hartazgo frente a la corrupci¨®n, imagen deteriorada del presidente, errores de operaci¨®n del partido. Probablemente un mezcla de todas ellas.
Al margen de las causas, me gustar¨ªa detenerme en las consecuencias. ?Qu¨¦ efecto podr¨ªa tener sobre el combate a la corrupci¨®n y el fin de la impunidad que estos gobernadores fueran llevados a tribunales?
El domingo pasado varios gobernadores conocidos por sus tropel¨ªas perdieron el poder a manos de un partido pol¨ªtico rival
Para su desgracia no solo lo perdieron, sino que en su desesperaci¨®n por conservarlo recurrieron a todas las estrategias posibles para da?ar a los hoy vencedores. En Veracruz, Miguel ?ngel Yunes afront¨® acusaciones de pederastia, enriquecimiento y presiones familiares. En Quintana Roo y en Durango, Carlos Joaqu¨ªn y Rosas Aispuro, respectivamente, en alg¨²n momento temieron por su integridad f¨ªsica y la de su familia.
As¨ª que a los argumentos jur¨ªdicos y a la enemistad pol¨ªtica, los pr¨®ximos gobernadores a?aden las ofensas personales recibidas de parte de su antecesor. Si no bastaran las razones legales, quisi¨¦ramos pensar que el rencor podr¨ªa ser la fuerza que impulse el procesamiento de estos facinerosos.
Por desgracia, en pol¨ªtica solo hay intereses. Habr¨¢ que ver cu¨¢ntos de estos ex gobernadores terminar¨¢n en prisi¨®n y cu¨¢ntos negociar¨¢n un procesamiento meramente simb¨®lico o, de plano, nulo.
Pero supongamos que los cuatro efectivamente son condenados en tribunales. Significar¨ªa que cuatro de los doce gobernadores salientes pagar¨ªan por sus delitos. Uno de cada tres. ?Afectar¨ªa el comportamiento futuro de gobernadores y funcionarios p¨²blicos? ?Modificar¨¢ en algo el patr¨®n universal de enriquecimiento a costa del erario que caracteriza a la cosa p¨²blica?
Ojal¨¢, pero tambi¨¦n sobre esto tengo mis reservas. Quiz¨¢ modere un poco el apetito, al menos en sus expresiones m¨¢s descaradas. Aunque mucho me temo que la verdadera moraleja que estos virreyes del territorio extraer¨¢n de las elecciones del domingo pasado sea otra: sus colegas van a la c¨¢rcel no por atascados sino por ineptos. La lecci¨®n que muchos de ellos extraer¨¢n es que bajo ning¨²n motivo pueden perder el poder; que imponer a su delf¨ªn e instalarlo en la silla nunca se hab¨ªa vuelto tan importante como ahora.
Y lo que vale para una gubernatura vale para la presidencia. Enrique Pe?a Nieto entender¨¢ que la posibilidad de perder el poder a manos de un rival como Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador no s¨®lo entra?a consecuencias pol¨ªticas sino probablemente penales. Imponer a su propio candidato o ceder el trono ante un candidato rival pero asequible ser¨¢ la obsesi¨®n presidencial en los pr¨®ximos dos a?os.
De donde se desprende una consecuencia que no es menor. Si el PRI no es capaz de ganar las pr¨®ximas elecciones, el ¨²ltimo recurso para Pe?a Nieto consistir¨ªa en apoyar a Margarita Zavala por el PAN: ¨¦l trat¨® con algodones a su antecesor; podr¨ªa esperar lo mismo de su esposa.
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