Barcazas con capacidad para 50, con 135 migrantes a bordo y a la deriva
Los migrantes rescatados en el Mediterr¨¢neo relatan la dureza del tramo libio en su periplo hacia Europa. Pagan entre 500 y 1.200 euros por un pasaje en un gom¨®n atestado
¡°Libia es lo peor¡±, se lamenta Ismael Salah, un joven con rastas de 20 a?os de Gambia, al recordar su viaje ya a salvo en la ¨²ltima cubierta del Dignity I. Este a?o las mafias se han decantado por la costa oeste del pa¨ªs norteafricano como punto de embarque. ¡°Por Sabrata¡±, detalla Francesc, el capit¨¢n. Es a 30 millas de esa costa donde el buque de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) Espa?a comenz¨® el mi¨¦rcoles los rescates de cientos de migrantes. Pero las mafias operan all¨¢ donde surge una necesidad y en realidad la costa de Libia, casi en su totalidad, es escenario del embarque de docenas de subsaharianos a cambio de entre 500 y 1.200 euros. Este jueves, al menos cuatro gomones salieron a la vez de las playas de la zona de Garabulli, al este de Tr¨ªpoli, capital de Libia, seg¨²n narran los propios rescatados.
Adem¨¢s de descalzos, agotados y empapados, los migrantes llegan rebozados en arena, como Salah. ¡°Cuando os vi pens¨¦: Alhamdulil¨¢ (gracias a Al¨¢). Y pens¨¦ en mi madre y mis hermanos¡±, dice aliviado. Solo lleva lo puesto: unos pantalones morados y una camiseta negra sin mangas. Se tapa el sol con una de las toallas que le acaba de dar MSF y cuenta que ha pasado horas tumbado en la playa, de noche, escondi¨¦ndose con decenas de migrantes de las (pseudo) autoridades libias, esperando la se?al de los traficantes para subir a las barcas ¡ªa veces pistola en mano¡ª dise?adas para 50 personas en las que se han llegado a contar hasta 135, casi el triple de su capacidad.
El paso por Libia y la estancia hasta conseguir la posibilidad de embarcarse hacia Italia es una etapa dur¨ªsima del periplo de los migrantes. Desde la ca¨ªda de Muamar Gadafi, en 2011, es un Estado cuasi fallido en el que m¨²ltiples autoridades y milicias se disputan el control del territorio.
A Salah le ayud¨® durante su estancia en Libia ¡ªel ¨²ltimo mes de los 12 que ha estado lejos de casa¡ª un hombre llamado Abdul¨¢. ¡°?l era un buen hombre¡±, sostiene, y cuenta que le ayud¨® a conseguir ¡°trabajos¡± de vez en cuando para conseguir dinero. Ante la pregunta de si las actividades eran l¨ªcitas, ¨¦l no responde. Se queda pensativo y cabizbajo y tras una pausa repite: ¡°Trabajos¡±.
Las mafias dan un m¨®vil por sat¨¦lite en cada bote para que pidan auxilio
¡°Estuve dos meses y medio en Libia¡±, recuerda entre l¨¢grimas que dif¨ªcilmente consigue contener Joe, de Nigeria, desde la cubierta del Dignity I, donde espera a ser transferida a un barco militar italiano junto a su hermana Gift, de 18 y mucho m¨¢s t¨ªmida. Joe dorm¨ªa en el desierto, la pegaban y las mafias la retuvieron semanas hacinada en edificios de varios puntos del enorme pa¨ªs.
¡°Por eso muchas veces vienen con sarna¡±, explica Astrid, m¨¦dico matrona del Dignity I. La joven nigeriana fue transferida ayer a un buque militar italiano que la dejar¨¢ en la pen¨ªnsula. Un d¨ªa llegar¨¢ a ser modelo, sue?a.
Un migrante suele ejercer de patr¨®n de barco a cambio de pagar medio pasaje
Los oficiales al mando del barco de MSF ¡ªcon una larga trayectoria en altamar y que llevan ya dos a?os observando el mismo patr¨®n en los gomones¡ª aseguran que los traficantes saben bien lo que hacen. Eligen los d¨ªas de calma en la mar y entregan un tel¨¦fono con sat¨¦lite y GPS a los improvisados patrones de la barcaza, que a cambio de tener el mando de la patera y el mejor sitio en ella, han pagado la mitad que sus compa?eros de traves¨ªa por el pasaje. ¡°Tienen ¨®rdenes espec¨ªficas de llamar al Centro de Rescates Mar¨ªtimos en Roma justo al pasar las 30 millas [ya en aguas internacionales], cuando despunta el sol¡±, explican fuentes de MSF. Y en cualquier caso llevan una br¨²jula y en la mente memorizada la instrucci¨®n de seguir siempre el norte. Los rescates se producen casi siempre a primera hora de la ma?ana.
Son los propios migrantes los que avisan a trav¨¦s del tel¨¦fono sat¨¦lite ¡ªque tirar¨¢n al fondo del mar junto a la br¨²jula al avistar a sus rescatadores¡ª de su posici¨®n. De esta forma, el centro en Roma, que depende de la Guardia Costera, identifica las coordenadas exactas del gom¨®n en el mapa e inmediatamente contacta a uno de los buques de rescate que hubiera en la zona. Actualmente en el canal de Sicilia operan dos barcos de Frontex, siete buques de ONG (tres de MSF, dos de Moas, uno de Sea Watch y otro de Sea-Eye, ambas alemanas), un barco de rescate noruego y otro irland¨¦s. Adem¨¢s de un n¨²mero no precisado de buques militares, que son invisibles a los radares de los dem¨¢s buques e incluso de Roma, que forman la operaci¨®n Sof¨ªa de la UE, cuya funci¨®n principal es perseguir a las mafias.
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