Los genes de la justicia
Hoy piden justicia para Berta C¨¢ceres pero saben que tambi¨¦n la est¨¢n pidiendo para Honduras
Mam¨¢ Berta tiene una sonrisa serena. Nos recibe con un saludo cari?oso, bien abrigada: ha estado enferma y esa ma?ana refresca en La Esperanza. Se sienta en una mecedora de madera, retirada de la corriente, y nos mira con sus ojos oscuros, recios, que encierran tantas historias, a sus 83 a?os. Madre de doce, al escucharla hablar enseguida entiendo que una de sus hijas sea Berta C¨¢ceres.
Mam¨¢ Berta fue alcaldesa de la Esperanza, tres veces, y la primera alcaldesa de Honduras. ¡°?Lo que luch¨¦ con los hombres!¡±, dice recordando la ¨¦poca en la que lleg¨® a la pol¨ªtica, en la que el machismo en el pa¨ªs era a¨²n m¨¢s exacerbado de que lo es hoy en d¨ªa. Lo de las luchas le viene de lejos, cuenta. ¡°Ya de joven recuerdo ver a los presos siendo llevados por las calles de La Esperanza con grilletes en los pies; yo les pon¨ªa trapos para que no les hicieran da?o¡±. Esos presos ayudaron a la construcci¨®n de las escalinatas de La Gruta, una ermita dedicada a la Virgen de la Inmaculada Concepci¨®n.
Las paredes de la habitaci¨®n donde charlamos tienen varias fotos de Berta C¨¢ceres, la activista lenca asesinada el pasado 2 de marzo. Reparo en un c¨ªrculo met¨¢lico sobre la mesa en la que apoyo el caf¨¦ que me han servido con un gui?o y un ¡°caf¨¦ de verdad; del de Honduras¡±, y leo una leyenda que me dice que estoy frente al Goldman Environmental Prize ?reconocido premio internacional destinado a reconocer logros medioambienta-les?, concedido a Berta en el 2015, por su trabajo deteniendo la construcci¨®n de una represa en el r¨ªo Gualcarque, sagrado para los ind¨ªgenas lenca.
¡°Era partera. Ayud¨¦ a nacer a m¨¢s de 4.000 beb¨¦s¡±, sigue cont¨¢ndonos Mama Berta con sencillez. ¡°Me ense?¨® una gringa de Unicef que vino por aqu¨ª. Entonces no hab¨ªa ni hospitales. Ah¨ª servimos mucho¡±. Su nieta Laura, la hija peque?a de Berta, est¨¢ siguiendo sus pasos y estudia para convertirse en matrona. ¡°Varios meses despu¨¦s de que dejara de trabajar como partera¡±, dice mirando a su abuela con orgullo, ¡°a¨²n escuchaba los llantos de los beb¨¦s reci¨¦n nacidos y de las mujeres llam¨¢ndola¡±. Mam¨¢ Berta asiente, con la nostalgia del que a?ora tiempos lejanos.
El d¨ªa anterior, hab¨ªamos estado en Utop¨ªa, un espacio del Consejo C¨ªvico de Organizaciones Populares e Ind¨ªgenas de Honduras (COPINH), organizaci¨®n que fund¨® Berta C¨¢ceres en el 1993. Me hab¨ªa llamado la atenci¨®n c¨®mo los valores de Berta segu¨ªan sonando con fuerza en las palabras de sus compa?eros y compa?eras. Hablaban de la cosmovisi¨®n, de la madre naturaleza, del rechazo a lo patriarcal, al capitalismo, al racismo. Tambi¨¦n hablaban de Berta: su compa, su mami, su protectora, su gu¨ªa, su luz. Y lo hac¨ªan narrando una energ¨ªa y una fuerza que ahora ve¨ªa en aquella mujer, sentada en su mecedora, envuelta en un pa?uelo negro ?esa ma?ana refresca en La Esperanza?, enfrent¨¢ndose a la p¨¦rdida, desde el convencimiento de que, en su familia, la lucha es el pilar que la mantiene unida. A m¨ª se me antoja que ella tambi¨¦n es ese pegamento sanador que motiva a seguir caminando.
El pr¨®ximo 15 de junio, habr¨¢ una acci¨®n global pidiendo justicia para Berta C¨¢ceres. Miles de personas se reunir¨¢n en distintos eventos, en decenas de pa¨ªses, reclamando que se tomen acciones reales para esclarecer los acontecimientos que terminaron con el crimen de Berta. ¡°Yo s¨®lo quiero que encuentren a los autores intelectuales que est¨¢n detr¨¢s del asesinato de mi hija¡±, dice Mam¨¢ Berta, esperando que haya una investigaci¨®n independiente sobre el caso.
La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos se ha ofrecido a organizar un grupo como el que investig¨® la desaparici¨®n de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en M¨¦xico, pero el Estado hondure?o guarda silencio y juego la carta del tiempo, esperando a que se calmen las aguas de un crimen que ha tenido eco en todo el mundo ?personalidades como Leonardo diCaprio o Susan Sarandon, entre otras, han tenido gestos de solidaridad, as¨ª como tambi¨¦n organizaciones internacionales a lo largo y ancho del globo.
Si hay algo que tiene claro la familia C¨¢ceres es que no van a rendirse. Saben que sus vidas corren peligro ?la polic¨ªa se ha convertido en sus escoltas all¨¢ donde van, como medida de protecci¨®n otorgada por la Comisi¨®n? y que tienen el viento en contra a la hora de encontrar la verdad en un pa¨ªs extremadamente corrupto, donde cuentan con el mayor ¨ªndice de asesinatos a medioambientalistas en el mundo. Pero la familia C¨¢ceres est¨¢ fundada sobre los cimientos puestos por Mama Berta, una mujer con coraz¨®n de acogida de la que han heredado sus genes de justicia y por la que se han convertido en el ejemplo de lucha en el que defensores y defensoras del pa¨ªs toman aire para continuar.
Hoy piden justicia para Berta C¨¢ceres pero saben que tambi¨¦n la est¨¢n pidiendo para Honduras.
* Antonio Ja¨¦n Osuna es Director de Comunicaci¨®n del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, CEJIL. Twitter @antoniojaen
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