La guerra siria agrava las crisis pol¨ªtica, social y econ¨®mica del vecino L¨ªbano
Los dos millones de refugiados que, seg¨²n el Gobierno, acoge desequilibra el peso de las comunidades
L¨ªbano se tambalea al borde del colapso tras intentar eludir durante un lustro el contagio de la guerra civil de la vecina Siria. El enquistado conflicto ha agravado la crisis econ¨®mica, la par¨¢lisis pol¨ªtica y los enfrentamientos internos. La milicia-partido libanesa Hezbol¨¢ lucha codo a codo con las tropas de Bachar El Asad en Siria, atrayendo sobre el L¨ªbano las sanciones econ¨®micas impuestas por Washington y las monarqu¨ªas del Golfo (estas ¨²ltimas patrocinadoras del bando rebelde), as¨ª como incluyendo al pa¨ªs entre los objetivos yihadistas. A ello se suma la carga que suponen los refugiados sirios. El Gobierno los cifra en dos millones y la ONU, en un mill¨®n. En cualquier caso suponen una pesada carga y, como son mayoritariamente sun¨ªes, con enorme potencial de cambiar el equilibrio entre comunidades.
Ni tan siquiera los expertos logran explicar c¨®mo ha resistido este min¨²sculo pa¨ªs (con una superficie igual a la de Asturias) ser arrastrado a un nuevo conflicto fratricida. La guerra siria ha ensanchado la divisi¨®n del espectro pol¨ªtico liban¨¦s hasta los actuales dos bloques irreconciliables, provocando una par¨¢lisis que mantiene al pa¨ªs sin presidente desde hace m¨¢s de dos a?os. ¡°Siria jug¨® el papel de regulador en L¨ªbano antes del 2004. Hoy, nadie hace las veces de ¨¢rbitro entre las ¨¦lites libanesas¡±, explica por correo electr¨®nico Karim Makdisi, profesor de la Universidad Americana de Beirut. Siria y L¨ªbano comparten m¨¢s d¨¦cadas de historia conjunta de las que han vivido por separado como Estados naci¨®n. Una relaci¨®n de dependencia para el fr¨¢gil L¨ªbano, incluso despu¨¦s de que el magnicidio de su ex primer ministro Rafiq Hariri, en 2005, provocara la retirada de la tropas sirias tras cerca de tres d¨¦cadas en el pa¨ªs.
El conflicto sirio ha privado tambi¨¦n al L¨ªbano de los ingresos del turismo, que en 2010 supon¨ªan el 27% del PIB y hoy apenas representan el 10%. La guerra regional que tradicionalmente libran en L¨ªbano a trav¨¦s de terceros Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª contagia a la econom¨ªa y ahonda la desorbitada deuda exterior de 24.400 millones de euros. Tras suspender un paquete de ayuda al Ej¨¦rcito liban¨¦s de 3.680 millones de euros por considerar que Hezbol¨¢ mantiene reh¨¦n al Gobierno de Beirut, los saud¨ªes intentan ahora drenar las arcas de la milicia. Catalogada como grupo terrorista por Estados Unidos, la Liga ?rabe, el Consejo de Cooperaci¨®n del Golfoy su brazo armado por la Uni¨®n Europea, m¨¢s de 100 cuentas bancarias relacionadas con Hezbol¨¢ han sido bloqueadas recientemente por orden de Washington. "La guerra siria ha dado un mayor papel regional a hezbol¨¢ y las sanciones norteamericanas [contra el grupo] son una contrapartida hacia los saud¨ªes e israel¨ªes tras el acuerdo nuclear con Ir¨¢n [que tanto les disgusta]", valora Makdisi.
Mientras que el ala militar de Hezbol¨¢ acumula victorias en Siria, su brazo pol¨ªtico est¨¢ en el punto de mira en L¨ªbano. En plena guerra de los bancos, ya son tres los ministros libaneses que han dimitido ante lo que consideran ¡°el secuestro de los asuntos pol¨ªticos por Hezbol¨¢". A ello se suma la progresiva expulsi¨®n de los expatriados libaneses de los pa¨ªses del Golfo, y en particular de los chi¨ªes, cuyas remesas ascienden a 4.500 millones de euros anuales.
La poblaci¨®n libanesa, con importantes v¨ªnculos familiares y econ¨®micos con la sociedad siria, se encuentra igual de dividida a favor y en contra de El Asad; los sun¨ªes por un lado, los chi¨ªes por otro. Desde que estallara la guerra en 2011, miles de milicianos sun¨ªes libaneses han combatido en las filas rebeldes, mientras que hasta 8.000 hombres de Hezbol¨¢ y en torno a otros 6.000 del Partido Nacional Socialista Sirio lo hacen junto a las de El Asad. Una injerencia que retroalimenta los conflictos sectarios en los bastiones sun¨ªes libaneses como en la norte?a ciudad de Tr¨ªpoli o en la sure?a localidad de Sid¨®n. Pero tambi¨¦n traspasa fronteras cuando en el verano de 2014, centenares de yihadistas de Al Nusra (rama local de Al Qaeda) y del Estado Isl¨¢mico (ISIS por sus siglas en ingl¨¦s) engulleron la localidad libanesa de Arsal, en la frontera este con Siria y oasis sun¨ª en un vasto territorio controlado por los milicianos chi¨ªes de Hezbol¨¢.
Como castigo por la injerencia de la milicia Hezbol¨¢ en Siria, Al Qaeda e ISIS han perpetrado una oleada de atentados terroristas contra objetivos chi¨ªes en L¨ªbano, causando centenares de muertos. Ahora ISIS apunta a objetivos internacionales. ¡°Tras desarticular varias c¨¦lulas del ISIS, las fuerzas de seguridad libanesas apuntan a que estos (el grupo yihadista) preparan un atentado de gran envergadura al estilo de Bruselas o Par¨ªs¡±, asegura una fuente de seguridad europea en Beirut. Entre los posibles objetivos desvelados por el Ministerio del Interior se encuentran bares, zonas comerciales, iglesias, diplom¨¢ticos occidentales as¨ª como los soldados de Unifil (tropas de la ONU desplegadas al sur del L¨ªbano a las que Espa?a contribuye con unos 650 cascos azules).
La reciente escalada ret¨®rica entre el l¨ªder de Hezbol¨¢, Hasan Nasral¨¢, y el jefe de la inteligencia israel¨ª, el general Herzi Halevi, corre el riesgo de reabrir otro frente m¨¢s en el sur del L¨ªbano. El primero advirti¨® en su ¨²ltimo discurso que responder¨¢ a cualquier ataque israel¨ª, mientras que el segundo asegur¨® que Israel est¨¢ ¡°m¨¢s preparado que nunca¡± para responder a la milicia.
Herencia del acuerdo de Taef, que puso fin a 15 a?os de guerra civil en 1990, el sistema pol¨ªtico liban¨¦s ha quedado anclado en un reparto de votos confesional: el presidente ha de ser cristiano; el primer ministro, musulm¨¢n sun¨ª y el presidente del Parlamento, musulm¨¢n chi¨ª. La presi¨®n demogr¨¢fica que suponen los refugiados sirios (que el Gobierno cifra en dos millones y la ONU en un mill¨®n), que son mayoritariamente sun¨ªes, sobre los 4,5 millones de libaneses amenaza con desequilibrar el peso demogr¨¢fico de las comunidades ¡ªseg¨²n el censo de 1932, el ¨²ltimo, de 1932, un 40% eran cristianos y un 60% musulmanes (repartidos a partes iguales entre sun¨ªes y chi¨ªes). Bajo un prisma econ¨®mico, el coste de los refugiados para las autoridades libaneses se estima en 9.000 millones de euros desde 2011, seg¨²n datos del Ministerio de Industria. Con una econom¨ªa muy da?ada, las ya disfuncionales infraestructuras se deterioran (con cortes de electricidad diarios y monta?as de basura por doquier) llevando a la sociedad civil libanesa a tomar las calles en unas inusitadas manifestaciones populares.
La guerra siria tambi¨¦n ha aislado geogr¨¢ficamente a un pa¨ªs que tiene el Mediterr¨¢neo en su flanco oeste, comparte frontera con el archienemigo israel¨ª al sur y limita con Siria al norte y este. La ¨²nica v¨ªa de entrada y salida para los nueve millones de libaneses que viven en el extranjero es hoy el aeropuerto. Ante el sombr¨ªo panorama, cada d¨ªa son m¨¢s los libaneses que falsifican pasaportes sirios para sumarse a la ola migratoria de pateras que zarpan rumbo a Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.