¡°Ellos no son mexicanos¡±
El caso de tres ind¨ªgenas de Chiapas a los que Migraci¨®n quiso expulsar a Guatemala
"Decid¨ª aceptar que era originario de Guatemala", relat¨® un ind¨ªgena mexicano. Esta frase extra¨ªda de la investigaci¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos resume el absurdo episodio de tres tzeltales de Chiapas a los que agentes de migraci¨®n de su pa¨ªs detuvieron durante nueve d¨ªas y quisieron expulsar al vecino del sur, ignorando sus reclamos de que eran nacionales.
El caso, que eleva a cotas kafkianas la discriminaci¨®n ¨¦tnica en M¨¦xico, ocurri¨® en septiembre de 2015 y Derechos Humanos acaba de publicar un informe. El d¨ªa 3 cuatro tzeltales que cruzaban el pa¨ªs en autob¨²s para ir a Sonora a la recogida de calabaza fueron obligados a bajar del veh¨ªculo en Quer¨¦taro en un control migratorio. Mostraron copias de sus documentos de identidad mexicanos pero los agentes dijeron que eran falsos y los llevaron a un centro de retenci¨®n.
Los tres eran hermanos. Dos apenas hablaban espa?ol. La tercera, su hermana peque?a, s¨ª lo hablaba y era menor de edad, lo que no mereci¨® una consideraci¨®n especial. Ella hac¨ªa de traductora entre sus hermanos y los agentes. Permanecieron privados de libertad nueve d¨ªas, hasta el 11, y en el colmo del sinsentido se lleg¨® a iniciar un proceso de repatriaci¨®n con la embajada de Guatemala, que por alguna raz¨®n reconoci¨® el d¨ªa 4 su imaginaria nacionalidad guatemalteca y a la jornada siguiente se desdijo al corroborar bien los datos.?
Alguien alert¨® el d¨ªa 7 a la Comisi¨®n de lo que pasaba y el 10 dos visitadores de Derechos Humanos acudieron al centro a asistir a los retenidos. Un d¨ªa despu¨¦s los soltaron.
Uno de ellos afirma que lo forzaron a firmar un documento en espa?ol, lengua que estaba bastante lejos de comprender bien, en el que asum¨ªa que era guatemalteco. Seg¨²n la versi¨®n que dio a la Comisi¨®n -con ayuda de un int¨¦rprete de tzeltal- lo amedrentaron amenaz¨¢ndolo con tenerlo all¨ª tres meses, d¨¢ndole una patada y aplic¨¢ndole una descarga el¨¦ctrica en una mano. Los peritos del organismo de derechos humanos han concluido que no se puede determinar si hubo esos abusos pero s¨ª que "el examinado tuvo sufrimientos psicol¨®gicos durante la detenci¨®n".
En el momento de la detenci¨®n en el autob¨²s los tres iban acompa?ados por el marido de la menor, al que no retuvieron porque llevaba un documento de identidad original. Al hombre no le alcanzaba para pagarse un alojamiento y pas¨® esos d¨ªas durmiendo en un parque. No dejaba de ir al centro a preguntar por ellos y acabaron solt¨¢ndole que sospechaban que ¨¦l hab¨ªa sido "el gu¨ªa". "Ya di la verdad", le dijeron, seg¨²n su testimonio; "?cu¨¢nto te pagaron para traerlos? Porque ellos no son mexicanos...". Al ?final le permitieron ver a su esposa, no sin antes aconsejarle "que se despidiera de ella" antes de ser enviada a su pa¨ªs, Guatemala.
El desm¨¢n de racismo burocr¨¢tico no comenz¨® a enderezarse hasta el d¨ªa 9, seis d¨ªas despu¨¦s de la detenci¨®n, cuando un funcionario de migraci¨®n de Quer¨¦taro decidi¨® hacer lo que seg¨²n la Comisi¨®n debi¨® hacerse desde el instante en que bajaron a los hermanos del bus y ellos mostraron las fotocopias de sus documentos: llamar al Registro Civil de Chiapas para corroborar sus datos. La respuesta fue afirmativa. Con una sola llamada se revel¨® la cuesti¨®n.
A las preguntas de la Comisi¨®n sobre lo ocurrido, la oficina de migraci¨®n ha argumentado que la confusi¨®n se debi¨® a que los retenidos afirmaron que eran de Guatemala, al mismo tiempo que esgrim¨ªan papeles que mostraban lo contrario. Derechos Humanos exhibe el endeble argumento: "Es il¨®gico pensar que si lo que pretend¨ªan era identificarse con los documentos exhibidos y en los que constaba que eran mexicanos, hubiesen decidido ser guatemaltecos".
En las consideraciones jur¨ªdicas del informe, publicado el martes, se parte de la base de que seg¨²n la Constituci¨®n ning¨²n mexicano "en tr¨¢nsito dentro del territorio nacional" tiene la obligaci¨®n de portar un documento de identidad y se concluye que de cualquier modo "la autoridad migratoria tiene la obligaci¨®n de corroborar, en el momento mismo de la revisi¨®n y sin que sea trasladado a un recinto migratorio, su nacionalidad". Operaci¨®n para la que en el caso de los tres hermanos tzeltales de Chiapas contaban con "elementos suficientes" para hacerlo "inmediatamente".
La Comisi¨®n acredita que el disparatado episodio implic¨® "violaciones de los derechos humanos a la libertad personal, a la libertad de tr¨¢nsito, a la no discriminaci¨®n, a la integridad y seguridad personal y al acceso a la justicia". Exige que se diriman las responsabilidades de los agentes de migraci¨®n y que se reparen los perjuicios causados a las v¨ªctimas, que, seg¨²n los psic¨®logos que los examinaron, no parecen dispuestos a volver a salir de su pobre tierra a buscar sustento.
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