Dilma Rousseff: ¡°El sistema pol¨ªtico brasile?o est¨¢ en colapso¡±
¡°Han entrado en el Gobierno como una horda de hunos¡±, dice la presidenta suspendida de Temer
Una bandada de p¨¢jaros de colores cruza el jard¨ªn del palacio de la Alvorada, en Brasilia. Aqu¨ª reside ¡ªen cierta manera recluida¡ª la presidenta apartada del poder Dilma Rousseff. En una futurista galer¨ªa de piedra azul hay dos camareros con un carrito con el caf¨¦. Una calma absoluta se abate sobre el atardecer. No hay revuelo de funcionarios, ni secretarios entrando o saliendo por las dependencias. No se oyen telefonazos en habitaciones remotas. Es un martes laborable en la capital pol¨ªtica de un pa¨ªs convulso, pero qui¨¦n lo dir¨ªa aqu¨ª. La entrevista discurre en la biblioteca, donde llega Rousseff con una sonrisa pintada en la boca. Se presta amablemente a posar para las fotos, hace chistes, elogia el jard¨ªn, el aire templado de Brasilia del arranque del invierno. Parece de mucho mejor humor que hace un par de meses, en un anterior encuentro, cuando a¨²n era presidenta de Brasil. Se r¨ªe al escuchar el comentario. ¡°Bueno, lo que de verdad me quiere preguntar es por qu¨¦ no me estoy tirando de los pelos de rabia, ?no?¡±, dice.
Pregunta. Simplemente, saber por qu¨¦ no est¨¢ m¨¢s abatida.
Respuesta. No estoy abatida porque estoy luchando por mis derechos. Cuando uno se siente v¨ªctima de una injusticia deliberada ¡ªy la m¨ªa es deliberada¡ª el ¨¢nimo de lucha da sentido a la vida. S¨¦ que estoy en el lado bueno de la historia. Y ellos no.
El sistema pol¨ªtico brasile?o est¨¢ en colapso
¡°Ellos¡± son el presidente en funciones Michel Temer y su nuevo Gobierno. El pasado 13 de mayo Dilma Rousseff abandon¨® el palacio del Planalto, residencia de trabajo del presidente brasile?o, obligada por la apertura de un proceso de impeachment que actualmente se desarrolla en el Senado y que concluir¨¢, casi con toda seguridad, a mediados de agosto, con una votaci¨®n definitiva. Ocurrir¨¢ despu¨¦s de la apertura de los Juegos Ol¨ªmpicos, a los que, por cierto, no ha sido a¨²n invitada. El nuevo Gobierno no le consult¨®, ni le consulta, nada. Ella asegura que su vida ha cambiado, sobre todo, en que ya no tiene ¡°el poder del bol¨ªgrafo, de la firma, de la decisi¨®n¡±. Llena su agenda con debates y actos p¨²blicos en distintos lugares del pa¨ªs, con presencia en las redes sociales, atendiendo visitas en su encantador palacio de la Alvorada o en la preparaci¨®n de su defensa en el Senado para tratar de volver al poder, su objetivo y casi su obsesi¨®n. Su gesto se endurece al recordar al nuevo Gobierno del presidente Temer, su antiguo aliado y al que ha calificado reiteradamente de ¡°traidor¡± y ¡°capit¨¢n de los conspiradores¡±. ¡°Han entrado en el Gobierno como una horda de hunos¡±, dice.
P. ?Por qu¨¦?
R. Usted no puede entrar en el Gobierno y romper el programa electoral que fue votado por 54 millones de personas. Eliminaron el Ministerio de Cultura. Luego volvieron atr¨¢s, pero lo que ellos creen que hay que hacer es lo que hacen primero. Quieren hacer una reforma de las pensiones que no prev¨¦ el aumento de la inflaci¨®n para los que cobran el salario m¨ªnimo, que es el 70%. Y quieren privatizar Petrobras¡
P. A¨²n no han hecho nada de eso¡
Lucho para volver. Es crucial convencerles
R. Pero quieren. Quieren acabar con el Presal [gigantesco yacimiento submarino en el litoral brasile?o] modificando el sistema de explotaci¨®n para favorecer a las grandes empresas. Y quieren acabar con la pol¨ªtica de salud y educaci¨®n. No tienen legitimidad, pero han mandado ya al Congreso una medida que compromete en estos sectores no solo el futuro de dos a?os, lo que es ya un absurdo, sino veinte.
P. ?Qu¨¦ medida?
R. La que limita el gasto en educaci¨®n y salud a lo que se gast¨® el a?o anterior m¨¢s la inflaci¨®n. Brasil no es un pa¨ªs de poblaci¨®n vieja. Al contrario: es de poblaci¨®n joven creciente. As¨ª que eso equivale a reducir los gastos de educaci¨®n per c¨¢pita sistem¨¢ticamente.
P. Pero los mercados parecen haberse tranquilizado.
R. ?Usted cree? Yo creo que los mercados son bastante realistas y ellos hasta ahora no mostraron ninguna euforia. Este Gobierno tiene tres ministros que ya cayeron y alguno m¨¢s en el disparadero. Y todos por lo mismo: corrupci¨®n. Y esto pone al Gobierno en una situaci¨®n complicada. Es un Gobierno que se dice de salvaci¨®n nacional pero en realidad es de s¨¢lvese quien pueda.
P. ?Lograr¨¢ convencer a los senadores necesarios para volver? ?Cree que va a volver?
R. Lucho para volver. Es crucial convencerles. Para ello utilizamos el ox¨ªgeno del debate a fin de acabar con los par¨¢sitos de la democracia. Hay que ense?ar lo que nos jugamos aqu¨ª. No es solo el impeachment. Es la historia. Aqu¨ª se est¨¢ registrando la historia. El sistema pol¨ªtico brasile?o est¨¢ en colapso: el presidente de la C¨¢mara, Eduardo Cunha, est¨¢ apartado del cargo. El fiscal general ha solicitado la prisi¨®n del presidente del Senado, Renan Calheiros. Mi vuelta tiene que ver con mi mandato, pero tambi¨¦n con la reconstrucci¨®n de la democracia en Brasil. Hay que preguntar al pueblo qu¨¦ quiere. No digo que si yo vuelvo vaya a haber una consulta popular. Digo que para que haya una consulta popular es preciso que yo vuelva. Porque mi mandato es leg¨ªtimo. Y el suyo no.
P. ?Y por qu¨¦ no hizo esa consulta antes?
R. Entonces no ten¨ªa sentido. Mi mandato era leg¨ªtimo.
P. Pero iba camino del impeachment, su impopularidad era enorme y ten¨ªa manifestaciones multitudinarias contra usted cada poco¡
R. Pero ten¨ªa 54 millones de votos. En cualquier pa¨ªs del mundo, el hecho de ser impopular, en un r¨¦gimen presidencialista, no lleva a unas nuevas elecciones.
P. ?Qu¨¦ har¨¢ de otra manera si volviera al poder?
R. No habr¨¢ m¨¢s acuerdos con esa coalici¨®n [el PMDB de Michel Temer y Eduardo Cunha y los otros partidos de centro que votaron a favor del impeachment]. Eso se acab¨® en el pa¨ªs. Si vuelvo, tengo que pensar en c¨®mo entregar Brasil al nuevo presidente electo. Vamos a tener que discutir si es posible gobernar con 35 partidos, si es posible gobernar sin hacer antes una reforma pol¨ªtica.
P. ?Y por qu¨¦ no la hizo antes?
R. Lo intent¨¦ en 2013. Pero no tuve ¨¦xito. No creo que el Congreso que rige ahora en Brasil apruebe una reforma pol¨ªtica.
¡°No vi que el ¡®impeachment¡¯ era insalvable hasta el fin¡±
Pregunta. ?Cu¨¢ndo vio que el proceso de impeachment era insalvable, que no hab¨ªa vuelta atr¨¢s?
Respuesta. No, querido. Nosotros luchamos hasta el fin. Nunca vi que era insalvable hasta el fin. Era mi obligaci¨®n. Disputar hasta el ¨²ltimo momento. Quien dice "esto no va a funcionar", comienza a tener problemas.
P. ?Y por eso no renunci¨®?
R. Yo no renunci¨¦ ni voy a renunciar nunca porque soy la prueba viva de que aqu¨ª en Brasil ha habido un golpe. Si renuncio, ?d¨®nde est¨¢ ese golpe?
P. ?C¨®mo fue el primer d¨ªa despu¨¦s del impeachment?
R. Pues no lo recuerdo bien. Me acuerdo de que trabajamos todo el d¨ªa. Tuvimos algunas entrevistas, convers¨¦ con algunas personas. Y a partir de ah¨ª ya fue sin parar. Yo trabajo bastante. La semana pasada estuve en Para¨ªba, en Bah¨ªa y en Pernambuco. Y mantengo mis rutinas, mis paseos en bicicleta por la ma?ana. Duermo bien. Y no estoy deprimida. Yo no soy una persona depresiva. Y no voy a parar hasta volver.
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