El refer¨¦ndum brit¨¢nico fuerza a la UE a emprender un cambio de rumbo
Bruselas afronta un dif¨ªcil negociaci¨®n con Londres y el riesgo de nuevas consultas anti UE
La iron¨ªa no consiste en decir "ni esto ni aquello", sino "esto y aquello" a la vez, seg¨²n dec¨ªa un europeo ilustre, Thomas Mann. El refer¨¦ndum sobre Reino Unido y la UE es tremendamente ir¨®nico: los brit¨¢nicos se han decantado por el Brexit y esto ya est¨¢ provocando un shock en los mercados, pero sobre todo sacudir¨¢n los cimientos pol¨ªticos de la Uni¨®n Europea. Pero incluso si hubiesen optado por quedarse, en Europa ya nada habr¨ªa seguido igual. Esto y aquello a la vez: "Europa no est¨¢ en buena forma", ha dicho esta semana el ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble, que sugiere que la Uni¨®n debe cambiar voten lo que voten los brit¨¢nicos. "El Brexit es una amenaza adicional en un contexto nada sencillo, con los populismos al alza, varias crisis en liza y liderazgos cuestionados en los grandes pa¨ªses", asegura a este diario una alta fuente europea. "Hay que gestionar el divorcio, si llega, y esperemos que en ese caso sea todo por las buenas, no por las malas; pero incluso si no lo hay, el cambio en Europa es inevitable", a?ade la misma fuente.
Los bancos centrales est¨¢n preparados para inyectar liquidez a espuertas, pero ser¨¢ dif¨ªcil apaciguar la marea de refer¨¦ndums en los pa¨ªses en los que m¨¢s ha calado el euroescepticismo m¨¢s populista. El Brexit fuerza ahora a Bruselas a dar una respuesta firme. El problema es que el contexto no favorece en absoluto ese tipo de respuestas. Las grandes canciller¨ªas est¨¢n en modo esperar y ver. Francia, Alemania y Holanda tienen elecciones en 2017, con la extrema derecha pegando fuerte, sin incentivos para empujar hacia una mayor uni¨®n pol¨ªtica. En Italia hay un refer¨¦ndum en oto?o que puede dejar muy tocado al primer ministro Matteo Renzi. Espa?a lleva seis meses sin Gobierno. Y los pa¨ªses del Este se han vuelto tambi¨¦n m¨¢s hostiles a Bruselas, en particular Polonia, Hungr¨ªa y Eslovaquia.
No hay apetito por un salto adelante similar al de la crisis del euro. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, asegur¨® la semana pasada en Luxemburgo que los ministros de Finanzas tienen preparada una respuesta, pero descart¨® "medidas espectaculares": todo pasa por completar la uni¨®n bancaria e ir dando peque?os pasos hacia una federalizaci¨®n en lo econ¨®mico, a la vista de que no hay consenso para acompasar esos avances con lazos m¨¢s estrechos en lo pol¨ªtico, incluso por el flanco fiscal.
El jefe de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, perfilar¨¢ la respuesta a m¨¢s largo plazo en oto?o, en el discurso sobre el Estado de la Uni¨®n. El informe de los cinco presidentes --Juncker, Dijsselbloem, el polaco Donald Tusk (Consejo), el alem¨¢n Martin Schulz (Euroc¨¢mara) y el italiano Mario Draghi (BCE)-- apunta varios pasos adelantes pero en el largo plazo: un Tesoro europeo, eurobonos, una presupuesto de la eurozona, esas cosas.
Pero sobre todo esboza una nueva UE que contemplar¨ªa una estructura de dos velocidades claramente diferenciadas: un n¨²cleo m¨¢s integrado con los pa¨ªses que quieren una Uni¨®n m¨¢s federal, y una periferia cada vez menos integrada con los pa¨ªses que ponen palos en las ruedas cada vez que la UE quiere avanzar.
El FMI apunt¨® la semana pasada que la eurozona necesita como el agua un presupuesto y eurobonos para protegerse contra crisis venideras. Draghi ha apuntado lo mismo esta semana ante la Euroc¨¢mara. "El pecado original de la eurozona es que requiere un nivel mayor de integraci¨®n pol¨ªtica que la que los Estados miembros pueden vender a sus respectivos electorados", critica Simon Tilford, del Centro Europeo para la Reforma, un think tank de Londres.
Eso salto adelante, en el contexto actual marcado por las necesidades de la canciller Angela Merkel y el presidente franc¨¦s Fran?ois Hollande de cara a sus elecciones legislativas, es pr¨¢cticamente pol¨ªtica-ficci¨®n: "Si el Brexit ocurriera, incluso en caso de un voto a favor muy ajustado, la respuesta inicial de la UE ser¨¢ m¨¢s simb¨®lica que otra cosa. Las iniciativas de integraci¨®n ir¨ªan m¨¢s en asuntos de seguridad y defensa como los que ha sugerido Francia m¨¢s que por pol¨ªtica econ¨®mica o fiscal", apuntaba esta semana Mujtaba Rahman, del laboratorio de ideas Eurasia Group.
La gran mayor¨ªa de las casas de an¨¢lisis -Euroasia, pero tambi¨¦n Eurointelligence, por ejemplo- cre¨ªa que era m¨¢s probable un s¨ª a Europa. Los expertos apuntan, adem¨¢s, que tras el Brexit Europa penalizar¨¢ a Reino Unido para evitar un efecto contagio de refer¨¦ndums, y con el objetivo de que Berl¨ªn y Par¨ªs dejen claro con rapidez c¨®mo funcionar¨ªa una UE sin los brit¨¢nicos. Pase lo que pase, viene una segunda mitad de a?o peligrosa, con la amenaza de recesi¨®n en Estados Unidos, los coletazos de la crisis de refugiados y el legado de la Gran Crisis, que ha dejado brechas enormes entre Norte y Sur, Este y Oeste, y ahora puede ahondar en la fractura entre los dos lados del Canal de la Mancha.
Reino Unido ha hecho de la excepci¨®n su se?a de identidad en la UE. No quiere formar parte del euro, participa en las pol¨ªticas de interior y justicia a la carta, se ha blindado contra los rescates financieros¡ Pero en la carrera hacia el refer¨¦ndum, Londres ha tocado la fibra sensible del proyecto europeo. Al lograr abrir un par¨¦ntesis a la igualdad de derechos para trabajadores europeos en suelo brit¨¢nico, el socio londinense ha astillado un pilar del proyecto comunitario: la libertad de sus ciudadanos para afincarse en cualquier pa¨ªs comunitario. Bruselas deber¨¢ lidiar en los pr¨®ximos meses con las aspiraciones de otros pa¨ªses, que quieren privilegios parecidos. Incluso con alg¨²n que otro refer¨¦ndum parecido: Beppe Grillo en Italia y Geert Wilders en Holanda han amenazado ya con seguir el ejemplo brit¨¢nico, y Marine Le Pen podr¨ªa hacer algo parecido.
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