Lo peor de los dos mundos
Cameron actu¨® irresponsablemente, pensando en sus intereses a corto plazo
Cameron prometi¨® a los brit¨¢nicos lo mejor de los dos mundos. Caminar con las ventajas de la Uni¨®n Europea, pero sin ataduras.
Cameron actu¨® as¨ª, irresponsablemente, pensando en sus intereses a corto plazo, en su liderazgo pol¨ªtico, en unas elecciones que gan¨®... alimentando la mera codicia e inter¨¦s.
Le falt¨® el ¨¢nimo y coraje de los grandes pol¨ªticos para pensar en el ma?ana, sabiendo que hacer frente al populismo antieuropeo de Nigel Farage era lo esencial en el terreno de las ideas, sin jugar de forma mediopensionista a la barbarizaci¨®n de la pol¨ªtica.
Cameron, Farage y Johnson representan lo peor de los dos mundos, la inconsistencia ideol¨®gica y la degradaci¨®n de la figura del l¨ªder convertido en payaso del carnaval del descontento social. No cabe duda de que se agudizar¨¢n las tensiones secesionistas en Escocia e Irlanda del Norte, que han votado pro europeo.
El antiguo imperio colonial podr¨¢ aspirar a ser Singapur dentro de veinte a?os, pero ahora no tienen trucos, ni chistes, ni redes sociales en las que esconderse, ni nadie a quien echar la culpa. Los brit¨¢nicos se enfrentan ahora a su destino.
El viudo de Jo Cox no tendr¨¢ consuelo posible esta ma?ana. Las entra?as se le habr¨¢n revuelto ante la dureza de coraz¨®n de millones de compatriotas. ¡§No es nada personal¡§, le han dicho.
La obligaci¨®n del Parlamento Europeo, como del resto de instituciones pol¨ªticas de la Uni¨®n Europea es asumir la circunstancia y negociar el divorcio de Gran Breta?a de la manera menos da?osa para las dos partes. No compartimos moneda, ni algunas otras pol¨ªticas esenciales de la UE, pero nuestro espacio com¨²n de comercio de bienes, servicios y circulaci¨®n de personas es muy intenso. Casi un 50 por ciento del comercio de Gran Breta?a sucede con la Uni¨®n Europea.
Los esca?os brit¨¢nicos, 73, pasar¨¢n a ser contabilizados en la reforma del sistema de reparto de esca?os para los pa¨ªses tras c¨¢lculos y ajustes negociados que llevar¨¢n tiempo.
Los l¨ªderes europeos, hasta ahora timoratos, ya saben que la cobard¨ªa en enfrentar los retos comunes no les salvar¨¢ la cabeza. Es de esperar que la necesaria reforma del Tratado obligue a dotar de nueva fuerza a la apuesta pol¨ªtica por una Europa que dice ¡°s¨ª¡± a preservar sus valores de pluralismo, su ¨¢nimo de cooperaci¨®n, su fortaleza frente al fanatismo violento, frente al avance de los discursos del odio. No vamos a renunciar a una Europa social con un futuro de dignidad para nuestros hijos y nietos.
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