¡°Nos sentimos como de luto¡±
Los espa?oles que residen en Londres viven con asombro e incredulidad una noticia que no se esperaban y a¨²n no se imaginan c¨®mo pueden cambiar sus vidas
Entre los espa?oles que viven?en Londres reinaba este viernes la incredulidad y el abatimiento. Casi todos se fueron a la cama sin saber el resultado, pero pensando que al final se impondr¨ªa la opci¨®n de quedarse. Sin embargo, al levantarse se quedaron aturdidos por una noticia bomba. Ya no viven en un pa¨ªs de la UE y se sienten m¨¢s extranjeros. ¡°Nadie nos echa, pero es como estar en una fiesta a la que no te han invitado¡±, dice Alberto Barba, un arquitecto gaditano. Trabaja en la oficina de la arquitecta iraqu¨ª Zaha Hadid, donde asegura que de 400 trabajadores, apenas el 5% son brit¨¢nicos. Es coherente con las cifras globales: en el pa¨ªs hay tres millones de ciudadanos de la UE, que suponen el 6,6% de la fuerza de trabajo. Esta ma?ana, cuando Barba fue a llevar a su hijos al colegio, se encontr¨® con otros padres con cara de funeral. ¡°Tristes, desconcertados, caras que solo he visto despu¨¦s de ataques terroristas¡±. Este arquitecto de 40 a?os tiene tres hijos y lleva 13 a?os en Londres. Ahora, se plantea marcharse. ¡°No s¨¦ si quiero que mis hijos crezcan en un entorno de cerraz¨®n e intolerancia y en el que todo lo que venga de fuera es como si fuera una amenaza¡±.
"A¨²n no me he recuperado del shock, no me lo esperaba. No s¨¦ qu¨¦ va a pasar ahora, espero que no me echen", dec¨ªa medio en broma, medio en serio, Mar¨ªa Arceo, escultora, que lleva 32 a?os en la capital brit¨¢nica. Lleg¨® en 1984, cuando Espa?a a¨²n no estaba en la UE, y recuerda los visados y las trabas burocr¨¢ticas. Volver ahora a eso le parece incre¨ªble. "En la tele hab¨ªa gente esta ma?ana [por el viernes] que dec¨ªa que se sent¨ªa de luto, as¨ª nos sentimos un poco todos, de luto", explicaba. Ella est¨¢ especialmente enfadada con Boris Johnson, porque hasta que ¨¦l se sum¨® al Brexit esa opci¨®n era vista como una idea extremista, "pero que lo apoyara alguien de su estatura ha tenido mucha influencia, y todo por sus ambiciones pol¨ªticas personales de sustituir a Cameron".
Ella, como muchos otros, ni se ha planteado en qu¨¦ puede afectar el abandono de la UE a su trabajo, porque no pensaba que se llegara a esto. A ?lvaro Picardo, de 48 a?os, que trabaja en el mercado del arte, le sucede lo mismo. "Estoy como si me hubieran dado una ducha de agua fr¨ªa. A¨²n no me lo creo. Es todo muy alucinante. Al principio, cuando discut¨ªa con alg¨²n ingl¨¦s favorable al Brexit me lo tomaba de forma personal, luego ya me he hecho a la idea. Esta clase obrera blanca que ha apoyado masivamente la salida de la UE se lo ha cargado todo. Nadie es consciente de las consecuencias". Picardo cuenta que en su c¨ªrculo de amistades, en las empresas con las que trabaja, no ha conocido a nadie a favor de irse de Europa, pero admite que Londres es un mundo aparte. "El s¨¢bado hicimos una barbacoa y no quise sacar el tema para no discutir, pero al final sali¨® y de 25 solo tres estaban a favor del Brexit. Me sorprendi¨® y me qued¨¦ tranquilo, pero est¨¢ claro que la capital no representa el pa¨ªs".
"El problema patente es el de dos mundos diferentes en el pa¨ªs que no se hablan y no se entienden, porque adem¨¢s los partidarios de quedarse han ostentado siempre un sentimiento de superioridad intelectual que no ha favorecido su causa", opina Javier Ortega, 47 a?os, profesor del Departamento de Econom¨ªa de la City University de Londres, donde el rector ya les ha mandado una nota para advertirles de que probablemente habr¨¢ consecuencias en las tasas de los alumnos de la UE, que se encarecer¨¢n. En su departamento son 25 y solo tres son ingleses, contrarios al Brexit. Igual que en su barrio, donde la opci¨®n Remain ha ganado en un 75%. Pero Londres es una isla europe¨ªsta rodeada de enemigos de la UE, el resto del pa¨ªs. Relata que ha dormido poco y se ha levantado de mal humor. "Mis hijos, de 10 y 6 a?os, nos lo han notado, y les he tenido que tranquilizar diciendo que no va a cambiar nada". Cree que as¨ª ser¨¢, de momento, al menos para los que ya est¨¢n ahora en el pa¨ªs. Para los que vengan detr¨¢s quiz¨¢ no, les empezar¨¢n a pedir visados. De todos modos piensa que si Gran Breta?a "cuando estaba dentro de la UE estaba lo m¨¢s fuera posible, ahora que est¨¢ fuera intentar¨¢ estar lo m¨¢s dentro posible, sin estar dentro". "Me extra?ar¨ªa mucho que hubiera grandes cambios, tienen una gran tradici¨®n de estar abiertos a los extranjeros y sobre todo al mercado".
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