¡°Me preocupa mucho que en este pa¨ªs se piense ya en una confrontaci¨®n¡±
El l¨ªder opositor nicarag¨¹ense Eduardo Montealegre analiza sus opciones ahora que no puede participar en las presidenciales de noviembre
Eduardo Montealegre (Managua, 1955) se queja de no haberse preparado mejor para la sesi¨®n de fotos posterior a la entrevista. Vestido con una camisa color rosa de manga corta, el l¨ªder de la oposici¨®n nicarag¨¹ense posa delante de grandes im¨¢genes de id¨ªlicas playas del sur del pa¨ªs. La fotograf¨ªa es una de las aficiones de este pol¨ªtico que un d¨ªa aspir¨® a convertirse en presidente de este convulso Estado centroamericano. Montealegre se devana los sesos para entender qu¨¦ opciones tiene su formaci¨®n pol¨ªtica, ahora que no puede participar en las presidenciales de noviembre: un fallo de la Corte Suprema le ha despojado de la representaci¨®n legal de su partido, el Liberal Independiente (PLI) y ha invalidado invalida las candidaturas de los tambi¨¦n opositores Luis Callejas y Violeta Granera.?
El presidente Daniel Ortega, que controla todos los poderes, les ha reducido a un movimiento inocuo, con una gran parte del electorado desilusionado con la pol¨ªtica y con una mayor¨ªa de la poblaci¨®n apremiada en la supervivencia diaria. Sin una estrategia clara por parte de la oposici¨®n para hacerle frente, Ortega tiene todas las cartas a su favor.
Pregunta. ?Qu¨¦ opciones le quedan a la oposici¨®n?
Respuesta. Si Ortega no reflexiona, me preocupa mucho que en este pa¨ªs la gente ya est¨¦ pensando en una confrontaci¨®n, no de disturbios callejeros, sino una confrontaci¨®n de hecho para sacarlo del poder.
P. ?Qui¨¦nes piensan en eso?
R. Mucha gente lo dice. Nosotros no estamos de acuerdo con esa alternativa. Creemos que Ortega deber¨ªa reflexionar.
P. ?Qu¨¦ acciones tomar¨¢n ahora que la v¨ªa electoral est¨¢ descartada?
R. Esta es una lucha que apenas comienza, que no se va a terminar en noviembre con las elecciones. Nos corresponde buscar alternativas, salidas democr¨¢ticas, para no tener que repetir lo que ha pasado en este pa¨ªs despu¨¦s de una farsa electoral, porque cada vez que hay una farsa electoral viene la confrontaci¨®n, el derramamiento de sangre. Esta vez todos tenemos que poner nuestro esfuerzo para encontrar esa salida.
P. Tras las elecciones de noviembre, el presidente Ortega controlar¨¢ totalmente el Parlamento. Ustedes pierden ese espacio...
R. S¨ª. Lo que tenemos que hacer es aprender de la historia. En 1974, en tiempos del somocismo, el pa¨ªs estaba en una situaci¨®n muy similar a esta. Somoza quer¨ªa continuar en el poder, no hab¨ªa reelecci¨®n, hab¨ªa hecho un cambio en la Constituci¨®n y ven¨ªan las elecciones. La oposici¨®n decidi¨® no participar, por lo que esas elecciones fueron una farsa electoral. En este caso, Ortega no nos est¨¢ dejando participar y lo que va a haber, si no nos deja participar, es otra farsa electoral. Lo que quisiera es que la soluci¨®n no sea la que se dio cinco a?os despu¨¦s, cuando hubo una confrontaci¨®n armada, una revoluci¨®n, 50.000 muertos y la destrucci¨®n de todas nuestras bases econ¨®micas y sociales.
P. ?Dir¨ªa que Nicaragua vive una nueva dictadura?
R. Absolutamente. Cuando tienes a alguien que controla el poder legislativo, el poder judicial, el electoral, la Polic¨ªa, el Ej¨¦rcito y hacen lo que ¨¦l dice, ?c¨®mo le llama a eso?
P. El sector privado de Nicaragua mantiene una buena relaci¨®n con el Gobierno. ?Qu¨¦ esperan de los empresarios?
R. No he hablado con ellos. El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), Jos¨¦ Ad¨¢n Aguerri, dijo que la decisi¨®n de la Corte Suprema en relaci¨®n a quitar la representaci¨®n legal del PLI era grave. No s¨¦ si van a hacer algo al respecto. Creo que para su propio bienestar es mejor que yo no me meta a hablar con ellos de eso, porque es obvio que Ortega las tiene contra m¨ª.
P. ?Un asunto personal, no pol¨ªtico?
R. No personal. ?l sabe que no he sido como [el expresidente] Arnoldo Alem¨¢n [1997-2002 y acusado por corrupci¨®n], que no me he entregado, que no me he doblegado. Eso le molesta, porque a ninguno de estos caudillos le gusta que uno se le plante.
P. ?Qu¨¦ dicen sus bases en las zonas rurales del pa¨ªs, la mayor¨ªa campesinos?
R. Hay una gran molestia. Algunos est¨¢n dispuestos a ir m¨¢s all¨¢ de lo que a nosotros nos gustar¨ªa, porque queremos una salida c¨ªvica, democr¨¢tica.
P. ?Qu¨¦ les dice usted frente esa molestia?
R. No los voy a detener. Pero no quisiera ver a mis compatriotas confrontados otra vez en una guerra fratricida.
P. ?Es imposible el di¨¢logo?
R. El problema es que Ortega busca dialogar para ver c¨®mo se entienden dos personas. Yo busco un di¨¢logo para beneficiar a seis millones de nicarag¨¹enses, para que haya respeto a la institucionalidad, a las leyes, a la Constituci¨®n, a los derechos humanos, al voto de cada ciudadano. Me gustar¨ªa pensar que Ortega medita que la salida para Nicaragua es acabar con el caudillismo y que ¨¦l quiere ser el ¨²ltimo caudillo. Porque esa es la ¨²nica manera de acabar con el caudillismo, como lo acab¨® Franco en Espa?a o Pinochet en Chile. No pierdo la esperanza de que Ortega piense que ¨¦l es el ¨²ltimo caudillo. Y que despu¨¦s de eso surja un nuevo pa¨ªs.
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