El G¨¹ero Palma, preso perfecto en la c¨¢rcel de la que se fug¨® El Chapo
El antiguo l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa cumple a rajatabla con las ordenanzas de la prisi¨®n y s¨®lo recibe la visita de un hijo
Cabeza rapada, gesto met¨¢lico, nariz hundida. H¨¦ctor Palma Salazar, El G¨¹ero Palma, de 56 a?os, ha vuelto al universo carcelario. Las primeras im¨¢genes difundidas por funcionarios de su estancia en el penal de m¨¢xima seguridad de El Altiplano, le muestran de uniforme y en una celda m¨ªnima. Nada que ver con el narco que el 16 de junio, despu¨¦s de nueve a?os en prisiones estadounidenses, cruz¨® el R¨ªo Bravo con gorra de b¨¦isbol, bigote y camisa a cuadros finos.
No tuvo entonces ni un segundo de libertad. Tras pisar tierra mexicana, el hombre que dirigi¨® mano a mano con El Chapo Guzm¨¢n el poderoso c¨¢rtel de Sinaloa fue inmediatamente apresado y acusado de un crimen que estaba sin juzgar. El de un subcomandante de polic¨ªa y su escolta que, tras haber estado supuestamente a sus ¨®rdenes, se pasaron al c¨¢rtel de Tijuana. El 18 de mayo de 1995, en el poblado de Trigomil (Nayarit), sus cuerpos fueron hallados en el interior de su camioneta Chevrolet blanca. Les hab¨ªan pulverizado la cara con m¨¢s de 20 balazos.
Un mes despu¨¦s, El G¨¹ero Palma fue detenido tras un accidente de avi¨®n y empez¨® su odisea carcelaria. Primero pen¨® 12 a?os en prisiones mexicanas y luego fue extraditado a Estados Unidos. All¨ª, cerr¨® un pacto con la fiscal¨ªa y logr¨® una condena de s¨®lo 16 a?os que se redujeron a nueve por buena conducta. Durante ese tiempo, seg¨²n los informes penitenciarios, nadie consigui¨® que hablase del pu?al que aloja su mente: la venganza que llev¨® a sus enemigos del c¨¢rtel de Tijuana a mandarle la cabeza de su mujer (tras seducirla) en una caja met¨¢lica y matar a sus dos hijos peque?os tir¨¢ndolos por un puente en Venezuela.
Convertido en una sombra de s¨ª mismo, los ex¨¢menes psicol¨®gicos le muestran como una persona de baja empat¨ªa social y alta capacidad criminal. Una fiera acorralada que entre rejas muestra una sorprendente buena conducta. En la prisi¨®n El Altiplano, seg¨²n fuentes penitenciarias, s¨®lo ha recibido la visita de un hijo y cumple a rajatabla con las ordenanzas. Es el preso 3950.
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