El vig¨ªa del poder
Hoy la principal amenaza contra la democracia es utilizarla contra sus propios ciudadanos al privarles de libertad de expresi¨®n
Para el presidente Eisenhower la libertad era el valor fundamental de la democracia, pues no en vano hab¨ªa dirigido el mayor ej¨¦rcito conocido contra la peor dictadura totalitaria que ha conocido la Humanidad. ?l dijo una vez que ¡°la historia de los hombres libres nunca fue escrita por casualidad sino por elecci¨®n; ?su elecci¨®n!¡±
Hoy en d¨ªa, gracias entre otros a l¨ªderes como Eisenhower, la principal amenaza contra la democracia no es el totalitarismo nazi ni estalinista. Me atrever¨ªa a decir que ni siquiera lo es el terrorismo global islamista. Hoy la principal amenaza contra la democracia es utilizarla contra sus propios ciudadanos al privarles de libertad de expresi¨®n. La historia nos ha ense?ado que los procedimientos democr¨¢ticos pueden ser imitados por reg¨ªmenes autoritarios con s¨®lo prescindir de un elemento: la libertad de expresi¨®n y su correlato p¨²blico, que es la libertad de prensa. All¨ª donde no hay libertad de prensa se podr¨¢ decir que hay democracia formal, pero no existe democracia material, real. Uno de esos casos donde la corrupci¨®n del Estado de Derecho empieza por el acoso y silencia miento a la prensa, al vig¨ªa del poder es el que ofrece al mundo el r¨¦gimen bolivariano que impera en Venezuela.
La necesidad de recordar la importancia de la libertad de prensa como garant¨ªa de la democracia es lo que nos ha movido a los miembros de la Fundaci¨®n Eisenhower Fellowships a promover el Premio First Amendment (Primera Enmienda) concedi¨¦ndolo en reconocimiento a quienes han destacado en la lucha y defensa del derecho a la informaci¨®n de todos los ciudadanos.
En 1791 el Congreso norteamericano promulg¨® la primera enmienda que abre el Bill of Rights de la Constituci¨®n de los Estados Unidos. En esta primera enmienda se proh¨ªbe al legislador que adopte cualquier medida que, en definitiva, coarte la libertad de pensamiento, en cuyo ¨¢mbito se reconoce expresamente la libertad de expresi¨®n.
Es muy significativo que el Bill of rights de la constituci¨®n norteamericana se abra con la garant¨ªa de las libertades de conciencia, expresi¨®n e informaci¨®n. El Congreso ten¨ªa plena conciencia de que una prensa libre constituye la piedra angular del estado democr¨¢tico. Tomas Jefferson, a?os atr¨¢s, ya hab¨ªa defendi¨® que la esencia del Gobierno americano deb¨ªa ser una opini¨®n p¨²blica libre.
Estados Unidos se convirti¨® as¨ª en un modelo de reconocimiento avanzado de la libertad de prensa. Un modelo que apuntala posteriormente la famosa sentencia del juez Brandeis en el caso Whitney contra California. En esa Sentencia se afirma que un pa¨ªs libre es aquel en el cada uno posee libertad de conciencia y libertad para decir lo que piensa. Estas libertades son, se?ala el juez Brandeis, un medio indispensable para descubrir y difundir las verdades pol¨ªticas. El coste de oportunidad de no garantizar esa libertad resulta evidente para el juez: pueblo inerte en el que no puede existir la libertad.
Estas afirmaciones, posteriormente completadas por otros fallos han resultado esenciales para la historia y desarrollo de la democracia en todo el mundo.
Europa acogi¨® tambi¨¦n estos postulados, aunque inicialmente lo hizo con mayores prevenciones. La doctrina ha destacado la desconfianza original hacia las libertades de expresi¨®n de las primeras constituciones y legislaciones europeas. Una libertad que, en efecto, se reconoc¨ªa y promulgaba, aunque enseguida era sometida a un elenco expresamente desatado de limitaciones, generalmente justificadas en la defensa del honor y el orden p¨²blico.
Sin embargo, muy pronto esos l¨ªmites comenzaron a ser interpretados por los Tribunales Constitucionales de un modo muy restrictivo, dando lugar a una jurisprudencia, a un reconocimiento de la libertad de prensa, sumamente generoso, equiparable al que funcionaba en el modelo norteamericano.
La plasmaci¨®n de esta relevancia ha sido realizada de forma muy significativa, dada su especializaci¨®n en materia de derechos y libertades individuales, por la Corte Europea de Derechos Humanos. Para la Corte, la prensa posee la funci¨®n esencial de ser el vigilante, el guardi¨¢n de la democracia, corroborando as¨ª el papel que muchos atribuyen a la prensa de un verdadero ¡°cuarto poder¡± de los estados democr¨¢ticos.
Esta funci¨®n de vigilancia, a juzgar por lo que la actualidad informativa nos muestra a diario, est¨¢ hoy en plena forma. Nunca antes ha tenido el poder pol¨ªtico que ser tan cuidadoso en su gesti¨®n, rendir tantas cuentas y dar tantas explicaciones a la ciudadan¨ªa. Hans Christian Andersen lo dijo de un modo m¨¢s contundente: ¡°la prensa es la artiller¨ªa de la libertad¡±.
La prensa libre, destacan siempre y acertadamente los expertos en Derecho Constitucional, es el antis¨¦ptico esencial de las democracias. Sin ella la corrupci¨®n y el despotismo amenazan, m¨¢s a la corta que a la larga, al cuerpo social.
Este es el papel que nuestro premio Primera Enmienda quiere reconocer, distinguiendo a aquellos que han destacado en su defensa y promoci¨®n de la libre informaci¨®n y del pluralismo de ideas como sost¨¦n principal de una sociedad democr¨¢tica. Desde la primera edici¨®n hemos querido reconocer, en Washington y en Madrid, el destacado papel de diversos periodistas espa?oles, entre ellos a Juan Luis Cebri¨¢n el siguiente a?o y a Gloria Lomana en las dos ¨²ltimas ediciones.
En esta ocasi¨®n, Antonio Ca?o, director de EL PA?S, ha sido reconocido con el premio principal First Amendment, en alusi¨®n al precepto constitucional norteamericano donde se recoge la sagrada libertad de expresi¨®n, freedom of speech como uno de los pilares de la democracia de los EEUU. Ca?o y El Pa¨ªs son sin¨®nimo de periodismo comprometido y, acudiendo a la imagen creada por la Corte Europea de Derechos Humanos, de un periodismo vigilante del poder.
El peri¨®dico editado por el Grupo Prisa naci¨® de las manos principales de Polanco y Cebri¨¢n al tiempo que la democracia retornaba a Espa?a. Desde entonces, en esos 40 a?os de existencia El Pa¨ªs ha noticiado, informado y opinado sobre la realidad p¨²blica espa?ola durante d¨¦cadas, lo que les convierte a diario y a los informadores -representados hoy por Antonio Ca?o-, en una referencia insoslayable en el mundo de la informaci¨®n.
Todos ellos poseen una dilatada y conocida actividad profesional que ha dado lugar a verdaderos hitos informativos. Esta correspondencia con la opini¨®n p¨²blica s¨®lo est¨¢ al alcance de profesionales de la informaci¨®n curtidos y con capacidad de destacar la amplia gama de matices bajo los que muchas veces se muestra la vida pol¨ªtica y social.
Hace unas semanas Antonio Ca?o sal¨ªa al encuentro del futuro utilizando las nuevas tecnolog¨ªas para los viejos fines del periodismo de una forma nueva, en constante di¨¢logo con sus lectores, declarando su compromiso con la generaci¨®n de opini¨®n p¨²blica digital, donde seguir¨¢n defendiendo la libertad de expresi¨®n y la libertad de prensa frente a las hordas de los trolls y los guardianes de lo pol¨ªticamente correcto.
Si, como dijo Joseph Pulitzer ¡°las naciones prosperan o decaen simult¨¢neamente con su prensa¡±, el trabajo de nuestro galardonado con el premio First Amendment simboliza tambi¨¦n la confianza en que la sociedad espa?ola todav¨ªa tiene resortes morales y c¨ªvicos para recuperarse de estos tiempos dif¨ªciles que nos ha tocado vivir.
Javier Cremades es abogado y presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Eisenhower Fellows.
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