Ley de la selva y trata de personas
La explotaci¨®n ilegal del oro en Per¨² pone de manifiesto la inoperancia del Estado
No rige lo que com¨²nmente se llama ¡°ley de la selva¡±. En la selva amaz¨®nica las especies coexisten en equilibrio; todas ellas ¡ªvegetales y animales¡ª sobreviven al final de la historia. Pero en la regi¨®n peruana de Madre de Dios ¡ªfronteriza con Bolivia y Brasil¡ª no hay ley; de la selva ni de cualquier otro tipo.
Al calor de la fiebre del oro, que luego del Brexit supera los 1.300 d¨®lares por onza, la ¨²nica ley que rige en buena parte de Madre de Dios es la violencia, la ley del m¨¢s fuerte, la del atropello incontrolado de los derechos de las personas. Con baja densidad poblacional (1,14 habitantes por kil¨®metro cuadrado) y su enormidad (85.000 km2), es m¨¢s grande que B¨¦lgica y Holanda juntas. Pero el Estado es casi inexistente.
Con la explotaci¨®n ilegal del oro se tejen redes de trata de personas y de prostituci¨®n infantil
El Per¨² es el primer productor de oro de Am¨¦rica Latina y se estima que no menos del 10% de la producci¨®n proviene de la miner¨ªa ilegal. El desastre ambiental de este tipo de miner¨ªa ya ha deforestado casi 90.000 hect¨¢reas en Colombia. En el Per¨² se va en esa direcci¨®n, a lo que se a?ade la contaminaci¨®n con mercurio de quienes se alimentan de peces de r¨ªos contaminados. Las epis¨®dicas acciones estatales han fracasado.
M¨¢s all¨¢ de la deforestaci¨®n o el mercurio, con la explotaci¨®n ilegal del oro se tejen redes de trata de personas y de prostituci¨®n infantil de las que poco se habla y en las que la inoperancia del Estado es clamorosa. En Madre de Dios est¨¢ el principal eslab¨®n en el Per¨² en la trata y prostituci¨®n de ni?as y j¨®venes. Llegan de las serran¨ªas de Cusco y Puno atra¨ªdas por el se?uelo de atender como meseras en restaurantes; en realidad se trata de lo que la gente conoce como prostibares. Centenares de prost¨ªbulos clandestinos bordean las zonas aleda?as a la carretera interoce¨¢nica que une Brasil con el Per¨².
Estudiosos que trabajan en la zona estiman que podr¨ªan llegar a 4.000 las mujeres menores de 21 a?os en esta situaci¨®n, las que a veces aparecen asesinadas y mutiladas y otras veces simple y llanamente desaparecen para siempre si amenazan con salirse del redil. Nada de esto es un secreto. Se han publicado reportajes y, de cuando en cuando, los fiscales organizan operativos en la zona contando con una fuerza policial usualmente poco entusiasta. El dinero corruptor y hasta el inter¨¦s personal de algunos, que ser¨ªan hasta socios de prostibares, hacen que muchas veces los agentes arrastren los pies.
La explotaci¨®n sexual de la infancia dista de ser un drama local. Seg¨²n una encuesta reciente de CHS Alternativo, m¨¢s de 500.000 adultos habr¨ªan sufrido alg¨²n tipo de explotaci¨®n sexual en el Per¨² en alg¨²n momento de su infancia. Faltan centros para atender a v¨ªctimas de trata, emprender investigaciones proactivas sobre esta cuesti¨®n, presencia policial preventiva y operaciones m¨¢s sistem¨¢ticas y rutinarias. En resumen: falta Estado y decisi¨®n pol¨ªtica.
Lo peor es que se va como los cangrejos. Los ya escasos recursos presupuestales contra la trata bajan de 2,65 millones de d¨®lares en 2015 a un exiguo mill¨®n este a?o, lo que representa apenas el 0,0023% del presupuesto nacional. Hay en esto responsabilidades pol¨ªticas y morales de un Gobierno que ya termina, que se visti¨® con el discurso de la inclusi¨®n pero que exhibe en Madre de Dios su clamorosa incompetencia e incumplimiento de sus obligaciones.
Confiemos en que Pedro Pablo Kuczynski ¡ªque asumir¨¢ la presidencia del Per¨² dentro de un mes¡ª y su equipo ejercer¨¢n con vigor su funci¨®n y que en esta zona del mundo la presencia del Estado deje de ser una ficci¨®n.
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