Ni por todo el oro del mundo
Diecis¨¦is familias mexicanas se niegan a dejar sus casas en una zona de explotaci¨®n minera en Zacatecas
Roberto de la Rosa contempla su casa: una construcci¨®n de muros anchos y grietas en el techo que por varias generaciones ha pertenecido a su familia. En la sala, frente a una imagen del m¨ªtico h¨¦roe revolucionario Emiliano Zapata, dice que ¨¦l no abandonar¨¢ sus ra¨ªces por nada en el mundo. Esos muros desgastados resguardan la historia de un hombre que desde hace seis a?os lucha contra un consorcio que quiere explotar una mina a cielo abierto en el terreno donde est¨¢ asentada su casa y la de sus vecinos.
?l vive en Salaverna, una comunidad apostada sobre un terreno monta?oso del municipio de Mazapil, ubicado en el noreste del Estado de Zacatecas. Ah¨ª la empresa Tayahua en asociaci¨®n con Frisco ¡ªuna compa?¨ªa de Carlos Slim, el hombre m¨¢s rico de M¨¦xico¡ª emprendi¨® en 2010 un proyecto minero-metal¨²rgico que extraer¨ªa el mineral mediante minado a cielo abierto con una inversi¨®n de 45 millones de d¨®lares.
El conflicto entre la comunidad y la minera comenz¨® a finales de 2010 cuando recibieron las primeras visitas de los miembros de la compa?¨ªa que intentaban convencerlos de desalojar el terreno, cuenta don Roberto, delegado municipal. La empresa les ofrec¨ªa reubicarlos a un nuevo fraccionamiento construido exclusivamente para ellos porque en el subsuelo de Salaverna hab¨ªa una falla s¨ªsmica que representaba un riesgo para su vida.
La mayor parte de las 120 familias se resistieron a aceptar el trato y la minera continu¨® con el trabajo subterr¨¢neo, que implicaba detonaciones tres veces al d¨ªa. En diciembre de 2012 una parte del cerro donde est¨¢n apostadas las casas se desgaj¨® y se vieron afectados un par de vecinos. Casualmente ese d¨ªa gente de la empresa lleg¨® a contarles que el nuevo fraccionamiento, ubicado a 5 kil¨®metros de ah¨ª, estaba casi listo para su inauguraci¨®n. Los opositores al proyecto est¨¢n convencidos que el desprendimiento ocurri¨® por las detonaciones que hace la empresa con la finalidad de infundirles temor.
"Muchos por el miedo de que sus casas se fueran a hundir se fueron, pero otros aceptaron porque se deslumbraron. Nunca hab¨ªa visto esas casas con regadera, vitropiso (piso de cer¨¢mica), como en las ciudades. Entonces se fueron como 50 familias", explica Celestino Guevara, otro de los habitantes que se resisten a dejar su propiedad.
La compa?¨ªa cuenta con la declaraci¨®n de impacto ambiental emitida por la Secretar¨ªa de Medio Ambiente que les autoriza trabajar en la zona y posee la concesi¨®n para explotar unas 300 hect¨¢reas. Sin embargo no ha podido desalojar a las 16 familias porque estas poseen t¨ªtulos agrarios que amparan la propiedad de sus parcelas.
Un pueblo fantasma
Al caminar por las veredas de Salaverna se observan decenas de casas derruidas que dan la sensaci¨®n de un pueblo abandonado. Son los restos de las viviendas que fueron vendidas a la empresa y que ¨¦sta pulveriz¨®. La iglesia ha sido cerrada porque est¨¢ atravesada por una enorme grieta, en la primaria ya no hay clases y los servicios que ofrec¨ªa la cl¨ªnica m¨¦dica fueron trasladados al nuevo Salaverna.
¡ªEse era un cine hace muchos a?os, luego lo hicimos un auditorio ¡ªse?ala don Roberto mientras camina entre los escombros del inmueble sin techo.
M¨¢s arriba est¨¢ la ¨²nica tienda de la localidad. Emilia Torres, la due?a del comercio, dice que aunque su tienda est¨¢ a punto de extinguirse por las escasas ventas, no dejar¨¢ Salaverna. ¡°Dicen que all¨¢ es una colonia moderna, pero yo no vivo de lo moderno, si yo ahorita no tengo para comer, voy y mato una gallina y se las cocino en una fogata all¨¢ afuera a mis hijos, y all¨¢ abajo no te dejan tener animales ni prender lumbre en la calle. Yo aqu¨ª tengo cochinos, conejos y palomas porque esta es nuestra forma de vivir¡±, expresa.
Celestino Guevara tampoco se marchar¨¢. En Salaverna hay muchas personas como ¨¦l que poseen casas de 50 metros de largo y 50 de ancho. En el nuevo fraccionamiento las viviendas son de 8 y 12 metros. ¡°Yo aqu¨ª no molesto a ning¨²n vecino porque mi casa est¨¢ separada de la de ¨¦l, all¨¢ viven juntitos los unos a los otros¡±, afirma.
En el nuevo Salaverna, Refugio ¨Cuna anciana de 90 a?os y arrugas pronunciadas- est¨¢ sentada afuera de una vivienda de colores p¨¢lidos. Su nuera dice que ah¨ª se la pasa todo el d¨ªa. ¡°Est¨¢ deprimida, desde que nos vinimos para ac¨¢, no tiene mucho que hacer. All¨¢ se la pasaba todo el d¨ªa caminando por el monte o alimentando a los animalitos¡±. Otra vecina, quien atiende una tienda de abarrotes, dice que ella est¨¢ conforme con su casa. ¡°Ac¨¢ tenemos una escuela nueva, nos hicieron una iglesia y las calles est¨¢n pavimentadas¡±, dice.
Terreno que vale oro
Zacatecas es un Estado tradicionalmente minero y esta actividad es uno de los principales pilares del desarrollo econ¨®mico de la regi¨®n. Desde la ¨¦poca de la colonia se han explotado importantes yacimientos de cobre, oro y plata. Actualmente el 40% del territorio est¨¢ concesionado.
Uno de las regiones mineras m¨¢s importantes est¨¢ en Mazapil (22.000 habitantes), a donde pertenece Salaverna. El municipio fue el mayor productor de oro y plata durante 2014, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la C¨¢mara Minera de M¨¦xico.
El alcalde de Mazapil, Vicente P¨¦rez Esquivel, cuenta que Salaverna se form¨® como un centro de poblaci¨®n para los empleados que trabajaban en el ejido Terminal de Providencia ¨Cdonde est¨¢n las instalaciones de la mina- y con el paso de los a?os estudios geol¨®gicos fueron encontrado que el yacimiento minero daba hacia donde est¨¢ ubicado Salaverna ¡°El ejido qued¨® atrapada en ese importante yacimiento¡±, explica el alcalde.
La actividad minera es uno de los principales ejes econ¨®micos del municipio debido a la derrama econ¨®mica que dejan los empleados y a la mano de obra que contratan. ¡°El primer beneficio es que nos ocupan a una parte de nuestra gente, y pagan un impuesto de su predio. Al a?o se les cobra un predial de 16 millones de pesos (unos 888.000 d¨®lares). Ese dinero nos ayuda en las necesidades del municipio: servicios p¨²blicos, mantenimiento de escuelas o centros de salud¡±, expone.
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