La hora de las mujeres
La mejor opci¨®n de Reino Unido para negociar con la UE tras el 'Brexit' llega de la mano de tres destacadas pol¨ªticas: May, Eagle y Sturgeon
¡°El patriotismo es el ¨²ltimo refugio de un canalla¡±
Samuel Johnson, escritor ingl¨¦s del siglo XVIII
Reino Unido no tiene Gobierno, no tiene partido de oposici¨®n, cada d¨ªa trae un nuevo caso de asesinato pol¨ªtico o vil traici¨®n, los ciudadanos no han estado m¨¢s divididos desde el final de la guerra civil inglesa en 1649, la libra esterlina se desploma, la inversi¨®n se detiene y todo, todo indica que se perder¨¢n empleos y que los pobres ser¨¢n m¨¢s pobres.
Nada de esto hubiera ocurrido, el pa¨ªs seguir¨ªa siendo pr¨®spero y estable, si no se hubiese convocado un refer¨¦ndum sobre la permanencia en la Uni¨®n Europea, o si los ingleses no hubiesen sucumbido a la propuesta de suicidio colectivo propagada por los pol¨ªticos de la derecha elitista que lideraron la campa?a triunfal por el Brexit.
Pero, como dicen los chinos, tiempos de crisis, tiempos de oportunidad. No de evitar el da?o pero al menos de limitarlo. Ha llegado la hora de que las mujeres asuman el mando.
Afortunadamente, ah¨ª est¨¢n, listas para entrar en la batalla. Tras la carnicer¨ªa shakespeariana de la ¨²ltima semana en la c¨²pula masculina del partido de gobierno conservador, la ministra del Interior, Theresa May, se perfila como favorita para reemplazar a David Cameron y ser elegida por sus correligionarios tories como primera ministra. La laborista Angela Eagle es a d¨ªa de hoy la diputada parlamentaria con m¨¢s probabilidad de sustituir a Jeremy Corbyn como l¨ªder de la oposici¨®n, siempre y cuando este no siga insistiendo en anteponer su narcisismo buenista al bien de su partido y su pa¨ªs, ambos sumidos en el caos.
Escocia, cuyos habitantes votaron a favor de la permanencia en el refer¨¦ndum, ya tiene la suerte de tener como jefa de Gobierno a Nicola Sturgeon, que aunque representa al independentista Partido Nacional Escoc¨¦s es valorada por un alto porcentaje de los ciudadanos de todo el reino como una mujer ¨ªntegra y h¨¢bil.
El p¨²blico sabe poco de May y de Eagle, pero nadie les ha acusado hasta la fecha de incompetencia, de mendacidad o de cinismo, a diferencia de los hombres con los que compiten para llegar a la cumbre de sus respectivos partidos.
Eagle tiene 55 a?os, 24 de los cuales ha ejercido como diputada laborista en el Parlamento brit¨¢nico. Fue ministra de Pensiones en el Gobierno del primer ministro Gordon Brown. Cuando Eagle anunci¨® como respuesta a la lamentable inutilidad de Corbyn en la campa?a a favor de la permanencia en la UE que se un¨ªa a los 170 diputados laboristas que exig¨ªan la dimisi¨®n del l¨ªder, lo hizo entre l¨¢grimas. Tendr¨¢ su cuota de ambici¨®n personal pero actu¨® conforme a la percepci¨®n consensuada en el mundo pol¨ªtico brit¨¢nico de que el laborismo no tiene ninguna posibilidad ni de llegar al poder ni de montar una oposici¨®n m¨ªnimamente eficaz a los conservadores mientras Corbyn siga donde est¨¢.
May, de 59 a?os, estuvo a favor de la permanencia en la campa?a del refer¨¦ndum, igual que Eagle y tres cuartos de los diputados parlamentarios brit¨¢nicos. Trabaj¨® durante 12 a?os en el Banco de Inglaterra, lleva casi 20 en la pol¨ªtica y ha sido ministra del Interior desde 2010. Seg¨²n incluso los que no votar¨¢n por ella dentro del Partido Conservador, es una persona confiable, sagaz y prudente de la que nunca se ha dicho que posee tendencias mesi¨¢nicas o una demencial ambici¨®n de poder.
No se puede decir lo mismo de su principal rival para liderar el Gobierno, Michael Gove. Gove, el actual ministro de Justicia, ha propiciado comparaciones en la prensa esta semana con el maquiav¨¦lico presidente de la serie estadounidense House of Cards y con el regicida Macbeth. Descrito por un antiguo asesor de Margaret Thatcher como ¡°un h¨¢mster dopado con esteroides¡±, Gove traicion¨® primero a su anteriormente ¨ªntimo amigo David Cameron cuando se declar¨® a favor del Brexit; y traicion¨® de manera a¨²n m¨¢s escandalosa a Boris Johnson, el carism¨¢tico exalcalde de Londres con el que hab¨ªa tenido una amistad de 30 a?os.
Pocos dir¨¢n que Johnson no se lo merec¨ªa, habiendo ¨¦l tambi¨¦n traicionado a Cameron cuando tras un largo periodo de duda opt¨®, animado por el propio Gove, a ser l¨ªder del movimiento para el Brexit. Era un secreto a voces que Johnson tom¨® esa decisi¨®n tras calcular que le dar¨ªa la mejor oportunidad, ganase quien ganase el refer¨¦ndum, de lograr su sue?o de seguir los pasos de su h¨¦roe Winston Churchill y ocupar 10 Downing Street. Gove, que por cierto estuvo en contra del proceso de paz en Irlanda del Norte y a favor de la guerra en Irak, no solo le apoy¨® p¨²blicamente, sino que dijo que ser¨ªa su jefe de campa?a dentro del Partido Conservador.
¡°Amo a mi pa¨ªs¡±
Pero Gove, que hab¨ªa dicho en m¨²ltiples ocasiones que jam¨¢s contemplar¨ªa la posibilidad de ser primer ministro, anunci¨® el jueves, horas antes de que Johnson tuviera planeado anunciar su candidatura de manera oficial, que hab¨ªa cambiado de opini¨®n. Johnson, acababa Gove de descubrir 30 a?os despu¨¦s, carec¨ªa de las condiciones para ser jefe de Gobierno y no ve¨ªa m¨¢s remedio que postularse ¨¦l mismo como futuro primer ministro. Johnson, entendiendo que ya no tendr¨ªa suficientes votos para ganar las elecciones internas de su partido, decidi¨® renunciar a la gran ambici¨®n de su vida.
En una entrevista el domingo con la BBC, cuando fue acusado por un entrevistador de traici¨®n y deslealtad, Gove explic¨®, en tono solemne y piadoso, que la decisi¨®n le hab¨ªa dolido: ¡°Pero lo hice por mi pa¨ªs y por mis principios a favor del inter¨¦s nacional¡±. ¡°Amo a mi pa¨ªs¡±, agreg¨®, aunque le cost¨® explicar qu¨¦ planes ten¨ªa para los que traicion¨® de manera incluso m¨¢s fr¨ªvola e irresponsable: los trabajadores de bajos ingresos o de situaci¨®n laboral precaria que convenci¨® para que votaran en el refer¨¦ndum por la salida de la UE cuando, como ya se ve, son ellos los que sufrir¨¢n las consecuencias econ¨®micas de este colosal disparate, y no Gove. Ni tampoco Johnson, cuya nueva misi¨®n en la vida consistir¨¢ en vengarse de Gove intentando destrozar su carrera pol¨ªtica como aquel ha destrozado la suya.
Mientras los chicos se devoran entre s¨ª, Theresa May cosecha votos entre los diputados conservadores, ejerciendo el papel de matriarca sensata. Si el Partido Conservador resiste la tentaci¨®n a la que sucumbi¨® el electorado ingl¨¦s de confiar en los principios que propone Gove, y el laborista la de seguir por el camino de la autodestrucci¨®n al insistir con Corbyn al frente, May y Angela Eagle ofrecer¨¢n a Reino Unido la mejor posibilidad a la vista de salvar al menos algunos de los muebles patrios en las duras negociaciones que les esperan con los jefes de la Uni¨®n Europea.
La testosterona no les ha servido bien a los brit¨¢nicos. Las mujeres suelen ser menos fan¨¢ticas que los hombres, m¨¢s pr¨¢cticas y m¨¢s responsables. May, Eagle y tambi¨¦n Sturgeon no parecen estar entre las excepciones a la regla. Con suerte para su pa¨ªs, les tocar¨¢ a ellas arreglar el l¨ªo monumental que ellos le han dejado.
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