Aznar y Blair pactaron una estrategia para mostrar que intentaban evitar la guerra
El informe Chilcot sobre la invasi¨®n de Irak muestra las maniobras de los l¨ªderes previas a la acci¨®n b¨¦lica
El entonces primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, y el jefe del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, acordaron poner en marcha una estrategia de comunicaci¨®n para intentar demostrar que ¡°estaban haciendo todo lo posible para evitar la guerra¡±. Lo pactaron durante la reuni¨®n que ambos mantuvieron en Madrid el 27 y 28 de febrero de 2003, menos de un mes antes de la invasi¨®n de Irak. As¨ª lo asegura el informe Chilcot, fruto de una exhaustiva investigaci¨®n sobre la participaci¨®n de Reino Unido en la guerra de Irak.
Blair y Aznar estaban muy preocupados por la dificultad que les creaba ¡°la impresi¨®n de que Estados Unidos¡± estaba ¡°determinado a ir a la guerra pasase lo que pasase". No era solo una impresi¨®n: el jefe del Gobierno espa?ol traslad¨® a su hom¨®logo brit¨¢nico la preocupaci¨®n que le hab¨ªa causado su ¨²ltima entrevista con el presidente estadounidense, George W. Bush, en quien hab¨ªa apreciado ¡°exceso de confianza¡±.
En realidad, Blair y Aznar no hicieron todo lo posible por evitar la guerra o por disuadir a Bush de emprenderla, pero s¨ª por dotarla de una apariencia de legalidad, intentando arrancar una segunda resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU ¡ªla primera, de noviembre de 2002, no era lo bastante contundente¡ª que la dotara de legitimidad.
El informe Chilcot contiene numerosas referencias a Aznar pero, pese a su presencia en la foto de las Azores, no le otorga un papel protagonista, sino solo el de comparsa de Bush. Fue el rechazo a la guerra por parte de Francia y Alemania y la circunstancia de que Espa?a ocupase un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU lo que permiti¨® a Aznar gozar de un fugaz estrellato que se esfum¨® con la derrota del PP en las elecciones de 2004, tras los atentados del 11-M en Madrid.
En una primera entrevista, el 30 de enero de 2003 en Madrid, Blair explic¨® a Aznar que necesitaba una nueva resoluci¨®n de la ONU, ya que la opini¨®n p¨²blica estaba girando hacia posiciones cada vez m¨¢s contrarias a la invasi¨®n. Ambos se concertaron para sacarla delante. Consideraban muy improbable que Francia llegara a vetarla, pero ve¨ªan con preocupaci¨®n los intentos de la diplomacia francesa por impedir que tuviera los nueve votos necesarios para forzar el veto. Aznar aprovech¨® su influencia en Latinoam¨¦rica para presionar a Chile y M¨¦xico, que tambi¨¦n ocupaban un asiento rotatorio en el Consejo de Seguridad, sin ¨¦xito.
Ultim¨¢tum de las Azores
El informe constata que si Bush acept¨® aplazar hasta marzo la invasi¨®n no fue porque considerase imprescindible el respaldo de Naciones Unidas, sino porque sus mandos militares le advirtieron de que todav¨ªa no estaban preparados para intervenir.
A mediados de marzo, Aznar arroj¨® la toalla y comunic¨® a Blair que era mejor desistir de presentar una nueva resoluci¨®n al Consejo de Seguridad, que legitimase expresamente la guerra, si no estaba garantizada su aprobaci¨®n. Y no lo estaba en absoluto.
En la cumbre de las Azores (Portugal), el d¨ªa 16 de marzo, Bush, Blair y Aznar acordaron que, salvo que se produjera un cambio sustancial en las siguientes 24 horas, la v¨ªa de Naciones Unidas estaba ya agotada. En p¨²blico, no obstante, presentaron su ultim¨¢tum como ¡°una ¨²ltima oportunidad para la paz¡±.
Aun as¨ª, Blair insisti¨® en los beneficios que tendr¨ªa implicar a la ONU en el posconflicto. ¡°Era necesario dar la impresi¨®n de que Irak ser¨ªa administrada bajo la autoridad de Naciones Unidas¡±, se?ala el informe, aunque en realidad la ONU no podr¨ªa dirigir nada. La declaraci¨®n del Tr¨ªo de las Azores se bas¨® en el borrador preparado por Blair, aunque con alguna notable correcci¨®n: se suprimi¨® toda refrencia al petr¨®leo.
El 23 de abril, un mes despu¨¦s de la invasi¨®n, cuando todo el mundo preguntaba el paradero de las armas de destrucci¨®n masiva, Bush, Blair y Aznar acordaron contestar que encontrarlas ya no constitu¨ªa una prioridad.
A diferencia de Bush o Blair, Aznar nunca se ha disculpado por la guerra. ¡°No se puede pedir ayuda a un amigo [Bush], y luego, cuando ¨¦l te la pide a ti, neg¨¢rsela¡±, se ha excusado.
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