Theresa May sustituir¨¢ a Cameron como primera ministra brit¨¢nica el mi¨¦rcoles

La f¨¦rrea Theresa May, de 59 a?os, ser¨¢ la 76? primera ministra de la historia del pa¨ªs y la segunda mujer inquilina del n¨²mero 10 de Downing Street, despu¨¦s de Margaret Thatcher, que dirigi¨® el Gobierno entre 1979 y 1990. La veterana ministra del Interior era la favorita en la batalla sucesoria desatada tras el anuncio de David Cameron, tras constatar su derrota en el refer¨¦ndum, de que dimitir¨ªa antes del oto?o.

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Traiciones, ataques personales, abandonos, derrotas. Ha habido de todo en apenas diez d¨ªas de lucha por el liderazgo tory, que concluyen con un escenario que parec¨ªa imposible hace solo dos semanas: la persona que finalmente dirigir¨¢ a Reino Unido en su ruptura con la UE es alguien que defendi¨® la permanencia.

Esa era la ¨²nica baza a la que se aferraba la otra finalista, Andrea Leadsom. Durante la campa?a, la inexperta diputada hab¨ªa brillado entre las bases conservadoras defendiendo el Brexit y flirteando con el antieuropeo y populista UKIP. Contaba con el apoyo de Boris Johnson, la gran figura del euroescepticismo, que parec¨ªa enfilado a Downing Street cuando el maquiav¨¦lico Michael Gove se interpuso en su camino.

Pero los diputados y los peri¨®dicos hab¨ªan apoyado mayoritariamente a May. Leadsom quiso creer que pod¨ªa convertirse en una especie de Jeremy Corbyn conservadora -valga el ox¨ªmoron-, imponi¨¦ndose entre bases euroesc¨¦pticas en rebeld¨ªa con el establishment del partido. Pero su propia ambici¨®n la hizo despertarse de su sue?o este fin de semana: su candidatura qued¨® tocada y casi hundida debido a una entrevista en The Times en la que insinuaba que el hecho de ser madre la capacitaba m¨¢s que a May, que no lo es, para ser primera ministra.

Tras la renuncia de Leadsom, todos los tories hicieron pi?a alrededor de May. Incluidos Johnson y Gove, los m¨¢s prominentes defensores de la ruptura con la UE durante la campa?a. La campa?a se torn¨® r¨¢pidamente en coronaci¨®n. El cierre de filas, y la armoniosa sucesi¨®n de acontecimientos posteriores, demostraban por qu¨¦ el Partido Conservador brit¨¢nico es probablemente la m¨¢quina de ganar elecciones m¨¢s eficaz de Occidente.

Graham Brady, presidente del Comit¨¦ 1922, ¨®rgano gestor de los legisladores tories, se apresur¨® a anunciar que no habr¨ªa elecci¨®n entre la militancia el 9 de septiembre, tal como estaba previsto, ya que May era ya la ¨²nica candidata. Poco despu¨¦s, Cameron anunciaba que mantendr¨¢ hoy su ¨²ltima reuni¨®n de Gabinete. Ma?ana mi¨¦rcoles celebrar¨¢ su ¨²ltima sesi¨®n de preguntas al primer ministro en el Parlamento y, a continuaci¨®n, presentar¨¢ su dimisi¨®n a la reina para que May pueda ser primera ministra el mismo mi¨¦rcoles por la tarde. ¡°Es fuerte, competente y m¨¢s que capaz de proporcionar el liderazgo que el pa¨ªs necesita en los a?os venideros. Tendr¨¢ todo mi apoyo¡±, dijo el todav¨ªa primer ministro de su sucesora.

En su primer discurso como l¨ªder conservadora, May tuvo palabras de gratitud para David Cameron, a quien ha servido como ministra de Interior desde que lleg¨® al poder en 2010. Tambi¨¦n elogi¨® la ¡°dignidad¡± que hab¨ªa mostrado Leadsom por la ma?ana. Y anunci¨® que gobernar¨¢ para todo el pa¨ªs y ¡°no solo para los privilegiados¡±.

En el 10 de Downing Street empezaban los preparativos para realojar a David Cameron y su familia en la casa del oeste de Londres que ocupaban antes del que ha sido su hogar desde 2010. El refer¨¦ndum sobre la Uni¨®n Europea -que Cameron crey¨® que zanjar¨ªa para siempre el debate que corro¨ªa su partido- acab¨® acelerando su mudanza, que se produce cuatro a?os antes de lo que plane¨®.

Ahora ser¨¢ Theresa May, hija de un cl¨¦rigo protestante y nieta de un militar, quien tome las riendas del pa¨ªs en los d¨ªas convulsos que abri¨® el refer¨¦ndum. Igual que Thatcher, May se hace cargo del pa¨ªs en tiempos de crisis. El pernicioso efecto de la incertidumbre del Brexit ya se ha dejado ver en los mercados y en la libra, y pasar¨¢ mucho tiempo antes de que se alcancen los t¨¦rminos de una ruptura que a¨²n no se ha iniciado. La amenaza de recesi¨®n es real en una econom¨ªa cuyo crecimiento era la envidia de Europa.

La hasta ahora ministra, con fama de buena gestora pero carente de visi¨®n ideol¨®gica, no solo deber¨¢ dirigir las trascendentales negociaciones de salida de la UE. Tendr¨¢ tambi¨¦n que afrontar los retos de la propia realidad territorial del pa¨ªs: la victoria del Brexit ha subrayado las diferencias entre las desiguales cuatro naciones que conforman el pa¨ªs. Escocia, mayoritariamente proeuropea, estudia ya la posibilidad de un nuevo refer¨¦ndum de independencia.

Ayer por la ma?ana, antes de conocer que su contrincante se retiraba, May esboz¨® en un discurso sus planes para el pa¨ªs. Insisti¨® en que no hay marcha atr¨¢s en el proceso de ruptura con Europa y que su prioridad ser¨¢ reclamar el control sobre las fronteras, incluso si eso implica sacrificar el acceso al mercado com¨²n. Reino Unido ya tiene quien lo dirija en el desaf¨ªo m¨¢s grande de su historia reciente. El pa¨ªs, de la mano de Theresa May, vuelve a proyectar cierta imagen de orden despu¨¦s del caos.