El hundimiento de Venezuela arrastra a Cuba a un nuevo periodo de crisis econ¨®mica
La reducci¨®n en la llegada de crudo venezolano marca el bajo crecimiento de la isla al 1%
Cuando m¨¢s expectativas econ¨®micas se hab¨ªan despertado en Cuba, el hundimiento de Venezuela, su pulm¨®n energ¨¦tico, ha marcado la entrada de la isla en una nueva fase de anemia. El presidente Ra¨²l Castro lo reconoci¨® el viernes ante la Asamblea del Poder Popular, el Parlamento. El dirigente mencion¨® la "contracci¨®n en los suministros de combustibles pactados con Venezuela, a pesar de la firme voluntad de Nicol¨¢s Maduro y su gobierno por cumplirnos".?
Los acuerdos de Cuba con Venezuela para la importaci¨®n de crudo a precios preferenciales vienen de principios de los 2000, cuando Hugo Ch¨¢vez y Fidel Castro fraguaron una alianza con la que La Habana ganaba un mecenas energ¨¦tico y Caracas, fundamentalmente, m¨¦dicos e inteligencia para el aparato de seguridad del Estado. La isla recibi¨® durante a?os m¨¢s de 100.000 barriles de petr¨®leo diarios. Hoy, con su socio en una profunda crisis debido al desplome global de los precios del crudo y a su deterioro pol¨ªtico-institucional, la entrada ha ca¨ªdo significativamente. De acuerdo con datos de la agencia Reuters, en el primer semestre de 2016 el baj¨®n fue de al menos un 20%.
Ra¨²l Castro ha reconocido la crisis pero ha querido desechar los rumores de un nuevo Periodo Especial
El Producto Interior Bruto cubano creci¨® un 4,7% en el primer semestre de 2015, una cifra relevante aunque insuficiente para las necesidades de aceleraci¨®n de la deteriorada econom¨ªa de la isla. Un a?o m¨¢s tarde, durante el mismo periodo de 2016, los resultados no s¨®lo no han mejorado sino que se han debilitado hasta un crecimiento del 1%, la mitad de lo previsto, poniendo en alerta al Gobierno de Castro. Con todo, el mandatario ha hecho hincapi¨¦, frente al runr¨²n de la inminencia de un nuevo Periodo Especial (la demoledora crisis de principios de los noventa tras la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica), en que Cuba no se est¨¢ asomando a una sima de esa profundidad: "No negamos que pueden presentarse afectaciones, incluso mayores que la actuales, pero estamos preparados y en mejores condiciones que entonces para revertirlas", afirm¨® ante la Asamblea.
Las primeras medidas ya se notan en el sobredimensionado sector p¨²blico, con recortes en gasolina, menos uso de aire acondicionado y jornadas m¨¢s cortas.
Durante las sesiones parlamentarias, el ministro de Econom¨ªa Marino Murillo inform¨® de que para el segundo semestre del a?o se ha decidido una reducci¨®n general de gasto de combustible del 28%, tratando de dejar intacto el gasto residencial, es decir, el consumo en los hogares, y garantizando las necesidades de industrias clave como el turismo, el n¨ªquel y el az¨²car. La exportaci¨®n de estos dos ¨²ltimos bienes, as¨ª como la de petr¨®leo venezolano refinado en la propia isla, tambi¨¦n ha ca¨ªdo, en l¨ªnea con la crisis de los precios de las materias primas en Am¨¦rica Latina. A ellos se suma la mengua de ingresos por servicios profesionales a socios exang¨¹es como Venezuela, Brasil o Angola.
La falta de divisas, cruz de la econom¨ªa socialista cubana, se ha recrudecido y la previsi¨®n de importaciones se ha corregido a la baja, de los 14.416 millones de d¨®lares que hab¨ªa calculado Econom¨ªa para 2016 a 11.973, un 15% menos, seg¨²n los datos de Murillo. Un 17% de inversi¨®n p¨²blica se congela. Para el alumbrado de las calles se prev¨¦ un 50% menos.
Cuba mira preocupada a Caracas, donde el horizonte se cierra, y a Washington, donde no termina de abrirse
Con Venezuela despe?¨¢ndose y una nueva oleada de emigraci¨®n de trabajadores cubanos a Estados Unidos, para Cuba resulta cada vez m¨¢s urgente que el deshielo diplom¨¢tico del ¨²ltimo a?o y medio con su vecino y antiguo archienemigo del norte se concrete aprisa en movimiento econ¨®mico. La llegada de turistas estadounidenses avanza y en el segundo semestre del a?o se reanudar¨¢n los vuelos comerciales, lo que seguramente disparar¨¢ esos n¨²meros, y el caudal de remesas ha aumentado, con un r¨¦cord de 3.345 millones de d¨®lares en 2015, seg¨²n The Havana Consulting Group, pero el embargo sigue en pie, impidiendo los negocios entre empresas de Estados Unidos y Cuba.
La derogaci¨®n del embargo depende del Congreso. El presidente Barack Obama ha pedido a los representantes legislativos que lo liquiden, pero prevalecen las resistencias del mayoritario sector republicano. Una victoria de la dem¨®crata Hillary Clinton en las presidenciales de noviembre dar¨ªa continuidad al impulso de Obama desde la Casa Blanca. Es difuso lo que pasar¨ªa si ganase el republicano Donald Trump: si su naturaleza de hombre de negocios lo llevar¨ªa a apoyar que el Congreso elimine el embargo o si, al menos en un principio, escurrir¨ªa el bulto para no soliviantar al n¨²cleo duro cubanoamericano de su partido.
Hoy La Habana mira preocupada a dos capitales. A Caracas, donde se cierra el horizonte, y a Washington, donde no termina de abrirse.
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