¡°El Tour debe seguir¡±
Francia se neg¨® a suspender su carrera ciclista, que concentra diariamente a cientos de miles de aficionados en las cunetas
El Paseo de los Ingleses en Niza, su lado playa, su lado ciudad, y el Negresco y el Casino en una punta, es uno de los nombres m¨¢s importante en el imaginario de millones de aficionados al ciclismo de todo el mundo, el lugar en el que todos los a?os, a mediados de marzo, se disputa el sprint que cierra la Par¨ªs-Niza, una de las carreras m¨¢s se?aladas del calendario mundial. La carnicer¨ªa del 14 de julio en sus aceras golpe¨® as¨ª, simb¨®licamente, al coraz¨®n del Tour, la gran fiesta del ciclismo y un asunto de Estado en Francia. Su suspensi¨®n, una decisi¨®n que sopes¨® la organizaci¨®n la noche del jueves por respeto a las v¨ªctimas y por motivos de seguridad, habr¨ªa sido una noticia hist¨®rica que finalmente no se produjo.
El viernes por la ma?ana, despu¨¦s de un minuto de silencio en un Village de salida del Tour excepcionalmente apagado, sin la m¨²sica ni las animaciones habituales, el director del Tour, Christian Prudhomme, un brazalete negro en la manga derecha, se subi¨® al estrado con un micr¨®fono y habl¨® fuerte y claro: ¡°El Tour es el mayor acontecimiento festivo de Francia, y aunque estemos hoy en duelo por la tragedia de Niza, el Tour seguir¨¢. Ni nada ni nadie nos podr¨¢ impedir que disfrutemos con lo que amamos¡±. Desde el coraz¨®n de Provenza luminosa, a 300 kil¨®metros al noroeste de Niza, junto al R¨®dano caudaloso agitado por un mistral violento, la carrera parti¨® minutos despu¨¦s.
Antes de tomar la decisi¨®n de no suspender la etapa, el Tour solicit¨® permiso al Eliseo, sede de la presidencia de la Rep¨²blica, y a Matignon, donde reside el primer ministro, Manuel Valls, por si el estado de emergencia y las posibles amenazas contra uno de los s¨ªmbolos de Francia m¨¢s reconocidos en el mundo aconsejaban no celebrar la contrarreloj del d¨ªa. ¡°Su respuesta fue un¨¢nime: el Tour debe seguir¡±, dijo Prudhomme, quien se reuni¨® tambi¨¦n con los prefectos de la zona para coordinar mayores medidas de seguridad. Como sucedi¨® con la Eurocopa en junio, el estado franc¨¦s hab¨ªa considerado al Tour, por su poder de atracci¨®n de multitudes ¨Ccientos de miles de personas llenan las cunetas de sus carreteras todos los d¨ªas¡ªun posible objetivo terrorista. La edici¨®n de este a?o se ha desarrollado con medidas de seguridad in¨¦ditas que afectan a los miles de veh¨ªculos y de personas acreditadas que trabajan diariamente en la carrera. En las salidas y en las metas ha habido controles y registros y vigilan m¨¢s de 23.000 polic¨ªas, incluidas unidades antiterroristas que vigilan cruces y rotondas vestidos con chalecos antibalas.
Igual que el Tour, cientos de actividades festivas en todos los rincones de Francia han seguido celebr¨¢ndose en el fin de semana m¨¢s agitado del verano galo, salvo los fuegos artificiales de Marsella, que fueron suspendidos.
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