Taibo II: ¡°Destrozamos el t¨®pico de que M¨¦xico no lee"

Como tantas iniciativas transformadoras, la Brigada para leer en libertad surge de la rabia, la impotencia y las v¨ªsceras.

Concretamente hace seis a?os cuando Paloma Saiz, esposa del escritor?Paco Ignacio aibo II, tuvo que abandonar por un desencuentro pol¨ªtico la Secretar¨ªa de Cultura de la Ciudad de M¨¦xico y se propuso continuar su trabajo de difusi¨®n de la lectura. Para ello embarc¨® a toda la familia Taibo en una misi¨®n: llevar la lectura a los barrios pobres de la ciudad.

Comenzaron entonces a movilizar a escritores, a adquirir derechos de t¨ªtulos ya vencidos y a contactar a las grandes editoriales para hacerse con los libros sobrantes antes de que fueran incinerados ante notario. Llamaron a la puerta de las instituciones y crearon un proyecto familiar y sin recursos movidos por el compromiso social que anida en un clan que creci¨® entre libros.

?Hemos roto la din¨¢mica mercantil de la cultura que la limitaba a unas pocas zonas de la ciudad

¡°La primera vez que organizamos una Feria del libro en Iztapalapa, la zona m¨¢s violenta de la capital, nos dijeron que nos iban a robar y que iba a ser un desastre, pero la realidad es que fue un ¨¦xito y acudieron m¨¢s de 15.000 personas¡± explica Marina Taibo. A partir de ah¨ª empezaron a moverse por la periferia con sus libros a bajo precio acompa?ados de charlas y conferencias, en medio del entusiasmo de miles de personas que jam¨¢s hab¨ªan visto a un escritor de cerca.

Seis a?os despu¨¦s se han organizado 150 tianguis o mercados de libros en lugares donde nunca hubo una librer¨ªa, han regalado medio mill¨®n de ejemplares y han publicado 147 t¨ªtulos entre ellos una antolog¨ªa de Juan Gelman o Jos¨¦ Emilio Pacheco. Unos 200 escritores se han solidarizado con la causa y han donado textos o han dado charlas, entre ellos Carlos Monsiv¨¢is, Carlos Fuentes, Sergio Ram¨ªrez o Elena Poniatowska.

¡°Hemos destruido el t¨®pico de que en M¨¦xico nadie lee. Eso no es cierto, siempre y cuando sepas c¨®mo acercarte y llevarle los libros a la gente¡± explica Paco Ignacio Taibo II. ¡°No puedes repartir libros en las esquinas pero s¨ª puedes ayudar a un estudiante o un ama de casa, que acude por primera vez en su vida a la charla de un escritor y se entusiasma con lo que cuenta, pero despu¨¦s no tiene dinero para comprar su libro¡± explica el escritor nacido en Gij¨®n en 1949.

Hacemos el trabajo que deber¨ªa hacer el Estado

La Brigada para leer en libertad est¨¢ tambi¨¦n detr¨¢s de una de las campa?as m¨¢s exitosas para la difusi¨®n de la lectura entre los sectores populares: ¡°De boleto en el metro¡±, una iniciativa que permite a los pasajeros recoger un libro en una estaci¨®n y dejarlo en otra.

Cuenta adem¨¢s con un proyecto editorial con cien publicaciones y 35 reediciones con t¨ªtulos de periodismo, literatura, historia y poes¨ªa que los lectores pueden descargarse de forma gratuita.

¡°Hemos roto la din¨¢mica comercial en la ciudad de M¨¦xico que concentraba la cultura en la zona centro y sur. Demostramos que cuando se opera con din¨¢micas no mercantiles es posible expandir la cultura a las zonas Norte y Oriente de la ciudad¡± dice Paco Ignacio.

¡°Van donde exactamente hay que ir, a las zonas marginales, pero sin cerrarse a ninguna zona¡± se?ala el escritor Elmer Mendoza colaborador habitual en las Ferias que se han celebrado en Cuautitl¨¢n o Azcapotzalco.

Brigada para leer en libertad ha sido candidato en dos ocasiones del premio anual de fomento a la lectura que concede la UNESCO sin embargo ¡°El Estado es quien deber¨ªa encargarse de esta tarea¡± explica Marina Taibo. ¡°Pero tenemos que hacer esto porque ellos no lo hacen y creemos que la lectura es la mejor forma para sacar a la gente del atraso y la ignorancia¡± a?ade.

Este jueves la casa de los Taibo huele fabada y a buenas noticias. Paco Ignacio saborea los judiones asturianos preparados por Do?a Carmen, su madre, con el mismo gusto que disfruta los libros que acaba de recibir. Una se?ora ha donado una maravillosa colecci¨®n de libros de arte que terminar¨¢ convertida en una biblioteca comunitaria en la periferia, donde antes s¨®lo hab¨ªa estanter¨ªas vac¨ªas.