El segundo ataque yihadista en siete d¨ªas extrema la alarma en Alemania
La polic¨ªa ha encontrado un v¨ªdeo en el m¨®vil del atacante en el que amenazaba con cometer un atentado "en nombre del Islam"
La polic¨ªa alemana ha revelado este lunes que tiene pruebas de que el ataque contra un bar de Ansbach en el que falleci¨® su autor y resultaron heridas 15 personas, cuatro de ellas de gravedad, tuvo motivaciones terroristas. Los agentes hallaron en el m¨®vil del solicitante de asilo sirio que deton¨® los explosivos un v¨ªdeo en el que amenaza con cometer un atentado en nombre del islam. Es el segundo ataque yihadista que sufre el pa¨ªs en una semana tras el del refugiado afgano que apu?al¨® a cinco pasajeros en un tren en Wurzburgo, tambi¨¦n en Baviera.
Las motivaciones terroristas que Alemania no encontr¨® en el ataque de M¨²nich por un joven germano-iran¨ª con problemas psiqui¨¢tricos que mat¨® a nueve personas, ni en el asesinato de una mujer embarazada con un machete a manos de un refugiado sirio tras una discusi¨®n en Reutlingen, las ha hallado en el solicitante de asilo sirio que sembr¨® el terror en la localidad b¨¢vara de Ansbach la noche del domingo.
El terrorista hizo explotar la bomba que llevaba en una mochila junto a piezas met¨¢licas en un bar al no poder atentar, como era su intenci¨®n, contra el festival de m¨²sica al aire libre, que reuni¨® en la localidad a 2.500 personas, por carecer de entrada.
En el v¨ªdeo encontrado por la polic¨ªa en su m¨®vil, el autor del ataque aparece jurando lealtad al l¨ªder del autoproclamado Estado Isl¨¢mico, Abu Bakr Al Baghdadi, y anuncia "un acto de venganza contra Alemania por situarse en el camino del islam", seg¨²n explic¨® el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann. Las autoridades no han dado a conocer el nombre del agresor, un solicitante de asilo sirio de 27 a?os que lleg¨® al pa¨ªs hace dos y al que Alemania neg¨® el estatuto de refugiado el pasado a?o, pero que pese a ello permanec¨ªa en una vivienda social del Gobierno alem¨¢n mientras se tramitaba su expulsi¨®n a Bulgaria. El terrorista hab¨ªa tratado de suicidarse dos veces sin ¨¦xito, y en el tercer y definitivo intento, el dise?ado el domingo bajo la bandera del Estado Isl¨¢mico, ten¨ªa intenci¨®n de provocar una matanza, como prueba su intenci¨®n de activar el artefacto en medio del multitudinario festival.
La ola de violencia vivida por Alemania en los ¨²ltimos d¨ªas ha dejado una compleja digesti¨®n que ha puesto en cuesti¨®n los fundamentos de la pol¨ªtica de acogida ¡ªel pa¨ªs recibi¨® a m¨¢s de un mill¨®n de refugiados solo el a?o pasado¡ª. La sociedad germana se ha embarcado en una monta?a rusa de emociones durante una semana negra en la que los ataques se han sucedido sin tiempo para asimilarlos, haciendo temer a las autoridades que Alemania se convierta en un objetivo recurrente de grupos terroristas que hasta ahora ten¨ªan como diana pa¨ªses como Francia o B¨¦lgica.
La huella del ataque
?El d¨ªa siguiente en Ansbach, una localidad de 40.000 habitantes, las cintas policiales imped¨ªan ver la huella del ataque en medio de una seguridad reforzada. El municipio ha recibido en los ¨²ltimos a?os a muchos refugiados como el iraqu¨ª Sebasti¨¢n Al¨ª, de 32 a?os, a los que el Gobierno alem¨¢n concede una ayuda econ¨®mica para subsistir. El hombre es consciente de las consecuencias negativas que la violencia desatada en los ¨²ltimos d¨ªas puede tener para los refugiados asentados en Alemania. ¡°No se puede juzgar a un mill¨®n por lo que hace una persona¡±, defiende.
Los ataques han alejado el debate de la situaci¨®n en Siria o Irak para centrarlo en la propia Alemania. En esa encrucijada, Thomas Trivinski, b¨¢varo de 32 a?os que trabaja en una base militar estadounidense de la zona, tiene claro su diagn¨®stico: "Merkel tiene parte de la culpa. No podemos abrir las puertas a todos". Trivinski fue testigo de los hechos: estaba a 100 metros de la entrada del festival, donde acudi¨® para o¨ªr los conciertos desde el exterior al quedarse sin entrada, cuando oy¨® la explosi¨®n. ¡°No pens¨¦ que fuera nada hasta que vi gente correr¡±. Como las carreras en torno al centro comercial Olympia de M¨²nich. Las zancadas de una Alemania que quiere huir de la espiral de violencia en que se ha sumergido.
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