El comandante y la eternamente leal
Rosario Murillo, la poderosa primera dama, aspira a ser la pr¨®xima presidenta de Nicaragua
Nada en la administraci¨®n p¨²blica de Nicaragua se mueve sin que ella, la compa?era Rosario, haya dado su consentimiento.?Esta mujer de huesos largos, muy delgada, de cabellera ondulada que nace en una frente amplia, ojos grandes y voz suave, de hablar pausado, como si recitara poemas, es la que toma las decisiones importantes en el d¨ªa a d¨ªa de la administraci¨®n p¨²blica.
Es la incansable mujer del Comandante, Daniel Ortega. Rosario Murillo (Managua, 1951), la primera dama de Nicaragua, la compa?era Rosario, la ¨²nica mujer con enorme poder de decisi¨®n sobre seis millones de personas y que aspira a suceder a su marido en lo que parece ser ya la consumaci¨®n de una nueva dinast¨ªa en este f¨¦rtil pa¨ªs de volcanes, tan proclive a los desmanes de sus pol¨ªticos, a las dictaduras.
Murillo aparece a la par del Comandante, es su sombra, su asistente personal, su primera ministra, la jefa de gabinete, traductora en giras oficiales en el extranjero, ministra de exteriores en funciones, encargada de protocolo, maestra de ceremonias, experta en todos aquellos fen¨®menos de temor que azotan a este peque?o pa¨ªs anclado entre los dos tr¨®picos: cuando sus volcanes despiertan lanzando lava, cuando las lluvias torrenciales inundan pueblos enteros, cuando la sequ¨ªa mata a las vacas y cuando el suelo traicionero sacude al pa¨ªs con fuerza, es ella, la compa?era Rosario, la que toma el micr¨®fono y con su voz suave, como recitando un poema, dice, como una madre preocupada, calma, calma, todo va a estar bien, gracias a Dios y al comandante.
Es ella la escritora de la nueva Historia de Nicaragua. La que recrea haza?as gloriosas en la que su esposo, Ortega, aparece como el gran h¨¦roe de la naci¨®n, un libertador, redentor de este pueblo sometido al yugo din¨¢stico. Nunca una gesta como la de 1979 hubiera ocurrido sin la fuerza, empuje, decisi¨®n y entrega del comandante.
Y Ortega lo agradece. El 19 de julio, ante una plaza central de Managua llena de simpatizantes del Frente Sandinista que acud¨ªan a celebrar el 37 aniversario de la revoluci¨®n sandinista que termin¨® con 47 a?os de dictadura somocista, Ortega la nombr¨® la Eternamente Leal, la mujer que lo acompa?¨® siempre, en las buenas y en las malas, la que le cantaba, tras perder el poder en 1990, aquella pegajosa cancioncilla que dec¨ªa algo as¨ª como ¡°no se me raje, mi compa¡±.
?Qui¨¦n es esta mujer de la que ning¨²n nicarag¨¹ense puede dejar de hablar? Naci¨® en el seno de una familia de acomodados productores de algod¨®n. Curs¨® en Suiza estudios b¨¢sicos de etiqueta y modales burgueses para cumplir fielmente su compromiso para el matrimonio, a lo que estaban destinadas las muchachas de la burgues¨ªa nicarag¨¹ense de entonces. Pero ella ten¨ªa otros planes. Simpatiz¨® con los guerrilleros que combat¨ªan la dictadura, estuvo presa por un momento, le¨ªa versos y consignas con poetas en gradas de iglesias y universidades, escrib¨ªa, escond¨ªa a guerrilleros en su casa de Managua. En el terremoto que devast¨® la capital en 1972 (dejando m¨¢s de 10 mil muertos), perdi¨® un hijo. M¨¢s tarde se enamor¨® de Ortega. ?l estuvo preso durante toda la parte m¨¢s cr¨ªtica de la gesta revolucionaria y cuando fue liberado se refugi¨® en Costa Rica, convertido en un hombre ensimismado, golpeado por a?os de encierro. En Costa Rica se encontraron. La chispa fue inmediata y sellaron un pacto. Nunca m¨¢s se separar¨ªan. Ella ser¨ªa la mujer del Comandante. La Eternamente Leal y madre de sus siete hijos.
En 1998 le dio el regalo m¨¢s glorioso que Ortega pod¨ªa esperar. Tras el esc¨¢ndalo desatado por su hijastra, Zoilam¨¦rica Narv¨¢ez, que acus¨® por violaci¨®n, pederastia, a Ortega, Murillo sali¨® en su salvaci¨®n y declar¨® a su hija loca, mentirosa, traicionera. Ortega pact¨® con Arnoldo Alem¨¢n, presidente acusado por corrupci¨®n, y la justicia, ama?ada por ambos caudillos, hizo el resto. Ortega, el Comandante, el gallo ennavajado, sali¨® ileso y retorn¨® al poder en 2006. Gobierna desde entonces al lado de Murillo y a decir de los rumores nicarag¨¹enses, la Eternamente Leal podr¨ªa recibir de su esposo el cetro maravilloso del poder en Nicaragua.
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