El Papa pide a los j¨®venes que creen una nueva humanidad ¡°sin odios ni barreras¡±

Al igual que hizo durante el vuelo de Roma a Cracovia ¡ª¡°en el mundo hay una guerra, pero no de religiones¡±¡ª, Francisco ha prestado especial atenci¨®n a que sus palabras no puedan ser utilizadas por quienes, desde los sectores m¨¢s radicales del catolicismo, s¨ª ven el islam como una amenaza, sobre todo despu¨¦s del asesinato en Francia de un sacerdote a manos de terroristas del ISIS. Pero el mensaje de Bergoglio est¨¢ en las ant¨ªpodas, de ah¨ª que su ¨²ltima homil¨ªa en la JMJ de Polonia haya sido solo eso, una homil¨ªa. El Papa ha animado a los j¨®venes a que dejen de lado la verg¨¹enza y el qu¨¦ dir¨¢n y se acerquen a las ense?anzas de Jes¨²s.

¡°?Qu¨¦ duro es aceptar un Dios rico de misericordia!¡±, les ha advertido Bergoglio, ¡°os intentar¨¢n poner obst¨¢culos, intentando que cre¨¢is que Dios es distante, r¨ªgido y poco sensible, bueno con los buenos y malo con los malos. En cambio, nuestro padre hace que amanezca sobre los malos y sobre los buenos, y nos invita a la valent¨ªa verdadera: ser m¨¢s fuerte que el mal amando a todos, incluso a los enemigos¡±. El Papa tambi¨¦n ha avisado a los j¨®venes ante el peligro de que esa actitud sea minusvalorada: ¡°Podr¨¢n decir que sois unos so?adores, porque cre¨¦is en una nueva humanidad, que no acepta el odio entre los pueblos, no ve las fronteras de los pa¨ªses como barreras y cuida las propias tradiciones sin ego¨ªsmos y resentimientos. ?No os desanim¨¦is!¡±.

Jorge Mario Bergoglio ha utilizado un lenguaje coloquial, parecido al que utilizan tantos j¨®venes. ¡°?T¨² eres importante!¡±, les ha asegurado, ¡°y Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes; no tiene importancia la ropa que lleves o el tel¨¦fono m¨®vil que utilices; no le importa si vas a la moda, le importas t¨²¡±. En esa l¨ªnea, el Papa ha dicho que ¡°la memoria de Dios no es un disco duro¡± que archiva todos los datos, ¡°sino un coraz¨®n tierno de compasi¨®n¡± que est¨¢ "deseando borrar los rastros del mal". Y ha concluido: ¡°Ante Jes¨²s no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a ¨¦l, que nos da la vida, no podemos responderle con un simple mensajito¡±.