Con cr¨ªticas a Macri, las Madres de Plaza de Mayo celebran 2.000 rondas
Hebe de Bonafini y Cristina Fern¨¢ndez almuerzan juntas antes del acto
Esta historia comenz¨® hace 2.000 jueves atr¨¢s, cuando la dictadura militar gobernaba Argentina. Un grupo de mujeres que desde hace semanas exig¨ªa informaci¨®n acerca del paradero de sus hijos, la mayor¨ªa de ellos estudiantes universitarios y militantes de agrupaciones pol¨ªticas, fue interceptado por un polic¨ªa que, adem¨¢s de sus armas reglamentarias, cargaba el autoritarismo propio de un estado de sitio. Como las reuniones en la calle estaban prohibidass orden¨® que ¡°circulen¡±. El peque?o grupo de madres le hizo caso y comenz¨® a caminar en c¨ªrculos, alrededor de la Pir¨¢mide de Mayo. Nunca m¨¢s se fueron de all¨ª y, poco a poco, las rondas comenzaron a nutrirse de mayor cantidad de gente hasta que se ganaron un nombre. Madres hoy es una instituci¨®n reconocida en todo el mundo por la perseverancia con la que mantuvo una lucha de 40 a?os. Los argentinos la reconocen con un canto que ya es un cl¨¢sico: ¡°Madres de la Plaza, el pueblo las abraza¡±.
Este jueves, en medio de la pol¨¦mica instalada por las declaraciones del presidente Mauricio Macri acerca de la cantidad de v¨ªctimas que el terrorismo de Estado se cobr¨® en Argentina, las Madres realizaron un multitudinario acto en el ¨¢gora porte?o al cumplirse la ronda n¨²mero 2.000. Antes, la titular de la organizaci¨®n, Hebe de Bonafini, y una decena de Madres se reunieron con la expresidenta Cristina Fern¨¢ndez para compartir un almuerzo. El encuentro fue en el mismo sitio en el que el mi¨¦rcoles Bonafini recibi¨® al juez Marcelo Mart¨ªnez de Giorgi, quien le tom¨® declaraci¨®n indagatoria en la causa que investiga irregularidades con los fondos p¨²blicos destinados al programa de viviendas ¡°Sue?os Compartidos¡± y donde la mujer, de 86 a?os, sorte¨® una detenci¨®n la semana pasada. ¡°Hebe de Bonafini es un ejemplo¡±, manifest¨® Fern¨¢ndez de Kirchner para distanciarse as¨ª de Mauricio Macri, quien llam¨® ¡°desquiciada¡± a la titular de Madres.
Debido a la cantidad de gente que se acerc¨® a la plaza, a¨²n en horario laborable, las Madres dieron la ronda a bordo de una furgoneta acompa?ada por una multitud. Luego, Bonafini dio un discurso en el que dijo que nuncia fueron "madres de escritorio, sino de las calles, y por eso hicimos marchas de la resistencia". "Cuando vino N¨¦stor [Kirchner] dejamos de hacerlas porque en la Casa Rosada se sent¨® un hijo nuestro, pero ahora est¨¢ el enemigo¡±, agreg¨® en referencia a Macri. ¡°Muchas plazas vamos a tener que llenar para reivindicarlos (a los desaparecidos). ?Saben por qu¨¦? Porque hay que tapar tanta mierda de los que quieren denunciar que han sido otra cosa¡±, se?al¨®. Bonafini anunci¨® adem¨¢s el retorno de las marchas federales. ¡°El 26 y 27 retomamos las marchas de la resistencia. Inunden las plazas de las ciudades con la consigna ¡®Cristina conducci¨®n¡¯¡±, sostuvo Bonafini.
¡°Macri fue despectivo. Nosotras somos reconocidas ac¨¢ y afuera, menos por Macri¡±, dijo a la prensa Taty Almeida, miembro de Madres de Plaza de Mayo L¨ªnea Fundadora, la otra vertiente en la que est¨¢n divididas las Madres.
Beatriz tiene 89 a?os y toda la plaza la aplaude cuando circula asistida por un andador. Apenas puede caminar pero su lucha continua. Ahora, para que Francia extradite por fin al asesino de su hijo Hern¨¢n, tal como se lo pidieron en una carta al presidente Francois Hollande durante su visita reciente a Argentina. El genocida Mario Alfredo Churrasco Sandoval fue asesor de seguridad del exmandatario Nicol¨¢s Sarkozy y hoy vive libremente en Par¨ªs. La justicia argentina envi¨® el pedido de extradici¨®n pero Francia se pronunci¨® en forma contradictoria y el tr¨¢mite est¨¢ frenado.
¡°En las primeras rondas est¨¢bamos nosotros solas¡±, record¨® Beatriz a EL PA?S. ¡°Una vez, el 24 de diciembre, est¨¢bamos ac¨¢ y nos echaron a los milicos (militares). Empezamos a caminar por Florida y llegamos a una esquina donde estaban esper¨¢ndonos con armas y nos dijeron que ten¨ªan orden de tirar. En otras oportunidades se nos acercaban y nos dec¨ªan que nuestros hijos ya estaban todos muertos, que era absurdo que sigui¨¦ramos con las rondas¡±, cont¨®. Sin embargo ellas siguieron ¡°circulando¡±. La obstinaci¨®n les dio otro ¨¢podo, esta vez m¨¢s despectivo: el de locas. Pero como alguna vez dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano, ¡°en Argentina, las locas de la Plaza de Mayo ser¨¢n un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria¡±.
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