La batalla por el plebiscito llena de incertidumbre el final de la guerra en Colombia

La posibilidad de que venza el no ha removido los cimientos de la pol¨ªtica en Colombia. En la ¨²ltima semana se han conocido cuatro encuestas sobre la intenci¨®n de voto de los colombianos en el futuro plebiscito. El s¨ª se impone en dos de los sondeos, uno de los cuales es un estudio encargado por el Gobierno, mientras que el no obten¨ªa m¨¢s porcentaje de votos en los dos restantes. Estas mediciones fueron las primeras en publicarse, lo que supuso un sacudida en la opini¨®n p¨²blica y una pregunta de la que a¨²n sigue sin haber una respuesta clara: ?Qu¨¦ pasar¨¢ si Colombia vota en contra de los acuerdos?

El plebiscito, que se convocar¨¢ despu¨¦s de que se anuncie el acuerdo final de paz con las FARC, se convirti¨® en la gran apuesta del presidente, Juan Manuel Santos. Sin necesidad de tener que hacerlo, siempre prometi¨® que realizar¨ªa una consulta para refrendar lo negociado en La Habana. Ah¨ª aflora otra de las paradojas de la actualidad colombiana. El mandatario ha sido el ¨²nico capaz de llevar a buen puerto una negociaci¨®n de paz con las FARC que ponga fin a una guerra de m¨¢s de 50 a?os, que ha dejado cerca de ocho millones de v¨ªctimas. Todos sus predecesores lo intentaron, ninguno lo logr¨®. Santos, sin embargo, no ha podido, ni sabido, sacar r¨¦dito de un logro que ha contado con los parabienes de la comunidad internacional y de buena parte del espectro pol¨ªtico nacional. El mandatario lastra con un alto nivel de impopularidad entre los colombianos. En una encuesta de Ipsos para la revista Semana y RCN, el 65% desaprueba la forma en que el presidente ha gestionado el proceso de paz y el 76% no respalda su gesti¨®n en los dos a?os de su segundo periodo presidencial.

La falta de carisma del mandatario colombiano se antoja como uno de los talones de Aquiles de la campa?a a favor del plebiscito. Un h¨¢ndicap del que se quiere aprovechar su predecesor, ?lvaro Uribe, quien ha traspasado la frontera de la paradoja hasta instalarse en la contradicci¨®n. Uribe y su partido, Centro Democr¨¢tico, se volcar¨¢n para que triunfe el no en un plebiscito que tacharon de ¡°ileg¨ªtimo¡±. ¡°Decir no al plebiscito es decir s¨ª a la paz¡±, jug¨® con el lenguaje Uribe. De hecho, varios senadores han asegurado que, aunque gane el s¨ª, seguir¨¢n haciendo campa?a contra lo acordado con las FARC. La falta de c¨¢rcel para los l¨ªderes de la guerrilla es el pilar de una campa?a que obvia el respaldo internacional, desde la ONU hasta El Vaticano, una de las instituciones m¨¢s respetadas por el sector m¨¢s conservador de Colombia. Uribe busca renegociar algunos de los puntos de los acuerdos con las FARC -adem¨¢s del apartado de justicia no est¨¢ de acuerdo con que jefes guerrilleros puedan llegar a hacer pol¨ªtica-, pero pocos en Colombia dudan que el trasfondo de este nuevo desaf¨ªo pol¨ªtico est¨¢ su eterna batalla con Santos, quien fue su ministro de Defensa y a quien nombr¨® sucesor. Santos venci¨® hace dos a?os al candidato de Uribe a las elecciones presidenciales y el Centro Democr¨¢tico logr¨® unos resultados en los comicios locales del pasado a?o por debajo de sus expectativas. Uribe, que a¨²n cuenta con una legi¨®n de millones de seguidores, ha decidido apostar buena parte de su capital pol¨ªtico en lograr un Brexit en el plebiscito. De caer derrotado, sin embargo, podr¨ªa acercarse m¨¢s a un 'Uribexit'.

El gran desaf¨ªo del Gobierno y de la campa?a por el s¨ª, que lidera el expresidente C¨¦sar Gaviria, ser¨¢ movilizar al electorado en un pa¨ªs con donde el ¨ªndice de abstenci¨®n suele superar el 50% del electorado. Para vencer, el s¨ª deber¨¢ obtener al menos el 13% del respaldo despu¨¦s de que se bajara el umbral a un m¨ªnimo raqu¨ªtico.

Toda vez que la pedagog¨ªa de los acuerdos no ha calado en los colombianos, la estrategia se centrar¨¢ en apelar a las emociones, algo en lo que Uribe lleva terreno ganado a Santos. Un primer s¨ªntoma de ello fueron las declaraciones el viernes del general de las fuerzas militares, el comandante Juan Pablo Rodr¨ªguez, ante un auditorio repleto de empresarios: ¡°Nadie conoce tanto la guerra ni reza tanto por la paz como nuestros soldados¡±.