Ir¨¢n detiene por supuesto espionaje a otro ciudadano con doble nacionalidad
Los iran¨ªes con un segundo pasaporte se convierten en rehenes del rechazo ultra a la apertura de Rohan¨ª
Ir¨¢n ha anunciado este martes la detenci¨®n de una persona con doble nacionalidad ¡°vinculada a los servicios secretos brit¨¢nicos¡±. La medida es parte de una campa?a contra lo que los portavoces iran¨ªes califican de ¡°infiltraci¨®n occidental¡±. Con este nuevo caso, son ya siete los detenidos en las mismas circunstancias durante el ¨²ltimo a?o.
¡°La persona acusada, que fue detenida en Teher¨¢n la semana pasada, trabajaba en un sector relacionado con la econom¨ªa iran¨ª y estaba vinculada al servicio de espionaje brit¨¢nico¡±, ha declarado el fiscal general de Teher¨¢n, Abbas Jafari Dolatabadi, citado por varios medios locales.
Dolatabadi no revel¨® la identidad, el sexo o la segunda nacionalidad del afectado, aunque algunas agencias afirman que se trata de un ciudadano irano-brit¨¢nico. Ir¨¢n no reconoce los segundos pasaportes, lo que ha convertido en especialmente vulnerables a aquellas personas de origen iran¨ª que se han nacionalizado en otro pa¨ªs y regresan para visitar a familiares o explorar posibilidades de negocio ante la esperada apertura del pa¨ªs tras el acuerdo nuclear.
Las embajadas de sus pa¨ªses de adopci¨®n no pueden visitarlos ni intervenir en su favor. As¨ª que se han convertido en el chivo expiatorio de los ultras contrarios a ese pacto que temen sea la puerta de un proceso de occidentalizaci¨®n cultural. Desde que se firmara el compromiso el verano pasado, esos sectores buscan la forma de sabotearlo.
Los Guardianes de la Revoluci¨®n, m¨¢s conocidos como Pasdar¨¢n, han detenido a por lo menos otros seis ciudadanos con doble nacionalidad o expatriados durante su visita a Ir¨¢n. Las autoridades han confirmado estos arrestos, el mayor n¨²mero conocido al mismo tiempo, sin dar detalles sobre los cargos. No obstante, un americano, un canadiense y un brit¨¢nico se encuentran en la actualidad a la espera de juicio.
A finales de julio se conoci¨® el caso de Reza Shahini, Robin, un irano-estadounidense de 46 a?os que en mayo viaj¨® a Teher¨¢n para visitar a su madre anciana. Hab¨ªa sido detenido unos d¨ªas antes por ¡°delitos contra la Rep¨²blica Isl¨¢mica¡±, una acusaci¨®n gen¨¦rica que ha sido muy criticada por las organizaciones de derechos humanos. De acuerdo con sus familiares y amigos, Shahini no es un activista y hab¨ªa viajado a su pa¨ªs de origen sin problemas en varias ocasiones anteriores.
Un mes antes se revel¨® que los Pasdar¨¢n hab¨ªan detenido a una cooperante brit¨¢nico-iran¨ª a principios de abril acusada de ¡°intentar derribar al Gobierno¡±. La mujer, Nazanin Zaghari-Ratcliffe, de 37 a?os, coordinadora de programas de la Fundaci¨®n Thomson Reuters, una ONG con sede en Londres, se encontraba en Teher¨¢n de vacaciones con su hija de dos a?os. De acuerdo con su marido, fue interceptada cuando se dispon¨ªa a coger el vuelo de regreso a Londres y trasladada a la prisi¨®n de Kerman, a casi mil kil¨®metros de la capital iran¨ª.
Con anterioridad, se hab¨ªa tenido notica de otros cinco ciudadanos con pasaportes de EE UU, Reino Unido, Canad¨¢ y Francia. En uno de los casos m¨¢s notorios, el del consultor irano-estadounidense Siamak Namazi, los servicios secretos llegaron a detener a su anciano padre para presionarle a grabar una confesi¨®n.
Las detenciones env¨ªan un mensaje escalofriante a los iran¨ªes que han rehecho sus vidas en el extranjero. Durante las dos primeras d¨¦cadas tras la revoluci¨®n de 1979 que instaur¨® la Rep¨²blica Isl¨¢mica, quienes huyeron del pa¨ªs rara vez regresaban. Pero tras la elecci¨®n del reformista Mohamed Jatam¨ª en 1997 eso empez¨® a cambiar. De nuevo hubo un par¨¦ntesis tras las protestas post electorales de 2009 hasta que la negociaci¨®n del acuerdo nuclear a partir de 2013 volvi¨® a llenar de esperanza a los iran¨ªes que aspiran a que su pa¨ªs se abra al mundo.
El presidente Hasan Rohan¨ª, elegido el verano anterior con la promesa de mejorar las relaciones con Occidente, prometi¨® durante su visita a la Asamblea General de la ONU que iba a facilitar los viajes de los irano-norteamericanos. Durante una conversaci¨®n telef¨®nica la semana pasada, la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, tambi¨¦n le mencion¨® su preocupaci¨®n por los irano-brit¨¢nicos detenidos. Sin embargo, sus poderosos rivales ultraconservadores, que a¨²n controlan importantes palancas del poder (incluidos los servicios secretos y la judicatura), tienen inter¨¦s en hacer fracasar su Gobierno.
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