Rusia olvida la agon¨ªa de la URSS pero no el poder del imperio
A 25 a?os del intento de golpe de Estado con el que se intent¨® salvar un gigante que se desmoronaba, los rusos cultivan otras perspectivas hist¨®ricas
El recuerdo de la agon¨ªa de la URSS y de la confrontaci¨®n pol¨ªtica entre el l¨ªder sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov y el ruso Bor¨ªs Yeltsin se difumina en la memoria de la sociedad rusa, que hoy cultiva otras perspectivas hist¨®ricas, m¨¢s dilatadas, y otros h¨¦roes, asociados al poder del Imperio zarista. En este contexto transcurre el 25 aniversario del intento de golpe de Estado con el que, el 19 de agosto de 1991, un grupo de altos funcionarios quisieron salvar a la URSS de su desintegraci¨®n.
Nueve rep¨²blicas (de las 15 integrantes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica) se dispon¨ªan a firmar el Tratado de la Uni¨®n el 20 de agosto de 1991, fecha en la que el presidente de la URSS, Mija¨ªl Gorbachov deb¨ªa regresar a Mosc¨² desde Crimea, donde estaba veraneando. El Tratado de la Uni¨®n, trabajosamente negociado, alteraba el reparto de competencias con el poder central, justamente para mantener el Estado, pero los miembros del llamado GKCHP (Comit¨¦ Estatal de Situaci¨®n de Emergencia) lo ve¨ªan como una sentencia de muerte.
El vicepresidente de la URSS, Guennadi Yan¨¢ev, el jefe del KGB, Vlad¨ªmir Kriuchkov, el ministro de Defensa, Dimitri Y¨¢zov, el de Interior, Bor¨ªs Pugo, y el jefe del Gobierno, Valent¨ªn Pavlov, eran los cargos de mayor jerarqu¨ªa entre los ocho miembros del GKCHP. Alegando que Gorbachov estaba ¡°enfermo¡±, el comit¨¦ asumi¨® los poderes presidenciales, trajo refuerzos militares a Mosc¨² y suprimi¨® las libertades c¨ªvicas. Pero una parte de la sociedad rusa sali¨® a la calle a apoyar a Bor¨ªs Yeltsin que durante tres d¨ªas lider¨® la resistencia.
Los sucesos, iniciados con la emisi¨®n televisiva del ballet El lago de los cisnes, se precipitaron. En lo alto de un tanque, Yeltsin desafi¨® al GKCHP y en la rueda de prensa convocada por los conjurados, a Yan¨¢ev le temblaron las manos; los ciudadanos construyeron barricadas en torno a la sede de la presidencia de Rusia, pero las fuerzas especiales que la rodeaban la llamada Casa Blanca junto al r¨ªo Moscova, no recibieron orden de asalto. Tres j¨®venes perecieron en un encontronazo con los tanques llegados a la capital y Gorbachov regres¨® a Mosc¨² tras rechazar a los golpistas que fueron a verle a Crimea. A su vuelta, fue humillado por Yeltsin, convertido ya en el hombre fuerte del Estado.
El Partido Comunista, la columna vertebral de la URSS. fue prohibido y sus propiedades confiscadas. En diciembre, la URSS dej¨® de existir oficialmente, cuando los l¨ªderes de las tres rep¨²blicas eslavas (Rusia, Bielorrusia y Ucrania) denunciaron el documento fundacional (el Tratado de la Uni¨®n de 1922) de la URSS.
En 1991, la ¡°libertad¡± era la sensaci¨®n imperante entre quienes se opusieron al GKCHP, pero esa perspectiva se alter¨® con el tiempo. ¡°El hundimiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue la mayor cat¨¢strofe geopol¨ªtica del siglo¡±, afirm¨® el presidente Vlad¨ªmir Putin en 2005. Y a?adi¨®: ¡°Para el pueblo ruso tambi¨¦n fue un verdadero drama. Decenas de millones de nuestros conciudadanos y compatriotas se encontraron fuera del territorio ruso y la epidemia de la desintegraci¨®n se extendi¨® tambi¨¦n a la misma Rusia¡±.
Hoy, casi la mitad de los rusos (48%) no recuerdan lo que sucedi¨® en agosto de 1991, seg¨²n un sondeo del centro Levada. El 35% opina que el golpe fue un ¡°episodio¡± en la lucha por el poder entre los dirigentes del pa¨ªs, el 30% lo califica de ¡°acontecimientos tr¨¢gicos¡± y solo un 8% lo ve como la victoria de una revoluci¨®n democr¨¢tica. En 2004 el 13% de los rusos ten¨ªa dificultades para valorar aquellos acontecimientos. En 2016, la proporci¨®n de los confusos se ha elevado al 27%. Preguntados por sus simpat¨ªas, el 30% alegan que eran demasiado j¨®venes para comprenderlo, un 8% simpatizan con los golpistas y un 13% se declara en contra.
Seg¨²n la ideolog¨ªa fomentada desde el Kremlin, la d¨¦cada de los noventa, bajo la presidencia de Yeltsin, fue un periodo de humillaci¨®n y penuria de la que el pa¨ªs comenz¨® a recuperarse con la llegada al poder de Vlad¨ªmir Putin (2000), bajo cuyo mandato Rusia ha recuperado el orgullo nacional y ha dejado de estar de rodillas ante el mundo. Desde hace a?os, los dirigentes rusos ignoran los sucesos de agosto de 1991, pero en esta ocasi¨®n han ido m¨¢s lejos al denegar el permiso para un tradicional acto conmemorativo dedicado a los tres j¨®venes que, en la noche del 20 al 21 de agosto murieron en un encontronazo con los tanques llegados a Mosc¨². Alegando las obras que se realizan en el centro, el ayuntamiento de la capital propuso que el acto se traslade desde el lugar de la tragedia, --el cruce del ¡°kolzo¡± (el anillo circular) con la avenida Novii Arbat--, a un entorno perif¨¦rico de la capital. En junio, las obras, ahora casi acabadas, no impidieron celebrar el festival de Cine de Mosc¨² en un cine vecino.
Desde su llegada al poder, Putin recuper¨® de forma ecl¨¦ctica los s¨ªmbolos del pasado (el ¨¢guila zarista y la m¨²sica del himno sovi¨¦tico entre ellos) y en su programa destaca el reforzamiento de los v¨ªnculos con los pa¨ªses postsovi¨¦ticos en estructuras como la Comunidad de Estados Independientes y, sobre todo hoy, la Uni¨®n Euroasi¨¢tica, que integra a Bielorrusia, Kazajist¨¢n, Kirguizist¨¢n y Armenia.
Guennadi B¨²rbulis, ex secretario de Estado de Rusia y hombre de confianza de Yeltsin, opina que la desintegraci¨®n de la URSS fue un ¡°Chern¨®bil pol¨ªtico¡± que a¨²n emite radiaci¨®n. El ¡°imperio¡± sovi¨¦tico, ¡°un r¨¦gimen militarizado y totalitario¡± basado en la ¡°violencia¡± y la ¡°sumisi¨®n¡±, se extingui¨® de hecho el 22 agosto de 1991, pero las ¡°actitudes imperiales¡± siguen vivas, tienen ¡°profundas ra¨ªces¡± y se manifiestan en ¡°peligrosos juegos de restauraci¨®n¡±. B¨²rbulis advierte contra las interpretaciones ¡°simplistas¡± y aboga por un di¨¢logo elaborado y sincero entre quienes, partiendo de sus concepciones del mundo, enfrentaron en agosto de 1991.
En su opini¨®n, desde enero de 1991 Gorbachov no comprend¨ªa la realidad y tiene ¡°bastante responsabilidad personal¡± por la desintegraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Gorbachov, dice, no estaba del lado del GKCHP, pero ¡°sab¨ªa lo que se preparaba¡±, explica B¨²rbulis, seg¨²n el cual, cuando el l¨ªder sovi¨¦tico se fue de vacaciones a principios de agosto, los colegas que lo despidieron en el aeropuerto le dijeron que si se produc¨ªa una cat¨¢strofe tendr¨ªan que tomar medidas extraordinarias. ¡°Con un pie en la escalerilla del avi¨®n, Gorbachov les dijo: ¡°prueben¡±, afirma B¨²rbulis. El presidente de la URSS siempre dijo que estuvo incomunicado en Crimea y que no tuvo nada que ver en el golpe.?
Zares en lugar de comunistas
Casualidad o no, el 19 de agosto, coincidiendo con el 25 aniversario del golpe, Simfer¨®pol, la capital de Crimea, inaugurar¨¢ un monumento dedicado a Yekaterina II, la emperatriz que conquist¨® la pen¨ªnsula en 1783. El monumento es una replica exacta de otro construido en el siglo XIX y sustituido en ¨¦poca sovi¨¦tica por una composici¨®n escult¨®rica dedicada a l¨ªderes comunistas, entre ellos Lenin. La estatua de la emperatriz, realizada en bronce en la provincia de Mosc¨², fue financiada por una colecta popular, iniciativa de una fundaci¨®n vinculada a Konstantin Malof¨¦iev. Este oligarca ortodoxo ruso es considerado una figura clave en la anexi¨®n de Crimea de 2014 y en la intervenci¨®n rusa en las regiones del Este de Ucrania.
Las estatuas de los zares est¨¢n de moda en Rusia. En Mosc¨² se planea una dedicada al pr¨ªncipe Vlad¨ªmir, que se convirti¨® al cristianismo en el siglo X, y en la ciudad de Oreol, otra a Iv¨¢n el Terrible, pese a las protestas que inspira esa figura del siglo XVI. A recordar la memoria del 25 aniversario de agosto de 1991 se dedicar¨¢ el centro Bor¨ªs Yeltsin, en la ciudad de Yekaterinburg. Este centro, fundado en oto?o de 2015 en la patria chica de Yeltsin, se ha convertido en un reducto cultural destinado a preservar una memoria de los noventa m¨¢s positiva que la cultivada desde el Kremlin. Otros actos dedicados a agosto de 1991 tendr¨¢n lugar en un parque de Mosc¨², cerca de los jardines adonde se alzan las estatuas de los l¨ªderes y te¨®ricos comunistas que fueron retiradas del espacio p¨²blico al desintegrarse la URSS, entre ella muchos ¡°Lenin¡±, algunos ¡°Dzherzhinski¡±, ¡°Engels¡± y ¡°Marx¡± y alg¨²n que otro ¡°Stalin¡±.
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