¡°La transici¨®n democr¨¢tica est¨¢ estancada en M¨¦xico¡±

Hay una foto de su M¨¦xico natal que no se le quita de la cabeza a Emilio ?lvarez Icaza, hasta esta semana secretario ejecutivo de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Es la de una mujer rog¨¢ndole, arrodillada, al secretario de Gobernaci¨®n que le ayude a encontrar a su hija secuestrada. ¡°Es muy fuerte la imagen de una ciudadana arrodillada ante su autoridad electa suplic¨¢ndole que le ayudara, cuando es un derecho. Es demoledora y ejemplificadora de lo que pasa¡± en M¨¦xico, afirma. Son an¨¦cdotas como esta, pero tambi¨¦n la acumulaci¨®n de graves violaciones de derechos humanos como la desaparici¨®n de 43 estudiantes de Iguala en 2014, los que decidieron a ?lvarez Icaza (Ciudad de M¨¦xico, 1965) a regresar a M¨¦xico. Se tomar¨¢ unos meses para volver a tomarle el ¡°pulso¡± al pa¨ªs antes de lanzarse de nuevo a la arena p¨²blica en el ¨¢mbito de los derechos humanos y la democracia. Un ¨¢rea, asegura en entrevista con EL PA?S antes de abandonar Washington, en la que las cosas no han hecho m¨¢s que ¡°empeorar¡±.

Pregunta. ?C¨®mo es el M¨¦xico al que regresa cuatro a?os despu¨¦s?

Respuesta. Creo que hay condiciones en donde la normalidad democr¨¢tica y la transici¨®n democr¨¢tica est¨¢n estancadas, estamos retrocediendo en t¨¦rminos de transparencia, de rendici¨®n de cuentas. Ven¨ªamos de un partido en el gobierno por 70 a?os. Y a principios de 2000, se empez¨® a generar una transici¨®n en la democracia en t¨¦rminos de construir una normalidad democr¨¢tica de acceso a poderes, a libertades, de desmontar los poderes f¨¢cticos establecidos donde partido, gobierno y Estado eran lo mismo¡­ esas cosas est¨¢n ahora para atr¨¢s.

Y encuentro un pa¨ªs que en los temas de derechos humanos est¨¢ mucho peor de cuando me fui. No se han atendido las llamadas de atenci¨®n internas y externas sobre los problemas de graves violaciones a los derechos humanos, y estos se han profundizado. Y el Gobierno cree que la crisis no es de derechos humanos, sino de imagen.

P. ?Y eso es peligroso?

R. Hay tres peligros. Primero, que los problemas se hacen mucho peor. Segundo, que se arregle lo cosm¨¦tico y no lo estructural y que el fen¨®meno de la impunidad se haga mayor. Y tercero, que por supuesto esto afecta no solo al sello pa¨ªs, sino que limita notablemente la transici¨®n democr¨¢tica.

P.?En la historia reciente de la CIDH y M¨¦xico hay un punto de inflexi¨®n: Iguala. ?Por qu¨¦?

R.?Iguala es tan emblem¨¢tico porque es un quiebre. Refleja muy bien el coste de lo que no se atendi¨® en el pasado: que resurge. Guerrero es un estado donde se cometieron el 80% de las desapariciones forzadas en la guerra sucia. Y hab¨ªa varias llamadas de atenci¨®n de que estaba pasando esta vinculaci¨®n con polic¨ªas municipales y narcos. Iguala es la m¨¢s absoluta manifestaci¨®n de corrupci¨®n, impunidad, prepotencia y del hecho de querer actuar bajo la v¨ªa del control de da?os. Adem¨¢s, demostr¨® que hay un problema severo de permeabilidad del crimen organizado en las estructuras de gobierno.

P.??Qui¨¦n cree que est¨¢ detr¨¢s de Iguala?

R.?No tengo elementos para hablar de culpabilidad. Lo que me parece incre¨ªble es que, con todos los se?alamientos del Grupo de Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), las autoridades mexicanas en materia de justicia y de pol¨ªtica act¨²en como si nada ha pasado, que la gente responsable siga en el cargo y que quieran enfrentar este tema como un asunto de control de da?os, no como un tema de derechos y de justicia.

P. Tras Iguala, el nuevo embajador mexicano ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Luis Alfonso de Alba, ha dicho abiertamente que hay que reformar la CIDH.

R.?Yo llegu¨¦ en 2012 en medio del llamado proceso de fortalecimiento de la CIDH, que parec¨ªa m¨¢s bien proceso de ajusticiamiento. Y cuando escucho al embajador De Alba, pienso que M¨¦xico es el nuevo Venezuela. Los argumentos de M¨¦xico son los mismos que esgrim¨ªan Venezuela y Ecuador hace cuatro a?os. De Alba est¨¢ mandando claros mensajes de amenaza, M¨¦xico no est¨¢ nada satisfecho con las decisiones de la Comisi¨®n y otra vez quiere revisitar el proceso de reforma, otra vez quiere mandar el mensaje de que los Estados no est¨¢n contentos.

P.??Por qu¨¦ se repite este patr¨®n?

R.?Los gobiernos entienden la acci¨®n de la CIDH como ataques; no les gustan los casos, ni los comunicados prensa ni las audiencias, no les gusta que les digan en p¨²blico qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando. Yo recib¨ªa llamadas muy airadas para clamarme por un comunicado, pero recib¨ªa pocas para explicarme qu¨¦ estaban haciendo con la implementaci¨®n de una (medida) cautelar.

P.??Falta madurez democr¨¢tica?

R.?Hay se?ales claras de falta de madurez democr¨¢tica en general. Y por supuesto hay fortalezas, no es menor la narrativa y discurso a favor de los derechos humanos. Pero los discursos no son suficientes. Hay una voluntad expresa de asfixiar financieramente a la Comisi¨®n y a la Corte.

P.?En mayo, la CIDH advirti¨® de que estaba al borde de la bancarrota. ?C¨®mo est¨¢ ahora la situaci¨®n?

R. Llegamos a las justas a cerrar el a?o, pero faltan recursos para el periodo de sesiones y falta el cambio estructural del financiamiento. Pero ah¨ª es la iron¨ªa que casi raya en la esquizofrenia, porque te dicen una cosa y hacen otra. Dicen vamos a fortalecer y le recortan m¨¢s del 15% del presupuesto a la OEA.