Una prisi¨®n para proteger a reos transexuales
Tailandia destinar¨¢ un penal a reos LGTBI para evitar abusos, una decisi¨®n que no contenta a los activistas
Nachacha Kongudom fue detenida en junio del a?o pasado por protestar contra la Junta militar que se hizo con el poder tras un golpe de Estado hace dos. La activista estudiantil fue enviada a una prisi¨®n de hombres, a pesar de su petici¨®n de ir a una c¨¢rcel de mujeres porque al ser transexual tem¨ªa ser acosada en prisi¨®n. Las autoridades respondieron a su petici¨®n que, conforme a la ley, contin¨²a siendo un hombre y ning¨²n documento dice que las mujeres transexuales sean mujeres en Tailandia. Nachacha, a pesar de sus s¨²plicas, fue enviada a una prisi¨®n masculina donde dos agentes le exigieron desnudar su cuerpo durante un examen f¨ªsico, adem¨¢s de ser acosada de forma verbal por otros reclusos.
¡°Les pregunt¨¦ [a los oficiales]: ?Qu¨¦ sucede si soy transexual aqu¨ª? Me respondieron que estar¨ªa en un peque?o lugar en la prisi¨®n pero que no podr¨ªa salir al jard¨ªn porque mi presencia ser¨ªa demasiado chocante para los dem¨¢s internos¡±, explica Nachacha. La activista fue liberada el mismo d¨ªa bajo fianza, pero su caso suscit¨® de nuevo la preocupaci¨®n entre la comunidad LGBTI ¡ªlas siglas que identifican a lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales¡ª por el acoso al que podr¨ªa haber sido sometida.
Una comunidad tolerada, pero no aceptada
Tailandia se ha dado a conocer como un oasis LGTBI, adem¨¢s de ser uno de los siete firmantes del continente de la declaraci¨®n de los derechos de esta comunidad en la ONU. En el pa¨ªs asi¨¢tico, sin embargo, queda todav¨ªa mucho camino que recorrer: la sociedad les tolera, pero no les acepta.
Las leyes budistas proh¨ªben a los hombres homosexuales convertirse en monjes y no est¨¢n permitidos los matrimonios del mismo sexo, uniones civiles o parejas de hecho, a pesar de las reiteradas peticiones de los activistas. Adem¨¢s, un gran n¨²mero de tailandeses identificados como LGTBI han sufrido alguna vez acoso f¨ªsico y verbal por parte de compa?eros.
El mayor problema de las personas transexuales en particular es que no pueden cambiar su sexo en el carn¨¦ de identidad, a¨²n tras haberse sometido a una operaci¨®n completa de reasignaci¨®n de sexo, lo que afecta a su vida diaria, adem¨¢s de impedirles acceder a muchos empleos.
El Departamento Correccional ha anunciado recientemente que la prisi¨®n de Minburi de Bangkok ser¨¢ utilizada como c¨¢rcel LGBTI bajo un programa piloto con el fin de evitar posibles abusos por parte de los reclusos. Una idea que ha sido celebrada por algunos activistas de g¨¦nero, pero que ha despertado tambi¨¦n cierta controversia porque ¡°podr¨ªa fomentar la exclusi¨®n¡±.
El activista Phongsathon Chankaew est¨¢ ¡°completamente de acuerdo con el lanzamiento del proyecto de prisi¨®n para disminuir los casos de abuso¡±, pero se muestra preocupado al mismo tiempo por el proceso de selecci¨®n. Considera que permanecer en estas prisiones ¡°deber¨ªa ser una opci¨®n que las personas puedan elegir y no una obligaci¨®n¡±, ya que ¡°se a?adir¨ªa otro tipo de abuso si las autoridades no muestran una comprensi¨®n en profundidad de este tipo de asuntos¡±.
En las c¨¢rceles de Tailandia actualmente se encuentran 4.448 presos que han aceptado ser clasificados como LGTBI. Entre ellos, 2.258 son mujeres, 2.156 hombres y 34 transexuales, seg¨²n las autoridades penitenciarias. Los presos LGBTI representan aproximadamente el 1,5% del total de la poblaci¨®n carcelaria. Las prisioneras transexuales ya son separadas de los internos masculinos en la prisi¨®n tailandesa de hombres de Pattaya, porque a menudo han sido v¨ªctimas de abusos por parte de otros internos.
En otros pa¨ªses, sobre todo en algunos de Am¨¦rica Latina como Paraguay, Argentina o M¨¦xico, se han adoptado iniciativas similares a la propuesta por Tailandia, aunque se trata de pabellones dentro de las prisiones y no de c¨¢rceles completas, explica Jean-S¨¦bastien Blanc, asesor de la Asociaci¨®n para la Prevenci¨®n de la Tortura.
Pobreza extrema
Algunos de los prisioneros, cuenta Blanc, informan de que prefieren permanecer en dichas alas debido a su exposici¨®n a la violencia extrema, pero sus condiciones de vida son extremadamente pobres. ¡°La creaci¨®n de prisiones LGBTI, adem¨¢s, no aborda el problema de la violencia en sus ra¨ªces, sino que corre el riesgo de trasladar la violencia hacia otros detenidos vulnerables [en la prisi¨®n com¨²n]¡±. En el caso de los transexuales, probablemente el m¨¢s delicado, opina que ¡°se les deber¨ªa dar la posibilidad de elegir su asignaci¨®n a una prisi¨®n masculina o femenina sobre la base de su g¨¦nero autopercibido¡±.
Jesse Lerner-Kinglake, de Just Detention, explica por otro lado que en un condado de EE UU un juez orden¨® a la c¨¢rcel a crear un ala separada para los presos LGBTI, pues era la mejor manera de garantizar la seguridad a esta poblaci¨®n. ¡°En este caso, todas las dem¨¢s opciones se hab¨ªan agotado¡±, pero la segregaci¨®n de los presos LGBTI ¡°no garantiza la seguridad, ya que algunas personas LGBTI tambi¨¦n cometen abuso sexual¡±, concluye el activista.
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