Un terremoto, dos Italias
Arquata y Norcia sufrieron por igual el temblor, pero en una murieron 49 personas y en otra, ninguna
Hay una Italia del d¨ªa a d¨ªa y una Italia de las tragedias. La de diario se desespera ante la corrupci¨®n de sus pol¨ªticos, la afici¨®n de muchos ciudadanos a saltarse las normas y la frustraci¨®n general por no estar a la altura de su historia, su cultura y su belleza. La otra Italia es la que acude al rescate de los n¨¢ufragos del Prestige, salva a miles de migrantes de una muerte segura en el Mediterr¨¢neo o lucha con sus manos por rescatar con vida a las v¨ªctimas del terremoto. Esas dos Italias, la que es y la que quiere ser, est¨¢n representadas en Arquata y Norcia. Las dos localidades vecinas sufrieron por igual la sacudida del terremoto, pero en Arquata murieron 49 personas y en Norcia, pese a triplicar la poblaci¨®n, se salvaron todos. La explicaci¨®n est¨¢ en una planificaci¨®n antis¨ªsmica ejecutada durante a?os por gobernantes y ciudadanos. Eso que tanto le cuesta a la otra Italia.
Los bomberos le llaman ¡°zona roja¡± a las calles tan golpeadas por el terremoto que los pocos edificios que han quedado en pie pueden derrumbarse de un momento a otro. En Arquata, todo el pueblo es zona roja. Un doble cord¨®n de seguridad ¨Cel primero formado por militares, el segundo, por agentes del cuerpo de Carabineros¡ªevita que los vecinos puedan entrar a recuperar sus efectos m¨¢s preciados o los periodistas a grabar las im¨¢genes de la tragedia. Hay quien, empujado por la necesidad de recuperar los ahorros escondidos en un caj¨®n o las joyas de la abuela, lucha a brazo partido por convencer in¨²tilmente a los agentes. La respuesta es casi siempre la misma: ¡°Si les dej¨¢semos entrar, estar¨ªamos permitiendo que se jugaran la vida¡±.
Aunque lo parezca, no es una exageraci¨®n. Una visita ¨Cbajo la supervisi¨®n de un ret¨¦n de bomberos¡ªa la ¡°zona roja¡± de Arquata resulta sobrecogedora. Caminar entre los escombros que la madrugada del pasado mi¨¦rcoles acabaron con la vida de 49 vecinos permite descubrir una ventana desde la que se ve el abismo. Solo que mir¨¢ndola desde fuera. La casa que hab¨ªa detr¨¢s se desplom¨® con sus moradores barranco abajo. La belleza de Arquata ten¨ªa mucho que ver con el v¨¦rtigo. Su barrio hist¨®rico est¨¢ ¨Co tal vez habr¨ªa que escribir estaba- colgado sobre una roca desde la que se divisan dos parques nacionales y los confines de tres regiones que la circundan, Lazio, Umbr¨ªa y Los Abruzos. El terremoto ¨Cy tal vez la temeridad de no haber adaptado las viejas casas al peligro s¨ªsmico- acab¨® en apenas unos minutos con una historia que se remonta a la Edad Media.
La otra cara de la moneda se encuentra a solo 40 kil¨®metros. La localidad de Norcia, en Umbr¨ªa, ya se conoce en Italia como "el pueblo del milagro" porque ninguno de sus m¨¢s de 4.500 habitantes ha muerto, si bien su fortuna no tiene que ver ni con los rezos ni con el azar. A pesar de ser m¨¢s poblada que Amatrice, la localidad m¨¢s golpeada por el terremoto (alrededor de 2.500 habitantes, de lo que al menos 230 han muerto) y por supuesto Arquata del Tronto (1.300 vecinos y 49 fallecidos), todos sus vecinos han sobrevivido al gran temblor del mi¨¦rcoles, a las m¨¢s de 1.000 r¨¦plicas e incluso, la madrugada del s¨¢bado, se convirti¨® en el epicentro de un nuevo temblor de magnitud 4.
La raz¨®n es que, a diferencia de la mayor¨ªa de los pueblos de una zona tan s¨ªsmica, reaccion¨® de la manera adecuada a un gran terremoto sufrido en 1979 y en el que murieron cinco personas. Se decidi¨® entonces hacer un buen plan de reconstrucci¨®n para intentar blindarse ante la fuerza de la naturaleza. Enseguida se empez¨® a construir teniendo en cuenta el peligro s¨ªsmico y, a comienzos de los a?os 80, se dise?¨® un plan para que los muros no cayeran en caso de se¨ªsmos. Norcia se convirti¨® en la primera localidad del centro de Italia en aplicar medidas antis¨ªsmicas. El actual alcalde, Nicola Alemanno, explica que la prevenci¨®n va m¨¢s all¨¢ de las decisiones t¨¦cnicas: ¡°Tiene que empezar en los colegios, cuando se es peque?o. Es la ¨²nica forma de que entre a formar parte del patrimonio cultural de todos. La prevenci¨®n, m¨¢s que ser un problema material, es un problema cultural¡±.
El acalde resalta la necesidad de que constructores y vecinos se impliquen en la protecci¨®n de sus casas, invirtiendo sus propios fondos, y no dejando su propia seguridad en manos de la administraci¨®n p¨²blico. Y advierte: ¡°En Norcia, el capital privado ha coparticipado siempre en los gastos generales para la reestructuraci¨®n. Estas medidas, adoptadas de forma seria, han hecho que nuestros edificios logren salvar centenares de vidas humanas. Un edificio es antis¨ªsmico cuando no se cae como consecuencia de un terremoto, esa es la diferencia sustancial. Nosotros hemos tenido muchos edificios da?ados, pero no se han derrumbado encima de las personas¡±. Como queri¨¦ndole dar la raz¨®n, el terremoto da?¨® algunas de las carreteras de acceso a Norcia, dej¨¢ndolo casi aislado, casi solo en su manera de entender la lucha contra la fatalidad.
El problema es que Norcia, todav¨ªa, es la excepci¨®n. Filippo Delle Piane, ingeniero y presidente de la asociaci¨®n de constructores Ance, lo demuestra con datos. "De 5.800 hospitales de Italia, m¨¢s del 30% tiene riesgo s¨ªsmico y 2.000 escuelas est¨¢n anticuadas, aunque no necesariamente en peligro. Es cierto que el riesgo cero, si es que existiese, no ser¨¢ posible durante a?os. Pero las medidas de seguridad en el patrimonio inmobiliario no se pueden seguir posponiendo. Italia gasta 3.500 millones de euros al a?o solo en emergencias, entre inundaciones y terremotos. Somos el primer receptor de fondos europeos de emergencias. Esto querr¨¢ decir algo".
La situaci¨®n que dibuja el ingeniero Della Piane interpela directamente a las m¨¢ximas autoridades del pa¨ªs, que este s¨¢bado asistieron en Ascoli Piceno al primer funeral por las v¨ªctimas, que ya ascienden a 291. El presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, y el primer ministro, Matteo Renzi, confortaron a los familias ante los ata¨²des ¨Cmuchos de ellos blancos¡ªde sus seres queridos, pero tambi¨¦n recibieron alg¨²n consejo. Renzi se detuvo a hablar con los afectados y les prometi¨® que su Gobierno "est¨¢ y estar¨¢" a su lado. Precisamente, esa fue la petici¨®n que hizo el alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, a Mattarella, despu¨¦s de mostrarle lo da?ado que ha quedado su pueblo. "Usted puede ser recordado como el primer presidente de la Rep¨²blica que hace una reconstrucci¨®n en tiempo r¨¦cord. No deje pasar esta oportunidad".
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