La seguridad no logra aislar a Temer de abucheos ni a Rousseff de rosas

La yuxtaposici¨®n no pod¨ªa ser m¨¢s elocuente. Michel Temer, cabeza del Gobierno brasile?o tras la destituci¨®n de Dilma Rousseff, ha asistido al desfile del D¨ªa de la Independencia del pa¨ªs resignado a toparse con una oposici¨®n popular como la que ha estado tomando las calles de S?o Paulo en los ¨²ltimos d¨ªas. Lleg¨® en un coche cerrado (Lula sol¨ªa hacerlo en el Rolls-Royce descapotable de la presidencia, ba?ado en aplausos) y dio una orden muy concreta a sus agentes de seguridad: que no intentaran evitar los abucheos, solamente las pancartas que bloqueasen la visi¨®n del p¨²blico. Lo que nadie predec¨ªa es que los abucheos le llegaran desde las gradas m¨¢s pr¨®ximas, donde estaban algunos invitados de los funcionarios del propio ejecutivo.

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Mientras, su peor enemiga pol¨ªtica, Dilma Rousseff, tuvo tambi¨¦n un mal d¨ªa: se mud¨® definitivamente del Palacio de la Alvorada. La acompa?aron unos 200 militantes, un n¨²mero reducido si se recuerda la multitud de unas dos mil personas que la aclam¨® al principio de esta legislatura, la noche del 31 de octubre de 2014, cuando fue reelegida presidenta. Parapetada tras unas gafas de sol y con el mismo traje que hab¨ªa llevado en su ¨²ltimo m¨ªtin, el 24 de agosto, antes de su ca¨ªda definitiva, Rousseff tuvo tiempo para atender a quienes fueron a verla. Se dej¨® abrazar y besar por los simpatizantes, tanto que hasta le qued¨® una marca de pintalabios en la mejilla. Ella tambi¨¦n lanz¨® besos cuando le entregaron un ramo de rosas rojas. Entonces embarc¨® en uno de los coches y puso rumbo al Estado de Porto Alegre, donde vive su hija y donde ella misma tiene un piso. Ahora, repartir¨¢ su tiempo entre ese lugar y R¨ªo de Janeiro, donde vive su madre. En cuanto hubo desaparecido, la multitud retom¨® el leit-motif de los cr¨ªticos del actual gobierno: ¡°Fora Temer!¡± (Fuera Temer).

El descontento generalizado, que asola a Brasil tanto como la crisis econ¨®mica que sufre en los ¨²ltimos a?os, se not¨® tambi¨¦n en otros Estados la ma?ana del mi¨¦rcoles. En Recife, un m¨¢ximo de 20.000 personas (seg¨²n los organizadores) se manifestaron contra el Gobierno. En Belo Horizonte, fueron diez mil, casi tantos como en R¨ªo de Janeiro. En S?o Paulo, donde el domingo unas cien mil personas hab¨ªan colapsado la c¨¦ntrica Avenida Paulista al protestar contra Temer, el actual alcalde Fernando Haddad encabez¨® el acto de repulsa.