El Brexit, visto desde Asia
El ¨¢ngulo de visi¨®n proporciona perspectivas distintas. No es lo mismo el Brexit visto desde Asia que desde Europa, desde Hangzhou, donde se ha celebrado la cumbre del G20, que re¨²ne a las econom¨ªas punteras y emergentes, que desde Bruselas, la capital de la integraci¨®n europea.
Theresa May, la flamante primera ministra brit¨¢nica, ha hecho en la ciudad china lo que todos: vender su mercanc¨ªa, en su caso la idea de unos tratados de libre comercio que sustituyan a la actual pertenencia a la Uni¨®n Europea entre 2019 y 2020. May es novata en cuesti¨®n de cumbres, de forma que su sola presencia y sus palabras constitu¨ªan un atractivo, como lo era para otros tres novatos ¡ªel brasile?o Michel Temer, el argentino Mauricio Macri, o el joven saud¨ª Mohamed bin Salman, n¨²mero tres del r¨¦gimen, que se estren¨® en la cumbre en representaci¨®n del rey su padre¡ª o para el veterano de diez cumbres que ahora se despide, que es Barack Obama.
Los dos d¨ªas de ceremoniales encuentros, con comunicado final negociado previamente, deben servir para reforzar el crecimiento mundial, buscar pol¨ªticas innovadoras respecto al crecimiento econ¨®mico, construir una econom¨ªa mundial abierta y asegurar que sus beneficios lleguen a todos. No es extra?o, por tanto, que el Brexit, el improbable alto el fuego en Siria, la tensi¨®n en el Mar del Sur de la China o los rescoldos b¨¦licos en Ucrania susciten mayor atenci¨®n que la gobernanza mundial a la que dedica sus esfuerzos la cumbre.
May consigui¨® buenas palabras acerca de los tratados de libre comercio por parte de China y Australia, pero a costa de una nueva reprimenda de Estados Unidos y otra mayor todav¨ªa de Jap¨®n, con documento anexo sobre los costes del Brexit para las empresas japonesas. Una de las caracter¨ªsticas de las cumbres del G20 es que las cosas importantes suceden fuera del escenario, en los encuentros bilaterales o en las conferencias de prensa.
Este principio no vale para el anfitri¨®n, que goza de un momento de reafirmaci¨®n en su papel y en su pol¨ªtica globales y tiene todo el inter¨¦s en que todo funcione como un reloj y que las conclusiones queden inscritas en los anales de la historia de la humanidad. En el caso de China, que preside por primera vez esos Juegos Ol¨ªmpicos de la gobernanza global que son el G20, ha sido ocasi¨®n de lucimiento para su hiperpresidente, Xi Jinping, al que se considera como el dirigente con m¨¢s poder en sus manos desde Mao Zedong.
China practica una diplomacia cautelosa y de bajo perfil, "moderadamente revisionista" respecto al status quo mundial, seg¨²n el profesor estadounidense David Shambaugh, con el objetivo de "alterar las reglas, los actores y el equilibrio de influencias desde las actuales instituciones y a la vez establecer nuevas instituciones y normas de gobernanza global" ('China goes global. The partial power'. Oxford University Press). Aunque Pek¨ªn siempre se ha manifestado en favor de la integraci¨®n europea, una vez los brit¨¢nicos ya han votado el Brexit, est¨¢ claro que Xi Jinping est¨¢ pensando en c¨®mo sacar sus propios rendimientos en la redistribuci¨®n de poder que pueda deducirse de la salida de Reino Unido de la UE.
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