?Existen a¨²n las redacciones?
Todo se hace m¨¢s r¨¢pida y eficazmente por la comunicaci¨®n inal¨¢mbrica
Todo tiempo pasado no fue necesariamente mejor, ni peor, sino distinto. Marx dijo aquello de que la historia se repite pero en clave de farsa, pero no era m¨¢s que una ingeniosidad; las cosas no se repiten y las redacciones, menos. Tanto, que el concepto hist¨®rico de redacci¨®n como alma mater, casa-cuartel y escuela de formaci¨®n profesional sin desaparecer del todo, s¨ª que se ha diluido. La redacci¨®n ha emigrado al ¨¦ter, ya no es el cen¨¢culo que te acunaba y abroncaba, y el periodista transporta en sus metaf¨®ricas alforjas una idea o mejor una pr¨¢ctica de redacci¨®n all¨ª donde vaya. No solo puede trabajar en casa, lo que ya era com¨²n desde hace a?os, sino que con el smartphone accede a donde sea preciso en una variedad de plataformas, para hacer directamente el peri¨®dico.
En las redacciones m¨¢s modernas el plumilla y el fotero necesitan adquirir nuevas destrezas, como estar permanentemente atentos a las redes sociales a t¨ªtulo de buscadores o exploradores de todo aquello que ahora se llama viral; los analistas valoran al d¨ªa, al minuto, si se cumplen los objetivos de visitaci¨®n exterior de los diversos productos de la casa al tiempo que la publicaci¨®n se instala con texto, v¨ªdeo, tertulia o an¨¢lisis en las redes, incluso antes de decidir qu¨¦, c¨®mo y cu¨¢ndo, si ese es el caso, encuentre acomodo en la web del peri¨®dico, no digamos ya si llega hasta las venerables p¨¢ginas del impreso. Y no hace falta decir que el periodista cl¨¢sico ha tenido que hacerse de unos conocimientos de inform¨¢tica aplicada, con los que no hace tantos a?os ni se so?aba.
El lugar f¨ªsico que llamamos redacci¨®n, contin¨²a, con todo, existiendo y aunque no est¨¢ prohibido que el ser humano se siga dirigiendo la palabra, la necesidad del contacto en reuniones, congregaciones y comparecencias personales se ha reducido hasta lo m¨ªnimo. Todo se puede hacer m¨¢s r¨¢pida y eficazmente por la comunicaci¨®n inal¨¢mbrica de forma que planes, sugerencias, hasta debates se desarrollan en zonas y formas predeterminadas del uso de Internet. El Slack est¨¢ ah¨ª para eso, un foro permanente, general, seccional o del ¨¢mbito que se le asigne, para que quien corresponda sepa todo, discuta todo, decida todo.
Se trata de la peligrosa inercia de creer que todo est¨¢ y se puede hacer sin salir de Internet
Pero esa nueva realidad no deja de encerrar peligros que las mejores redacciones deben saber conjurar. Se trata de la peligrosa inercia de creer que todo est¨¢ y se puede hacer sin salir de Internet, lo que es terriblemente cierto, pero con una trampa a?adida, que ser¨ªa especialmente da?ina para el gran periodismo que nos queda, el de investigaci¨®n, que ha de facilitar el valor a?adido de lo propio porque lo que sabe todo el mundo, dan las agencias, repiquetean los medios audiovisuales, y se acepta prima facie, es material de segunda mano. Lo propio, que es la materia prima natural del periodismo de investigaci¨®n, tiene un componente que todo el oc¨¦ano electromagn¨¦tico no necesariamente posee: la persona, el momento, la palabra, el gesto, la figuraci¨®n de lo que est¨¢ pasando. Tocar humanidad sigue siendo imprescindible y hay que felicitarse de que las ondas nos faciliten mensajes de a d¨®nde ir, a qui¨¦n preguntar, qu¨¦ hay que ver para describir e interpretar. Esa es la parte que nos remite a nuestra propia historia period¨ªstica, no porque sea id¨¦ntica a c¨®mo lo hicimos en el pasado, sino porque es lo que los ingleses llaman la extra mile, el paso ¡ªo los pasos¡ª que hay que saber dar para ofrecer al consumidor, o usuario o navegante o visitante, algo de nosotros mismos.
Est¨¢ de moda hablar de periodismo digital como si fuera un contenedor aparte, hecho de efluvios intangibles, y aunque peri¨®dicos digitales s¨ª que es evidente que los hay, me permito creer que la justificaci¨®n hist¨®rica de nuestro trabajo sigue siendo la misma: el periodismo, aunque sea con redacciones ultramodernas y diferentes, es la t¨¦cnica o el oficio de la cultura con la que se trata de explicar al p¨²blico por qu¨¦ pasan las cosas que pasan.
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