Estados Unidos afronta dividido la guerra sin fin
Quince a?os despu¨¦s del 11-S, el terrorismo muta y amenaza la cohesi¨®n de la sociedades occidentales
En plena campa?a para las elecciones presidenciales de noviembre, Estados Unidos conmemora el 15 aniversario del 11-S dividido y resignado a una guerra sin fin. El pa¨ªs sigue a la espera del ¡®big one¡¯, el otro gran atentado que no ha vuelto a producirse. Esto ya es un ¨¦xito de las medidas antiterroristas aplicadas tras el lanzamiento de aviones secuestrados por radicales musulmanes de Al Qaeda contra Washington y Nueva York. Pero los miedos no han desparecido. Por primera vez desde 2001 puede llegar a la Casa Blanca un candidato que agita abiertamente la islamofobia: el republicano Donald Trump.
¡°Una Am¨¦rica m¨¢s segura, m¨¢s fuerte, m¨¢s sabia¡±. Este era el deseo para el futuro expresado en el informe de la comisi¨®n oficial para investigar los atentados, publicado en 2004. La muerte de casi tres mil personas, en un contexto de descoordinaci¨®n de los servicios de inteligencia y las deficientes medidas de seguridad, deb¨ªa servir de lecci¨®n. Un nunca m¨¢s.
¡°Sin duda estamos m¨¢s seguros que antes del 11-S. Hicimos muchos cambios y gastamos mucho dinero¡±, dice, en una entrevista telef¨®nica, Philip Zelikow, director ejecutivo de la comisi¨®n del 11-S, ex asesor de la secretaria de Estado Condoleezza Rice e historiador en la Universidad de Virginia. ¡°Esto no significa que debamos ser complacientes¡±.
?Y es EE UU un pa¨ªs ¡°m¨¢s fuerte¡±, como quer¨ªan los autores del informe? ¡°Nuestro poder militar sigue siendo enorme. La capacidad de proyectar nuestro poder es mayor que entonces¡±, responde. ¡°?ramos fuertes y somos fuertes, pero ahora nuestra fuerza se aplica m¨¢s a este problema que hace 15 a?os¡±.
Zelikow no compra la idea del declive de la superpotencia, supuestamente acelerado por el 11-S y los errores posteriores como la invasi¨®n de Irak. ¡°Soy suficientemente mayor como para haber vivido varias fases en las que la gente dec¨ªa que Am¨¦rica estaba en declive¡±, dice. ¡°No hay otro pa¨ªs grande en el mundo con el que quisiera cambiarme. ?Preferir¨ªa tener la econom¨ªa china que la nuestra? No¡±.
Zelikow tambi¨¦n cree EE UU ¡ªy Europa¡ª son ¡°m¨¢s sabios¡± que hace 15 a?os ante el terrorismo. Esto no significa que todos los estadounidenses lo sean. Hace 15 a?os el republicano George W. Bush visit¨® centro isl¨¢mico de Washington a decir que el islam no era enemigo. ¡°El islam es paz¡±, dijo. Ahora Trump, el candidato de su partido a la Casa Blanca quiere impedir la entrada de musulmanes a EE UU y estigmatiza colectivamente a los fieles de esta religi¨®n. Millones de votantes le siguen. En EE UU y en Europa, el fantasma de la guerra de civilizaciones vuelve a agitarse.
¡°Siempre habr¨¢ demagogos que intenten aprovecharse de los miedos y ansiedades¡±, lamenta Zelikow. En su mensaje semanal a la naci¨®n, el presidente Barack Obama llam¨® ayer a sus conciudadanos a no caer en el miedo. ¡°Ante el terrorismo¡±, dijo, ¡°importa c¨®mo respondemos. No podemos ceder ante quienes quieren dividirnos¡±.
La fractura provocada por el terrorismo tras el 11-S es doble: entre los musulmanes ¡ªlos m¨¢s golpeados por los atentados¡ª y en Europa y EE UU.
"Una mirada atenta a los principales escenarios del terrorismo yihadista y a sus blancos m¨¢s habituales revela que es mucho m¨¢s la expresi¨®n de antagonismos existentes dentro del propio mundo isl¨¢mico que un conflicto de civilizaciones¡±, dice en un correo electr¨®nico Fernando Reinares, director del programa sobre terrorismo global en el Real Instituto Elcano, fellow global en el Wilson Center y catedr¨¢tico adjunto en la Universidad de Georgetown. ¡°Sin embargo, el terrorismo yihadista puede terminar fracturando gravemente a las sociedades occidentales, provocando divisiones entre la poblaci¨®n musulmana y el resto de la poblaci¨®n¡±.
El terrorismo ha extendido sus tent¨¢culos en los ¨²ltimos 15 a?os. ¡°Desde el 11-S, el fen¨®meno terrorista ha multiplicado por m¨¢s de ocho el n¨²mero anual de atentados y ha extendido geogr¨¢ficamente sus mayores focos de amenaza¡±, explica Reinares. ¡°Al mismo tiempo, sus actores configuran un entramado cada vez m¨¢s polimorfo y complejo, hasta el punto de que Al Qaeda y lo que fue una de sus ramas territoriales y hoy se conoce como Estado Isl¨¢mico rivalizan entre s¨ª por la hegemon¨ªa del yihadismo global.¡±
La sobrerreacci¨®n de EE UU al 11-S y las fallidas primaveras ¨¢rabes han alimentado a estos grupos. Las organizaciones del terroristas, sostiene Reinares, ¡°se han beneficiado de dos oportunidades verdaderamente excepcionales para desarrollar con ¨¦xito sus estrategias de movilizaci¨®n: primero la guerra de Irak, especialmente entre 2004 y 2008, y m¨¢s tarde los conflictos en el mundo ¨¢rabe a partir de 2011.¡±
Scott Stewart, vicepresidente de la empresa de an¨¢lisis geoestrat¨¦gico Stratfor y antiguo investigador antiterrorista en el Departamento de Estado, subraya las mutaciones del terrorismo yihadista. ¡°Lo que ocurri¨® despu¨¦s de los atentados del 11-S es que EE UU y sus aliados se centraron mucho en el n¨²cleo de Al Qaeda y en unos a?os fueron capaces de debilitar a la organizaci¨®n y su capacidad para repetir este tipo de ataques espectaculares¡±, dice por tel¨¦fono. Los nuevos terroristas parecen menos profesionales, menos sofisticados que los que organizaron y perpetraron los complejos ataques del 11-S, con un m¨¦todo innovador ¡ªtransformar aviones en misiles¡ª que casi nadie esperaba.
?Qu¨¦ innovaci¨®n se estar¨¢ gestando ahora? ¡°Francamente, hay varias cosas que me preocupan, pero no es necesario hablar de ello en la prensa. No quiero dar ideas. Hay partes de la infraestructura nacional en EE UU y otros pa¨ªses que podr¨ªan usarse contra la propia naci¨®n como arma, de manera parecida a c¨®mo se usaron los aviones como arma¡±, dice Stewart. ¡°Mi preocupaci¨®n es que la atenci¨®n se centre esta amenaza baja y se pierdan de vista ataques m¨¢s imaginativos y destructivos¡±.
Tambi¨¦n Zelikow, el director ejecutivo de la comisi¨®n del 11-S, es reticente a especular sobre c¨®mo ser¨ªa un nuevo 11-S en EE UU. ¡°Nunca tendremos una prevenci¨®n del 100%¡±, dice. ¡°Hemos sido afortunados por no haber sido atacados como en Par¨ªs o Madrid. Y podr¨ªa ocurrir¡±.
A la pregunta de si, al imaginar ataques futuros, tiene en mente la posibilidad de ciberatentados terroristas, Zelikow responde: ¡°S¨ª, un poco, pero tambi¨¦n otros peligros y otro tipo de armas. Y lo dejar¨¦ aqu¨ª¡±.
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