¡°Nosotros, los h¨¦roes del 11-S que la pol¨ªtica ha tratado de ignorar¡±
Habla John Feal, jefe de los 'first responders', los trabajadores de los servicios de rescate que cayeron enfermos

"Bajo los focos nos llamaban los h¨¦roes del 11 de Septiembre. Pero el resto del tiempo los pol¨ªticos han tratado de ignorarnos. Quince a?os despu¨¦s algo se ha hecho. Mucho queda todav¨ªa por hacer". Ese algo se debe sobre todo a ¨¦l: John Feal, de 50 a?os, jefe de los first responders - los trabajadores de los servicios de rescate que enfermaron trabajando en los escombros t¨®xicos del World Trade Center y fundador de la Fealgood Foundation que se ocupa de ellos. ?l ha roto el muro de la indiferencia luchando por conseguir las leyes que a d¨ªa de hoy garantizan indemnizaciones y asistencia para al menos una parte de los trabajadores de los servicios de rescate que durante este tiempo han enfermado de c¨¢ncer, del coraz¨®n, de asma, de depresi¨®n. Un trabajo que la comunidad del 11-S ha querido reconocerle: la chaqueta que llevaba puesta cuando una plancha de metal de 4 toneladas le cay¨® sobre un pie ha pasado a formar parte de la colecci¨®n del Museo Memorial del 11 de Septiembre precisamente durante estos d¨ªas. "No os ocup¨¦is de m¨ª. Los h¨¦roes son tantos otros con enfermedades mucho m¨¢s graves que la m¨ªa".
Pregunta. ?C¨®mo empez¨® su batalla?
Respuesta. La plancha que me mutil¨® cay¨® el 17 de septiembre. Pero el primer fondo de asistencia que se vota en el Congreso preve¨ªa indemnizaciones solo para aquellos que hab¨ªan resultado heridos durante las primeras 96 horas: llegaba tarde por un d¨ªa. ?Imagina lo que habr¨ªa hecho si hubiese entrado en el primer grupo? ?Habr¨ªa cogido el dinero olvidando a los compa?eros? No tengo estudios pero s¨¦ distinguir el bien del mal. Denunci¨¦ y gan¨¦. Us¨¦ el dinero de la compensaci¨®n para organizar la lucha. Y obligar a los que nos cerraban la puerta en las narices a recibirnos.
P. ?C¨®mo lo hizo?
R. ?ramos h¨¦roes, ?no? Amenac¨¦ con presentarme a las primarias dem¨®cratas contra quien fuera. Organic¨¦ autobuses llenos de enfermos para presentarnos a los comicios. Cre¨¦ una red que puso a los pol¨ªticos entre la espada y la pared. Al final reaccionaron, pero nunca pidieron perd¨®n por aquel comportamiento inicial, cuando dec¨ªan que las enfermedades solo estaban en nuestra cabeza.
P. Y 15 a?os despu¨¦s todav¨ªa no ha acabado.
R. Cuanto m¨¢s tiempo pasa, m¨¢s diagn¨®sticos nuevos surgen. El 30 de agosto, un estudio del Stony Brook Hospital hablaba de un nuevo mal: la p¨¦rdida de memoria detectada en el 13 % de las 818 personas en tratamiento all¨ª. Alzheimer, demencia confirmada en el 1,2% de los casos. Enfermedades para las que no se prev¨¦ ninguna compensaci¨®n. Fuera [quedan] tambi¨¦n aquellos que enfermaron antes del 2005, demasiado pronto para la ley. Dicen que las Torres no tienen nada que ver, que ya estaban enfermos.
P. Am¨¦rica vuelve a votar. Hillary contra Trump. ?Cambiar¨¢ algo?
R. Estamos asistiendo a una campa?a electoral vergonzosa. Los candidatos usan el 11-S como propaganda. La memoria de aquel d¨ªa ha perdido el significado. El 11-S solo es importante para aquellos que han perdido a sus seres queridos. Nosotros, los mutilados, los enfermos, hemos descubierto el mal otro d¨ªa del a?o: pero de nuestro personal¨ªsimo 11-S, no se acuerda nadie.
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